Valle de San Francisco | La melaza de la caña de azúcar está mejorando la productividad

Una mezcla de sacarosa y sales minerales, a ejemplo de potasio, calcio y fósforo está haciendo la diferencia en la producción de frutas en el Valle del São Francisco.

Es la melaza de la caña de azú­car que viene per­mi­tien­do un aumen­to de la pro­duc­tivi­dad en 12 a 15%, prin­ci­pal­mente en los huer­tos de uvas, y lo que es mejor, con una economía de cer­ca del 20% en relación al uso de otros pro­duc­tos.

El fer­til­izante nat­ur­al mul­ti­pli­ca los microor­gan­is­mos del sue­lo, mejo­ra la col­oración de las hojas y de los fru­tos y da más cal­i­dad en la vida de las plan­tas con el uso recomen­da­do en prác­ti­ca­mente todas las cul­turas. Gen­eral­mente se apli­can 25 litros por hec­tárea durante una cosecha.

Pero, los ben­efi­cios de la melaza o abono dulce, como ya viene sien­do lla­ma­do, no paran ahí. Según el inge­niero agrónomo y con­sul­tor agrí­co­la, Pedro Ximenes, el pro­duc­to nat­ur­al tam­bién se ha mostra­do un exce­lente ali­a­do en el com­bate a las pla­gas de las labran­zas. “Cuan­do se uti­liza jun­to con un agente de con­trol de pla­gas la melaza aumen­ta la efi­cien­cia generan­do economía para el pro­duc­tor”, pun­tuó.

Un solo provee­dor del pro­duc­to a gran escala en el Valle del São Fran­cis­co, Agrovale responde actual­mente por una pro­duc­ción diaria de 214 mil litros. La may­or parte de esta melaza con­cen­tra­da está des­ti­na­da a la pro­duc­ción de azú­car y etanol, y tam­bién en pequeña escala, uti­liza­da como ali­mentación ani­mal aso­ci­a­da al baga­zo hidroliza­do. De acuer­do con el direc­tor vicepres­i­dente de Agrovale, Denis­son Flo­res, la uti­lización de la melaza en la pro­duc­ción de fru­tas agre­ga val­or a las dos activi­dades y expande aún más los hor­i­zontes de la fru­ti­cul­tura. “Los pro­duc­tores sólo tienen que ganar con el aumen­to de la pro­duc­tivi­dad y la cal­i­dad de las plan­tas y de los fru­tos, amplian­do aún más el buen con­cep­to que tiene las fru­tas del Valle del São Fran­cis­co en Brasil y en el mun­do”, enfa­tizó.

Denis­son Flo­res destacó además que un por­centa­je sig­ni­fica­ti­vo de los sub­pro­duc­tos de la caña está des­ti­na­do al proyec­to socioam­bi­en­tal de la empre­sa a través de dona­ciones a diver­sos seg­men­tos sociales de la región. “En 2017 don­amos más de 600 toneladas de oru­jo hidroliza­do para aso­cia­ciones de pequeños pro­duc­tores rurales de Juazeiro y el año pasa­do tam­bién hici­mos la donación de 80 mil toneladas de paja para 15 mil pequeños pro­duc­tores rurales de 10 munici­p­ios de la región”, ade­lan­tó. De la caña de azú­car se aprovechan aún el azú­car, oru­jo, tor­ta de fil­tro, vainil­la, aceite de oli­va, alco­hol crudo y levadu­ra seca.

Fuente: Cana Online.