OPINIÓN | Necesaria Modernización

Nuestra actividad azucarera necesita modernizarse en algunos aspectos. Entiendo que es un tema que merece ser considerado, atento a que representa el mayor PBI industrial de la provincia.

Deseo referirme y enfa­ti­zar en lo con­cerniente a sobre cómo se debería val­orizar la cal­i­dad de la caña de azú­car en el país, pero en espe­cial en Tucumán, dado la enorme reper­cusión económi­ca, que ello rep­re­sen­ta, pues hace al sis­tema de pago del pro­duc­to entre­ga­do para su indus­tri­al­ización.

Es decir, cono­cer con certeza los kilos de azú­car que se obtienen por tonela­da de caña mol­i­da. El tema es de vie­ja data y Tucumán pre­sen­ta en este aspec­to un atra­so tec­nológi­co de unos 50 años aprox­i­mada­mente dado que nos mane­jamos con una fór­mu­la para cal­i­ficar el jugo de la caña que proviene de 1972 (con la abro­ga­da Ley 19.597) que surgió luego de la gran cri­sis azu­car­era de 1966–67 cuan­do todo el sis­tema de cosecha era con caña limpia­da man­ual­mente, además de ten­er ‑tan­to en cam­po como en fábri­ca- una tec­nología total­mente dis­tin­ta de la actu­al, donde casi toda la cosecha es mecan­iza­da (Tucumán tiene casi el 90% así); ello con­ll­e­va la necesi­dad de cam­biar el enfoque de aque­l­la fór­mu­la cita­da, pues con­tiene parámet­ros viejísi­mos con más de 100 años de antigüedad que ya no se usan en el mun­do azu­carero mod­er­no.

Tra­ba­jan­do así se subes­ti­ma el ver­dadero poten­cial de sac­arosa que con­tienen las var­iedades de caña actual­mente cul­ti­vadas en Tucumán. Eso incide direc­ta­mente en la can­ti­dad de azú­car obteni­da por tonela­da de caña. El lec­tor com­pren­derá que en 100 años las cosas en el mun­do azu­carero cam­biaron muchísi­mo y es fun­da­men­tal ade­cuarse a ese cam­bio. Los lab­o­ra­to­rios tucumanos siguen afer­ra­dos al con­cep­to de los denom­i­na­dos “Análi­sis indi­rec­tos” con las mues­tras del jugo prove­nientes de la primera pre­sión del trapiche y que el doc­tor William Cross intro­du­jera en Tucumán en 1928 jun­to al Lau­do Alvear.

Hoy en día las téc­ni­cas mod­er­nas impo­nen los “Análi­sis Direc­tos” con jugos extraí­dos de pren­sas hidráuli­cas ‑pre­vio des­menuza­do- que per­mite val­o­rar la caña com­ple­ta es decir analizar el jugo y la fibra sin el uso de con­tro­ver­tidos coe­fi­cientes que emplea­ban los holan­deses allá por 1900 cuan­do ocu­pa­ban la isla de Java (hoy Indone­sia). No com­pren­do el porqué de la resisten­cia al cam­bio cuan­do la propia Sociedad Inter­na­cional de Tec­nól­o­gos de Azú­car de Caña desechó en la déca­da de 1960 esos fac­tores.

Todos los lab­o­ra­to­rios deberían tra­ba­jar con ese nue­vo enfoque, además de estar uni­formiza­dos con equipos dig­i­tales para hac­er más jus­ta la relación cañero/industrial. Por últi­mo con­sidero de gran impor­tan­cia igualar aquel anacróni­co fac­tor emplea­do para obten­er la sac­arosa % caña porque no existe ningún fun­da­men­to téc­ni­co para que Salta y Jujuy ten­gan asig­na­do un val­or may­or que Tucumán. Así frente a una sim­i­lar cal­i­dad del jugo, Tucumán pierde al cal­cu­larse los kilos de azú­car por tonela­da de caña.

El fac­tor Java debe ser uno solo de 0,82 y fijo en la zafra. Para eso se decuen­ta el “trash”.

Por Ing. Fran­co Augus­to Fogli­a­ta / francofogliata@hotmail.com