Bioetanol para bajar el precio de la nafta

El gobierno argentino tiene una oportunidad única para controlar, a partir de ahora, el precio de las naftas: impulsar decisivamente el uso del bioetanol, mediante la duplicación del corte, que hoy se encuentra en 12%, y promoviendo su uso alternativo al 100%, tal como lo hace Brasil, por ejemplo.

El drás­ti­co aumen­to del pre­cio de los com­bustibles con­t­a­m­i­nantes llevó a una situación en la que los argenti­nos miramos azo­ra­dos cuán­to cues­ta llenar el tanque de los vehícu­los mien­tras las petrol­eras afir­man que “fal­tan más aumen­tos” para lle­gar al val­or “de equi­lib­rio” de las naf­tas.

Si el Gob­ier­no quiere real­mente mod­er­ar las subas en las naf­tas, debe impul­sar en for­ma inmedi­a­ta un may­or uso del bioetanol en la matriz de com­bustibles líqui­dos. El pre­cio de este bio­com­bustible (en base maíz) es muy com­pet­i­ti­vo a niv­el mundi­al, y lo trans­for­ma en una alter­na­ti­va sus­tentable y efi­ciente para los con­sum­i­dores.

Pero, de man­era con­traria a lo que sucede en todo el plan­e­ta, el sec­tor del bioetanol de maíz trans­fiere bue­na parte de su renta a las petrol­eras, y no al revés, y se ve impe­di­do de aumen­tar su pro­duc­ción por fal­ta de ini­cia­ti­vas conc­re­tas del gob­ier­no nacional.

La Argenti­na pro­duce 40/50 mil­lones de toneladas de maíz al año y expor­ta entre 20 y 30 mil­lones de toneladas sin dar­le may­or val­or agre­ga­do: pro­ponemos, de modo con­cre­to, usar has­ta cin­co mil­lones de toneladas que no tienen uso local, para duplicar la pro­duc­ción de etanol en un pla­zo de cin­co años.

Las ven­ta­jas son claras:

1) Intro­duce com­pe­ten­cia en un mer­ca­do oligopóli­co, hecho que redun­dará en mejores pre­cios para el con­sum­i­dor.

2) Pro­mueve inver­siones por 1000 mil­lones de dólares en un perío­do de 5 años.

3) Gen­era una matriz energéti­ca más limpia, acorde con los com­pro­misos de la Argenti­na para reducir las emi­siones de gas­es de efec­to inver­nadero.

4) Desar­rol­la las economías regionales, tal como lo hizo has­ta aho­ra en las provin­cias de Cór­do­ba, San­ta Fe, y San Luis, en donde se mul­ti­pli­caron los puestos de tra­ba­jo, ofre­cien­do sal­i­das lab­o­rales gen­uinas tan­to para obreros, téc­ni­cos e inge­nieros.

5) Mul­ti­pli­ca la pro­duc­ción de bur­lan­da de maíz, el co-pro­duc­to que ofrece al mer­ca­do de la ali­mentación ani­mal una poderosa fuente pro­te­ica a bajo cos­to.

6) Susti­tuye importa­ciones: el uso del bioetanol per­mite dis­minuir las com­pras de naf­tas, impactan­do pos­i­ti­va­mente en la bal­an­za com­er­cial.

En defin­i­ti­va, por cues­tiones ambi­en­tales, económi­cas y sociales, es la hora del bioetanol.

Fuente: El Cro­nista.