La industria energética está cambiando su dinámica en medio de la volatilidad actual del mercado. Esto es evidente por el patrón de transición actual observado en todo el oeste de los Estados Unidos.
La conversión de varias refinerías de petróleo crudo en plantas de combustibles renovables es algo que está destinado a suceder. Esto podría dar un impulso a las empresas que en estos momentos están luchando en un mercado afectado por el coronavirus.
La demanda de combustibles se ha desplomado debido a las restricciones de circulación en todo el mundo inducidas por el coronavirus. Las prohibiciones de viajar han erosionado significativamente la demanda de gasolina y combustibles para aviones. Para superar la recesión, varias empresas de refinación de crudo han reducido el ritmo de operación en sus instalaciones. Algunas incluso están cerrando sus plantas de forma permanente y abandonando el exceso de capacidad debido a los márgenes menores. La semana pasada, Royal Dutch Shell dijo que planea cerrar permanentemente una refinería de petróleo en Filipinas. La importante empresa estadounidense de refinación Marathon Petroleum Corporation también planea cerrar dos plantas de refinación de petróleo crudo ubicadas en California y Nuevo México por la baja demanda de combustible.
Algunas empresas han elegido el camino de la supervivencia a través de la transformación. La semana pasada contamos que Phillips 66 anunció la conversión de su refinería en Rodeo, California, en una planta exclusiva de elaboración de biocombustible. Se espera que el proyecto Rodeo Renewed de Phillips 66 se convierta en la instalación de biodiésel más grandes del mundo, que utilizará aceite de cocina usado, aceite de soja y grasas animales como insumos. El proyecto se desarrollará de acuerdo con los estrictos estándares de combustible de California. Marathon Petroleum, de acuerdo a infomación de Zach, también estaría evaluando el futuro de una refinería para la producción de biodiésel.
En junio, también te contamos que HollyFrontier Corporation HFC, una petrolera de Texas, convertirá su refinería de petróleo crudo de Cheyenne, WY, en una instalación de diesel renovable para beneficiarse de la creciente demanda de combustible alternativo.
Con los grupos ambientalistas presionando para reducir las emisiones y varios organismos gubernamentales introduciendo estándares de combustible más estrictos, se espera que la demanda de combustibles renovables aumente rápidamente en los próximos días.
Exxon Mobil Corporation días atrás acordó con Global Clean Energy la compra de 2,5 millones de barriles de diésel renovable por año a partir de 2022 y hasta 2027.
El consumo de biodiesel en EEUU pasó de los 10 millones de galones en 2001 a más de 2 mil millones de galones en 2016, según la Administración de Información de Energía de EEUU. Aunque los aranceles sobre las importaciones de biodiésel de bajo costo han reducido el consumo de 2017 a 2019, es probable que retome la senda de crecimiento a medida que la producción nacional siga aumentando a un ritmo acelerado. Se requiere un mercado fuerte para vender la creciente producción del producto. En particular, California es su mayor consumidor. El Estándar de Combustible Bajo en Carbono de California brinda beneficios económicos por el uso de biodiesel. También se espera que la demanda del biocombustible aumente en otros países con la flexibilización de los bloqueos.
Sin embargo, algunos analistas cuestionan si habrá suficiente demanda en el mercado de diésel renovable que pueda justificar tantas conversiones en refinerías. Según ellos, los actores existentes como Valero Energy Corporation VLO, Renewable Energy Group y otros con una importante capacidad de producción de diesel renovable han capturado la mayor parte de la materia prima. El tiempo dirá si los nuevos participantes en el mercado podrán sobrevivir a largo plazo.
Zach/Bloomberg
Fuente: Bioeconomía.