VILUCO | Crece conflicto y refleja crisis pyme en industria del biodiésel

Hay unas 200 empresas chicas y medianas cuya producción va 100% al mercado interno. Pero el Gobierno les fija precios bajos y sin rentabilidad.

La fir­ma pro­duc­to­ra de biodiésel Vilu­co sigue ade­lante con un plan para achicar su estruc­tura, que pre­vé el despi­do de 117 de sus 200 emplea­d­os. Su situación es refle­jo de la cri­sis que afec­ta a las pequeñas y medi­anas empre­sas de esta indus­tria. Mien­tras, los afec­ta­dos siguen real­izan­do jor­nadas de protes­tas en el ingre­so de la fábri­ca ubi­ca­da en la local­i­dad de Frías, provin­cia de San­ti­a­go del Estero.
El con­flic­to está lejos de solu­cionarse porque la empre­sa insiste en que no está en condi­ciones de abonar el 100% de las ind­em­niza­ciones de 50 de sus emplea­d­os y a la par decretó la sus­pen­sión de otro tan­to. Los des­pe­di­dos jun­to con el gremio denun­cian que los dueños ‑el grupo tucumano Luc­ci- estarían “vacian­do” la plan­ta por lo que cor­rería peli­gro la con­tinuidad de toda la oper­a­to­ria.

El caso de Vilu­co es uno de los más extremos del sec­tor, pero tam­bién un fiel refle­jo de la cri­sis que están atrav­es­an­do las pymes pro­duc­toras de biodiésel, que advierten que ante la caí­da de la rentabil­i­dad y los pre­cios deprim­i­dos muchas podrían cer­rar.

Actual­mente en la Argenti­na hay alrede­dor de 200 empre­sas chi­cas y medi­anas que vuel­can el 100% de su pro­duc­ción al mer­ca­do inter­no para el corte oblig­a­to­rio con el gasoil. Pero con­trari­a­mente a lo que sucede con los com­bustibles fósiles, el biodiésel se vende local­mente a un pre­cio reg­u­la­do por el Gob­ier­no que actual­mente está muy por deba­jo de una rentabil­i­dad ópti­ma des­de hace var­ios meses.

El panora­ma se agravó hace unos sem­anas cuan­do el Gob­ier­no mod­i­ficó la fór­mu­la con la que venía tra­ba­jan­do para cal­cu­lar el pre­cio y estable­ció en abril un val­or muy por deba­jo de los cos­tos de la indus­tria, luego de 60 días de con­ge­lamien­to.

Aho­ra las pymes ame­nazan con recur­rir a la Jus­ti­cia para con­seguir un pre­cio jus­to, pero expli­can que de no solu­cionarse en breve este prob­le­ma, no tienen demasi­a­do mar­gen de super­viven­cia porque su prin­ci­pal insumo ‑el aceite de soja- está dolar­iza­do y lo mis­mo sucede con el segun­do en impor­tan­cia, un deriva­do de la indus­tria petrol­era, que a su vez sólo es pro­vis­to por YPF.

Lo cier­to es que esta prob­lemáti­ca se com­parte en igual medi­da con la indus­tria del bioetanol. Hoy todos los bio­com­bustibles que se com­er­cial­izan en el mer­ca­do inter­no están regi­dos por pre­cios reg­u­la­dos.

Muy lejos quedaron aque­l­las ilu­siones del sec­tor de los bio­com­bustibles que solic­ita­ban que se incre­mente el corte con las naf­tas y el gasoil y mostra­ban su inten­ción de conc­re­tar mil­lonar­ias inver­siones para abaste­cer el crec­imien­to mer­ca­do inter­no.

Mien­tras tan­to, en los próx­i­mos días, se espera un nue­vo incre­men­to de los com­bustibles fósiles que sería de entre el 5% y el 8% ‑deriva­do de la suba inter­na­cional del pre­cio del petróleo- y en la otra vere­da, los indus­tri­ales pymes de los bio­com­bustibles advierten que el camino del ajuste que ini­ció Vilu­co será imi­ta­do por otras empre­sas en breve.

Fuente: Ámbito.