El reciente acuerdo firmado entre el Mercosur y la Unión Europea –después de 20 años de tratativas- es un tema interesante de analizar, según nuestra perspectiva. Pero para comprender mejor sus alcances, se hace necesario retroceder en el tiempo para lograr una explicación más eficaz.
La parte clave –a mi entender- para haberse firmado lo expresado, parte del hecho de que la UE puso punto final al conocido Pacto Roma del 25-03-1957, donde nació la llamada PAC (Política Agrícola Común), que tenía como filosofía central, proteger y cuidar al agricultor europeo, empujarlo a producir todo lo posible y despreocuparlo de los vaivenes de los precios del mercado agrícola mundial –por la volatilidad permanente de los mismos- y sobre todo no querían tener otra amarga vivencia de la falta de alimentos luego de que terminara la 2da Guerra Mundial y dependían de otros países para la compra de alimentos.
Entonces la PAC estableció una impresionante política de subsidios y proteccionismo para alentar la producción agrícola, agro-industrial y pecuaria, donde el eje central era un precio sostén para todas las producciones y luego venían los 3 pilares básicos que fueron:
1) Subsidios a la producción interna.
2) Subsidios o reintegros a la exportación, con distintos matices, que aumentaban a medida bajaban los precios internacionales.
3) Un formidable proteccionismo con elevados aranceles de importación para productos similares a los de ellos.
La PAC para el azúcar y lácteos entró en vigencia recién en 1968. Ese sistema (explicado muy sucintamente) le costaba millones de dólares anuales a los Estados miembros, pero les aseguraban buena rentabilidad a los productores, más la parte social de jubilación, cobertura médica, etc. lo hacían de tal forma, sabiendo que esquivaban las normas del libre comercio que preconiza la OMC. Así la UE llego a ocupar los primeros planos mundiales en muchos productos agrícolas que obviamente derrumbaban los precios internacionales, perjudicando a los países en desarrollo en su faz agrícola.
En mi libro titulado “Los subsidios Agrícolas: el drama de los países en desarrollo” (www.francofogliata.com.ar), editado en 2006, señalaba que a cada habitante de la UE este sistema les costaba 600 euros “per cápita” /año (según la OECD). Así ocurrió por ejemplo con el azúcar, al extremo que Brasil entabló una demanda ante la OMC y ésta obligó a la UE a refinar esa política de subsidios a la exportación y, al mermar un sobrante anual fácil de unos 5 millones de toneladas, el precio internacional subió al año siguiente. La producción del azúcar de remolacha en la UE estaba totalmente cupificada por país y subsidiada, desde 1968 hasta que el sistema caduco el 1º de octubre del 2017, cuando el Parlamento Europeo y los países miembros, inician la reestructuración de la PAC entre 2006 y 2013, que se plasma en 2017 (años después de su comienzo en 1957). Esa reforma les costó 5.400 millones de euros para preparar a sus productores al cambio que se venía.
Entonces ahora deberán competir con productos de otros países y por eso –pienso- esta la razón de hacer tratados de libre comercio con otros bloques (como el Mercosur) y no dejar tan expuestos a sus agricultores, que vale mencionar según la FAO, poseen un tamaño medio en sus propiedades de 19 hectáreas. Como a nosotros nos interesan los temas del azúcar, etanol, citrus, frutilla, arándanos, entre otros, vamos a revisar algunas cifras actuales, para ver donde estamos ubicados frente al acuerdo. Nuestra actividad azucarera tiene su asiento en tres pilares básicos:
1) El mercado interno que es fijo o cautivo.
2) El mercado del bioetanol azucarero que también es fijo.
3) El azúcar sobrante.
En este último punto es donde se originan los principales problemas, si no se saben manejar los excedentes con una buena exportación, para lo cual el Estado deberá intervenir en más de una ocasión (ayudando al proceso) como se hace en casi todo el mundo, salvo contando con una industria muy competitiva.
Ahora con este acuerdo se agregaría un cuarto pilar fijo para el azúcar exportable. Lo normal sería compartir –cuando menos- aquella cuota de azúcar que el acuerdo fijó en 180.000 t/año en un 50% con Brasil, ya que a Paraguay le asignó una cuota fija de 10.000 t/año. Este nuevo mercado de exportación, seguramente contribuirá en descomprimir sobrantes, fortaleciendo el mercado interno. Sería interesante agregar en este esquema, la solicitud de contar con una mayor cuota americana, que roce los 100.000 t/año en vez de las 43.000 t actuales, pues esto depende de una negociación política, donde los precios son muy superiores al mercado internacional. De todas formas, sabemos que el proceso del acuerdo será largo y va a demorar 2 a 3 años hasta que se cuente con la aprobación de los distintos parlamentos en los países miembros y se afianzara en unos 10 años. Pero es una mirada solida al futuro, que en algún momento debía empezar. Veamos el ejemplo de Chile que hace varios años tiene un tratado similar con la UE y eso le permitió consolidar económicamente su agricultura y sus vinos, entre otros.
Creo que se debe valorar el hecho que se supo “apretar el acelerador” justo a tiempo aprovechando que la PAC había desaparecido. Aunque parezca mucho tiempo, son acuerdos a largo plazo. En nuestro caso local, miremos los productos agrícolas y agro industriales que serán beneficiados con un arancel del 0% cuando entren a la UE.
El acuerdo establece que la UE liberará casi al 100% de nuestras exportaciones agrícolas desde el Mercosur, con la eliminación de aranceles en un 80% de los productos sin límites y con 20% mediante cuotas fijas, pero sin aranceles.
En cambio, desde la UE habrá un plazo de 15 años para enviar productos llamados “delicados”, como la industria láctea, aceitunas y su aceite, industria automotriz, etc., quedando afuera la lechería. Veamos algunas cifras.
La UE es un mercado de 500 millones de personas con buen poder adquisitivo, que, según la OECD, tienen un ingreso “per cápita” de 35.000 dólares/año (casi $1,5 millones). Tal como señalamos, el acuerdo fija al azúcar del Mercosur una cuota anual de 180.000 t, con la eliminación del arancel que tenia de 98 euros/t (unos $4600/t). Así el arancel intracuota quedara en 0% al momento de entrar en vigor el acuerdo, lo mismo que la cuota de Paraguay. Entrando en los números para comprender mejor el tema en 2018–19, la UE producirá 17,64 millones de t de azúcar, con una superficie de 1650 millones de ha, lo cual resulta un Rto. de 10,7 t/azúcar/ha, cifra muy superior a la obtenida en Tucumán en zafra 2018 que no llegaba a 5 t/ha, cuando su potencial es de 7 t/ha. La remolacha azucarera (cultivo anual) tuvo una fuerte baja de producción en la UE comparado con la campaña anterior pues bajó desde los 21,32 millones de t producidas. Lo interesante que destaca la UE es que, desde la terminación de la PAC, la producción aumentó un 14% en 5 años. Sin embargo, admitieron que el azúcar entrará en el acuerdo. El precio del azúcar al productor era en Enero 2019 de 312 euros/t, vs 371 que había sido en la campaña anterior (serian $14.644 actuales por t con cambio de $47 en Julio). El USDA le asigna para la campaña 2019–2020, una disponibilidad mayor, con 19,4 millones de t, que provendrían de repetir casi la producción actual, más 1,5 millones de t que importan de sus colonias, fruto de un anterior acuerdo con aquellas conocidas como ACP (África, Caribe, pacífico). De todas formas, su producción es menor a la del Mercosur, ya que Brasil producirá 39 millones de t de azúcar y Argentina puede llegar a 2 millones de t, con lo cual sumaria 41 millones de t, según el USDA y JOB Economics.
En ese esquema, Brasil prevé exportar 28,5 millones de t y nosotros unas 340.000. Con el etanol la cosa es algo distinta, pues el acuerdo señala que el Mercosur envíe 450.000 t/año para usos químicos con arancel 0% al momento de entrar en vigencia el mismo y luego otras 200.000 t más y por etapas en 5 años. Esto significan 567.465 m³ y 252.207 m³ respectivamente. Cabe señalar que la primera cifra equivale prácticamente a la producción del bioetanol azucarero argentino. Brasil produjo en 2018 28,5 millones de m3 y Argentina alrededor de 1,1 millones m3 para la mezcla.
El precio para julio 2019 del bioetanol de caña de azúcar fue fijado en $24,916/l (unos U$S 0,579/l) mientras el de maíz esta en $22,546/l. En diciembre 2019 se lo congelo en $29,808/l. Al cambio de hoy ($73) serían U$S 0,408/l.
Debemos destacar que el acuerdo tiene como beneficiarios a otros productos agrícolas de la región, como ser los cítricos (limones, naranjas y mandarinas), arándanos, frutillas, poroto de soja, algodón, aceite de soja para industria, biodiesel (ambos de Frías, Sgo.) y muchos otros productos que son fuertes en distintas economías regionales de nuestro país, como el arroz (con 60.000 t sin arancel), manzanas, peras, duraznos, ciruelas, cerezas, frutos secos, pasas y uvas de mesa, maní, aceite de girasol para industria, manteca, productos de pesca (en especial merluza), etc.
Se incorporan carne aviar con 180.000 t sin arancel y la miel con un máximo de 45.000 t/año. Los cítricos se completarán en un plazo de 4 a 10 años para llegar si arancel. Se agrega la carne vacuna con 90.000 t y distribuida un 55% refrigerada y 45% congelada, pero a los 5 años no tendrán arancel, mientras la requerida cuota Hilton (por su calidad) no pagará arancel de entrada. Los vinos (atención a los producidos en nuestros valles) van con cuota y sin arancel en 8 (ocho) años (una rebaja tributaria ayudaría más en todo esto).
En resumen, se establecieron las siguientes categorías:
1) Las que tendrán arancel 0% de entrada.
2) Las que ese arancel 0% les irá llegando entre 4 y diez años.
3) Las que entran con cuota y arancel 0%. Interesante perspectiva para integrarnos con los grandes países consumidores.
Por Ing. Agrónomo, Franco Augusto Fogliata.
MercadoAzúcar.
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