Asumió el nuevo Subsecratario de Alimentos y Bioeconomía. Los retos que deberá enfrentar para recuperar un área clave para el desarrollo de Argentina.
La Argentina está comenzando una nueva etapa política y la bioeconomía tiene mucho que aportar. El flamante Subsecretario de Alimentos y Bioeconomía, Marcelo Alós, seguramente lo tiene claro, pues es un hombre que conoce muy bien el impacto que tienen las economías regionales en la actividad local.
Llega a la cartera de Basterra luego de ocupar el cargo de ministro de la Producción de San Juan. Previamente, según publicó el medio sanjuanino El Zonda, estuvo a cargo de las carteras provinciales de Política Económica y de Agricultura y Ganadería. De acuerdo al medio cuyano, también ocupó la vicepresidencia del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
La industria del vino es una de las economías regionales más fuertes del país. Ya hemos hablado mucho en esta sección de la estrecha relación que tiene con la bioeconomía. Y precisamente la industria del vino es uno de los sectores que más está sufriendo los efectos del cambio climático.
No solo por el aumento de temperaturas medias, sino también por los cambios estacionales en los regímenes de precipitaciones, la mayor frecuencia de heladas tardías, las tormentas más intensas, granizos, etc. Estos fenómenos afectan a la maduración de las uvas y por lo tanto impactan en la producción y en la calidad final del vino.
Afortunadamente, las consecuencias del cambio climático aún no han sido tan graves en Argentina como en otros países. En Chile, por ejemplo, desaparecieron varios de viñedos en el norte del país por la escasez creciente de humedad. Del mismo modo, están surgiendo nuevas regiones impensadas años atrás, como el caso de los Ao Yun en el Himalaya, presentado en este portal la semana pasada.
El cambio climático preocupa tanto a esta industria que en la exposición Vinexpo de Burdeos, la más importante del mundo, hubo un acuerdo entre los grandes productores para que el sector lidere con ejemplos, la implementación de prácticas sostenibles para reducir la huella de carbono.
Fuente: Bioeconomía.
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