Vaca Muerta. Se despierta el gigante que va por el milagro

El progreso, muchas veces caótico, salta a la vista en cualquier rincón de esta localidad que va camino de triplicar su población (2500 habitantes en 2012, más de 8000 hoy).

“Aunque ven­go habit­ual­mente, cada vez que llego me sor­pren­do con un nue­vo hotel, un edi­fi­cio que no conocía, depósi­tos gigantes”, dice un ejec­u­ti­vo de YPF que vive en Neuquén cap­i­tal (a 100 kilómet­ros). Podría decirse que Añe­lo no cuen­ta con un par­que indus­tri­al, sino que el par­que indus­tri­al se mul­ti­plicó varias veces y ter­minó abrazan­do al pequeño cas­co de Añe­lo, en el que solo unas pocas calles están asfal­tadas.

Asien­to de un fortín para con­tener a los mal­ones indí­ge­nas durante la Con­quista del Desier­to, a fines del siglo XIX, Añe­lo enfrenta una cri­sis voca­cional: el viejo caserío se va con­vir­tien­do, a la veloci­dad de la luz, en ciu­dad petrol­era. Su desafío es asim­i­lar el avance de una indus­tria que la trans­for­mó para siem­pre.

El gran salto de Vaca Muer­ta se dio en los últi­mos años. YPF y sus socios en la explotación de petróleo (y algo de gas), y sobre todo Tecpetrol (Techint) gra­cias al aumen­to del pre­cio del gas en boca de pozo y a un esque­ma de sub­sidios polémi­co pero efec­ti­vo ‑la res­olu­ción 46, san­ciona­da por el Gob­ier­no en 2017 y recien­te­mente modificada‑, lle­varon la pro­duc­ción a nive­les impen­sa­dos has­ta hace muy poco. Vaca Muer­ta volvió a estar en el cen­tro de todas las expec­ta­ti­vas. Algunos hablaron de renacimien­to.

En el área Fortín de Piedra, Tecpetrol invir­tió has­ta aho­ra 1800 mil­lones de dólares que le per­mi­tieron alcan­zar, en poco más de un año, una pro­duc­ción récord de gas de 17 mil­lones de met­ros cúbi­cos. “Arries­gó y le sal­ió muy bien: rompió el mer­ca­do”, la elo­gian en la indus­tria.

Después de muchísi­mo tiem­po, la Argenti­na logró autoabaste­cerse de este com­bustible, a excep­ción del invier­no, e inclu­so gener­ar un sal­do expor­ta­dor. El Gob­ier­no mod­i­ficó el esque­ma de sub­sidios, para reducir­los, lo cual provocó un reclamo de Tecpetrol que aca­ba de ater­rizar en la Jus­ti­cia. “Nosotros nece­sitábamos una ven­tana de pre­cios altos como incen­ti­vo para pro­ducir, y la 46 nos ase­gura­ba eso por cua­tro años ‑dice el pres­i­dente de Tecpetrol, Car­los Orma­chea-. En Esta­dos Unidos tam­bién se hizo así, entre 2008 y 2014. Aho­ra, al cam­biar las reglas de juego, tuvi­mos que dejar de explo­rar. Ya volver­e­mos”.

Movimien­to de camiones en el acce­so prin­ci­pal al Yacimien­to Loma de la Lata de YPF Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

“Van muy bien”

En Esta­dos Unidos, el may­or jugador del mer­ca­do de no con­ven­cionales, se tomó nota de la rev­olu­ción en mar­cha en Vaca Muer­ta. “Ust­edes van muy bien. Es asom­broso lo que están con­sigu­ien­do”, le dijo sem­anas atrás un alto fun­cionario norteam­er­i­cano del área energéti­ca a una del­e­gación argenti­na que vis­ita­ba Wash­ing­ton.

El panora­ma de estos días tiene poco que ver con las dudas de los primeros años, aun cuan­do la esti­mación que la Agen­cia de Infor­ma­ción Energéti­ca de Esta­dos Unidos (en inglés, EIA) había hecho en 2013 sobre la mag­ni­tud de Vaca Muer­ta fue con­fir­ma­da con las explo­raciones pilo­to. A unos 2000 met­ros del sue­lo, deba­jo del gran yacimien­to gasífero de Loma La Lata, apare­ció una roca, el shale, de extra­or­di­nar­ias condi­ciones. Su espe­sor es de 300 a 600 met­ros, con­tra los entre 30 y 100 met­ros de Per­mi­an (Texas) y Dako­ta del Norte, dos de las grandes for­ma­ciones de shale en Esta­dos Unidos. Y su com­po­nente orgáni­co, es decir, los com­bustibles que alber­ga, de primer niv­el mundi­al.

“Pero surgió un prob­le­ma. El crudo había caí­do a menos de 50 dólares el bar­ril, por lo cual la operación era económi­ca­mente invi­able: el pre­cio de ven­ta no alcan­z­a­ba para cubrir los cos­tos de la extrac­ción”, dice el econ­o­mista Ricar­do Arri­azu, que des­de hace cua­tro años se ded­i­ca a estu­di­ar el fenó­meno de Vaca Muer­ta. Alen­ta­do por un grupo de empre­sas que no son del sec­tor energéti­co, el Estu­dio Arri­azu Macroanal­is­tas aca­ba de con­cluir, al cabo de un año, el que aca­so sea el may­or tra­ba­jo de inves­ti­gación sobre el impacto económi­co para la Argenti­na, con sus ven­ta­jas y peli­gros, del gran yacimien­to que ame­naza con cam­biar de cua­jo el tablero mundi­al de com­bustibles.

A pesar de que la ecuación económi­ca no cerra­ba, YPF empezó a oper­ar en el área de Loma Cam­pana, muy cer­ca de Añe­lo. Al tesoro escon­di­do en las pro­fun­di­dades le había lle­ga­do la opor­tu­nidad de mostrarse. Lo que se veía era tan valioso que jus­ti­fi­ca­ba el esfuer­zo. YPF decidió apos­tar fuerte, primero con la multi­na­cional norteam­er­i­cana Chevron y después con otras grandes empre­sas: en los siete años que lle­va en Vaca Muer­ta ha inver­tido, jun­to con sus socios, 9000 mil­lones de dólares. El aporte ini­cial de Chevron fue de 1200 mil­lones de dólares, pero pos­te­ri­or­mente comu­nicó que esa cifra se había ele­va­do a 2700 mil­lones.

Aca­so la esquina de Añe­lo más fotografi­a­da: los carte­les indi­can las dis­tin­tas áreas de explotación; cada vez hay más Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

De los primeros pozos, que eran ver­ti­cales (un error que costó muy caro, admiten hoy en YPF), se pasó a pozos en for­ma de L: uno ver­ti­cal has­ta la roca, de unos 2500 met­ros, y el hor­i­zon­tal, que puede lle­gar a 3500 met­ros, por el que se va en bus­ca del com­bustible. Al shale se le hacen dece­nas de frac­turas medi­ante estim­u­lación hidráuli­ca: agua y are­na dis­paradas a 9000 PSI (la medi­da de la pre­sión). Una fuerza sufi­ciente para der­rum­bar un edi­fi­cio en segun­dos. La cubier­ta de un auto de calle tiene una pre­sión de 30 PSI.

En la extrac­ción con­ven­cional, la roca no es forza­da a lib­er­ar su con­tenido orgáni­co: lo hizo sola, por la pre­sión nat­ur­al de la for­ma­ción geológ­i­ca. El petróleo y el gas ya están lib­er­a­dos y solo hay que extraer­los: por eso es más fácil y menos cos­toso. Pero con el méto­do no con­ven­cional ‑tres veces más caro- aumen­ta extra­or­di­nar­i­a­mente la can­ti­dad de com­bustible que se puede extraer.

Un país que resta

Frente al bur­bu­jeo de opti­mis­mo que embar­ga en los últi­mos tiem­pos a las empre­sas oper­ado­ras del yacimien­to, Arri­azu se plan­ta con cifras que pare­cen indis­cutibles: “Solo se está explotan­do el 3% de la super­fi­cie de Vaca Muer­ta. Actual­mente hay unos 1000 pozos en activi­dad, cuan­do deberían ser entre 20.000 y 35.000”. De esos 1000 pozos, 200 se abrieron el últi­mo año. Con el rit­mo actu­al de per­foración, se nece­si­tarían 150 años para desar­rol­lar la cuen­ca. La con­clusión sue­na dramáti­ca: el desar­rol­lo pleno lle­garía cuan­do ya no se usen com­bustibles fósiles (petróleo, gas y car­bón) como fuente de energía.

Sostiene, además, que la can­ti­dad de pozos no es el mejor patrón de medi­da. Lo impor­tante es la can­ti­dad de frac­turas. “En febrero hubo 712, que fue récord. Pero para que la explotación sea sat­is­fac­to­ria deberían ser 3000 frac­turas por mes”.

Para Arri­azu, no hay ningu­na duda: “Vaca Muer­ta está total­mente subex­plota­do. Ningu­na de las prin­ci­pales petrol­eras del mun­do está ponien­do acá fichas grandes, por una razón muy sen­cil­la: la Argenti­na no les resul­ta un mer­ca­do seguro y red­i­tu­able. Tam­bién es cier­to que no ten­emos infraestruc­tura para un crec­imien­to mucho más rápi­do”.

La ruta 7 (de Neuquén cap­i­tal a Vaca Muer­ta) tiene solo dos manos y vive sat­u­ra­da, la lla­ma es ven­teo de gas, por seguri­dad­Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

En el sem­i­nario que orga­nizó LA NACION días atrás sobre Vaca Muer­ta, que reunió a fun­cionar­ios y rep­re­sen­tantes de todo el sec­tor energéti­co, el “fac­tor Argenti­na” apare­ció una y otra vez. Aquí, la lla­ma­da “tasa de des­cuen­to” de una inver­sión es, por el ries­go país, muy alta. Como repi­tien­do un estri­bil­lo, muchos expos­i­tores señalaron que la poten­cial­i­dad del yacimien­to se veía lim­i­ta­da por el com­bo de dese­qui­lib­rios macro­económi­cos, inse­guri­dad jurídi­ca, cam­bios en las reglas de juego, déficit de infraestruc­tura y difi­cul­tades logís­ti­cas. Y aho­ra, la ten­sión políti­ca por las deci­si­vas elec­ciones de octubre.

Otra afir­ma­ción recur­rente refle­ja bien el panora­ma de estos días: “Del piso para aba­jo está todo bien; los prob­le­mas empiezan del piso para arri­ba”. Aun en una indus­tria acos­tum­bra­da a la volatil­i­dad, la Argenti­na es vista como un tem­blader­al.

“En otro país, Vaca Muer­ta ya estaría volan­do”, dijo, en un break del sem­i­nario, un alto direc­ti­vo argenti­no de una multi­na­cional. Bajan­do la voz, agregó: “Con el fac­tor Cristi­na latente, antes de pon­er pla­ta lo pen­sás muy bien”.

La expres­i­den­ta lo sabe. Hace algu­nas sem­anas, un asesor suyo hizo con­sul­tas entre espe­cial­is­tas en el área energéti­ca que son promer­ca­do. “No quiere ahuyen­tar a los inver­sores”, explicó el asesor.

Negocio de escala

Un ejec­u­ti­vo con man­do en las opera­ciones de una empre­sa aso­ci­a­da a YPF opina que Vaca Muer­ta va pro­gre­san­do razon­able­mente, dadas las cir­cun­stan­cias. “Hoy están tra­ba­jan­do más de 20 equipos. Si quisiéramos que hubiese 100, sería imposi­ble, la estruc­tura actu­al no lo resi­s­tiría”. Dice que se nece­si­tan rutas, duc­tos y mano de obra cal­i­fi­ca­da, entre muchas otras cosas.

La indus­tria petrol­era deman­da inver­siones mul­ti­mil­lonar­ias. Para lle­gar a 1000 pozos más por año se requieren 15.000 mil­lones de dólares, solo en gas­tos de per­foración. Otros 15.000 mil­lones costaría con­stru­ir plan­tas para licuar el gas, sin las cuales no se lo puede alma­ce­nar para el invier­no, cuan­do más sube el con­sumo, ni se lo puede expor­tar a los grandes mer­ca­dos de ultra­mar. En primer lugar, Chi­na, la India y Japón.

Esos 30.000 mil­lones, para ape­nas dos rubros, con­trastan con las inver­siones hechas has­ta aho­ra. La may­or fueron, en siete años, los 9000 mil­lones de YPF y sus aso­ci­adas. El sec­re­tario de Energía, Gus­ta­vo Lopetegui, sub­raya, no obstante, que el año pasa­do la inver­sión total en la cuen­ca neuquina alcanzó los 4200 mil­lones de dólares. “Ten­emos que aprovechar nues­tra opor­tu­nidad. Hay más de 20 país­es con recur­sos no con­ven­cionales, y solo se explotan en Esta­dos Unidos, la Argenti­na y Canadá”.

Un téc­ni­co en la per­foración de YPF Crédi­to: YPF

Por los altos cos­tos de pro­duc­ción del shale, los már­genes de ganan­cia son reduci­dos. Es un nego­cio inten­si­vo, de escala, que exige per­foración per­ma­nente de pozos (su rendimien­to es muy alto al prin­ci­pio y ensegui­da cae), algo que solo se puede sosten­er con un flu­jo con­stante de dinero.

“El niv­el de activi­dad hoy en Vaca Muer­ta es impor­tante ‑dice Daniel Gerold, uno de los más recono­ci­dos con­sul­tores en temas de energía-. Pero no va a explotar, entre otras razones porque se requiere muchísi­mo cap­i­tal. Las empre­sas de acá no tienen ese cap­i­tal, y las de afuera mues­tran más interés en otros mer­ca­dos, que les ase­gu­ran mejores retornos”.

Agre­ga otro fac­tor: el arranque fuerte se dio por el lado del gas y no del petróleo. “Un error, porque durante ocho meses del año en el país no hay deman­da de gas. Hay que pri­orizar el petróleo, como se está empezan­do a hac­er aho­ra. El petróleo tiene un val­or de exportación que es 2,5 veces supe­ri­or al del gas”.

Área de ven­teo a la vera de la ruta 7, en el acce­so al pueblo de Añe­lo Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

La seguri­dad jurídi­ca tam­bién apare­ció insis­ten­te­mente en la agen­da del sem­i­nario de LA NACION: reglas claras y per­ma­nentes, pre­vis­i­bil­i­dad, ade­cua­do mar­co legal. “No es fácil atraer cap­i­tales cuan­do, además de todas las difi­cul­tades, en Río Negro se está hablan­do de pro­hibir el frack­ing, y en Chubut, de pon­er­le un impuesto al vien­to”, dice Arri­azu.

“El futuro de Vaca Muer­ta está ata­do al futuro de la Argenti­na”, dijo Miguel Gutiér­rez, pres­i­dente de YPF, durante el sem­i­nario. En la platea, alguien comen­tó que el ide­al sería que la ecuación estu­viese inver­ti­da.

Año bisagra

Oper­adores del yacimien­to nie­gan que haya una subex­plotación. Sostienen que es imposi­ble saltear o apu­rar la eta­pa ini­cial de apren­diza­je, eval­u­ación y madu­ración. Y de conocimien­to de la zona, porque la pro­duc­tivi­dad no es igual en todas las áreas. Hay que pro­bar mucho, y eso lle­va tiem­po y dinero.

“Nosotros empezamos en Loma Cam­pana con un pilo­to de 100 pozos ver­ti­cales y has­ta 20 equipos [de extrac­ción] tra­ba­jan­do, lo cual fue un exce­so, un gran error estratégi­co ‑afir­ma Daniel González, CEO de YPF-. Quizá subes­ti­mamos la com­ple­ji­dad de la operación, y además tam­bién había una necesi­dad de mostrar resul­ta­dos rápi­dos”.

El año pasa­do, dice, fue bis­agra. Por primera vez, la operación de YPF en Vaca Muer­ta, enfo­ca­da en el petróleo, pasó a ten­er flu­jo neto pos­i­ti­vo (may­ores ingre­sos que egre­sos). “En Esta­dos Unidos hay empre­sas de no con­ven­cionales que empezaron mucho antes que nosotros y todavía no lo alcan­zaron”. Lo atribuye a la cal­i­dad de la roca neuquina, a la cur­va de apren­diza­je y a que se con­sigu­ió bajar los cos­tos.

El sep­a­rador de tres fas­es es un gran recip­i­ente a pre­sión dis­eña­do para sep­a­rar los eflu­entes del pozo: crudo, gas y agua

 

La sala de mon­i­toreo en la geren­cia de NOC, en el yacimien­to de YPF en Loma de la Lata, Vaca Muer­ta Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

La abrup­ta baja de los cos­tos de pro­duc­ción es el tro­feo que todos exhiben en Vaca Muer­ta. En 2013, la explotación de crudo costa­ba 110 dólares por bar­ril. Hoy, algo menos de 40 dólares. La caí­da se expli­ca por esa cur­va de apren­diza­je, por el acuer­do con el gremio petrolero para flex­i­bi­lizar las condi­ciones lab­o­rales y por la mejo­ra en la pro­duc­tivi­dad.

Los escép­ti­cos respec­to del niv­el de explotación de la cuen­ca neuquina apor­tan otros dos datos: en Vaca Muer­ta están operan­do algo más de 30 equipos de per­foración, con­tra 1600 de los cam­pos de no con­ven­cionales en Esta­dos Unidos. Y ape­nas hay tres o cua­tro “desar­rol­los masivos”, expre­sión que en la indus­tria petrol­era sig­nifi­ca cumplir todas las fas­es, des­de la explo­ración has­ta la extrac­ción, y con un número sig­ni­fica­ti­vo de pozos. “Se ve mucho chiq­ui­taje”, dicen.

González no está de acuer­do. “No impor­ta tan­to el tamaño de la ficha que se juegue, sino la con­sis­ten­cia. El rit­mo actu­al es razon­able. Es obvio que con esta tasa de des­cuen­to la cosa se com­pli­ca, pero no hemos para­do ningún proyec­to por fal­ta de socios o de cap­i­tal”.

Día y noche. Equipo de per­foración de YPF en el área petrol­era de Loma Cam­pana, que explota aso­ci­a­da a la multi­na­cional norteam­er­i­cana Chevron; la activi­dad no se detiene nun­ca Crédi­to: YPF

En YPF recono­cen, de todos mod­os, que el mar­gen para cre­cer es grande. El año pasa­do extra­jo en Loma Cam­pana 58.000 bar­riles diar­ios de crudo (57% más que en 2017), y se pro­pone lle­gar a 120.000 en 2023.

“Los grandes jugadores están, como Exxon, Chevron, Shell, Total y otros ‑dice Ale­jan­dro Mon­teiro, min­istro de Energía de Neuquén-. Pero, es cier­to, por aho­ra con par­tic­i­pación lim­i­ta­da. Para esas multi­na­cionales, la Argenti­na es un lugar más, y com­ple­jo. La inesta­bil­i­dad macro y la inesta­bil­i­dad jurídi­ca son ele­men­tos que jue­gan en con­tra. Nue­stro desafío como país es crear las condi­ciones ade­cuadas”.

Tam­bién hay jugadores chicos, como Vista Oil & Gas, la empre­sa coman­da­da por el expres­i­dente de YPF Miguel Galuc­cio. En su sal­i­da a la bol­sa en Méx­i­co, en 2017, con­sti­tuyó un fon­do de 850 mil­lones de dólares, todos con el mis­mo des­ti­no: Vaca Muer­ta.

“En Esta­dos Unidos ‑dice Gastón Remy, CEO de Vista, ex-Dow‑, la rev­olu­ción del shale no la hicieron las majors, sino las insur­gentes, que tienen un man­age­ment más cer­cano a la operación. Esas com­pañías son las que le encon­traron la vuelta a la per­foración hor­i­zon­tal y al frack­ing”.

Vista está extrayen­do en el área de Baja­da de Palo 24.000 bar­riles diar­ios de crudo y aspi­ra a lle­gar a 65.000 bar­riles en 2022. “A difer­en­cia de las grandes, todas nues­tras fichas están pues­tas en Vaca Muer­ta”, dice Remy.

Sis­tema de trans­porte de agua uti­liza­da en el frack­ing hidráuli­co para la explotación del petróleo y gas no con­ven­cionales. Se extiende des­de el Embalse Los Bar­reales has­ta los diver­sos yacimien­tos de Vaca Muer­ta Fuente: LA NACION — Crédi­to: Rodri­go Néspo­lo / Envi­a­do Espe­cial

Como muchos en el sec­tor, la empre­sa de Galuc­cio pide que se liberen las exporta­ciones de crudo. Bajo la lóg­i­ca de un país que ha sido históri­ca­mente impor­ta­dor neto de petróleo, y que por lo tan­to priv­i­le­gia el abastec­imien­to local, las ven­tas al exte­ri­or siguen estando restringi­das. “Ya lleg­amos al autoabastec­imien­to. Hay que per­mi­tir que el exce­dente pue­da ser expor­ta­do, lo que gener­aría un impor­tan­tísi­mo ingre­so de dólares al país. Y esos dólares per­mi­tirían aumen­tar la pro­duc­ción. Se for­ma así un cír­cu­lo vir­tu­oso”, dice Remy.

En Esta­dos Unidos, que tam­bién tenía lim­ita­ciones a la exportación, el boom del shale obligó a revis­ar ese esque­ma. En 2015, Oba­ma elim­inó las restric­ciones y en cua­tro años se cua­dru­pli­caron las ven­tas de com­bustibles al exte­ri­or.

“Seguirá muerta”

La suerte de Vaca Muer­ta parece oscilar per­ma­nen­te­mente entre impul­sos y frenos. De un lado, la exce­len­cia de la roca, los avances logra­dos por el man­age­ment para opti­mizar la operación y reducir cos­tos, y la decisión del Gob­ier­no, con sus mar­chas y con­tra­mar­chas, de pon­er el foco en la explotación de esos recur­sos. Del otro lado, un sin­fín de tra­bas que le impi­den can­tar vic­to­ria.

A veces, los con­trastes son bru­tales. Una recor­ri­da por las insta­la­ciones de YPF en Loma Cam­pana provo­ca asom­bro: pro­fe­sion­ales super­ca­pac­i­ta­dos y muy jóvenes, muchos de menos de 30 años; tec­nología de pun­ta y recur­sos inno­vadores desar­rol­la­dos por per­son­al de la empre­sa; ampliación de plan­tas, mon­i­toreo de pozos en tiem­po real medi­ante geon­ave­gación, y una mís­ti­ca fun­da­cional y ganado­ra que atraviesa el aire. Pero la ruta provin­cial que pasa por el frente de esas insta­la­ciones, la más tran­si­ta­da de Vaca Muer­ta, todavía no ha sido asfal­ta­da.

De las dos rutas provin­ciales que unen la ciu­dad de Neuquén con Añe­lo (100 kilómet­ros), la 7 tiene solo dos manos y a la 51 nun­ca la ter­mi­nan de ensan­char. Todos los días, miles de autos, com­bis, camione­tas y camiones for­man colas inter­minables. Los acci­dentes y muertes allí ya son un clási­co.

El gob­ier­no de Neuquén, que recibe entre 50 y 70 mil­lones de dólares men­su­ales en con­cep­to de regalías petrol­eras, argu­men­ta que el gob­ier­no nacional nun­ca le envió los fon­dos que le había prometi­do en 2013 para obras. “¿Eso dicen? ¿Y no se les ocur­rió cobrar pea­je? Con el trá­fi­co que tienen, la obra se paga sola”, protes­ta un ejec­u­ti­vo de Shell que via­ja sem­anal­mente a Añe­lo.

A uno de los más impor­tantes empre­sar­ios petroleros del país, escép­ti­co sobre el futuro del shale neuquino, le atribuyen haber dicho hace años: “La vaca está muer­ta y seguirá muer­ta”. En real­i­dad, está muy viva. Pero no cole­an­do.

Vaca muerta, en una cobertura a fondo

“Si tomamos las reser­vas probadas, equiv­ale a 10 veces el PBI o a 150 años de cosecha”. Estas son las razones que, según el econ­o­mista Ricar­do Arri­azu, con­vierten a Vaca Muer­ta en una ver­dadera opor­tu­nidad. Frente a esa gran expec­ta­ti­va, LA NACION decidió lle­var ade­lante una pro­fun­da y exten­sa cober­tu­ra sobre Vaca Muer­ta, que incluye esta primera nota, pero que comen­zó a fines del mes pasa­do con una jor­na­da en el diario, cuyo con­tenido se pub­li­ca hoy en el suple­men­to Economía. De ese encuen­tro, “Vaca Muer­ta: una nue­va opor­tu­nidad”, par­tic­i­paron, además de Arri­azu, fun­cionar­ios, ejec­u­tivos de petrol­eras y espe­cial­is­tas en energía. El próx­i­mo domin­go, y durante los sigu­ientes meses, con­tin­uará la serie con notas sobre dis­tin­tas temáti­cas vin­cu­ladas con Vaca Muer­ta. Los desafíos macro y estruc­turales que enfrenta; cómo ganar com­pet­i­tivi­dad con reglas de juego claras e inver­siones en infraestruc­tura; el per­fil de tra­ba­jador que se requiere, y la com­para­ción con país­es que tuvieron opor­tu­nidades sim­i­lares y las aprovecharon (o desaprovecharon) son algunos de los aspec­tos que serán abor­da­dos en todas las platafor­mas de LA NACION.

Por Car­los M. Rey­mun­do Roberts
Fuente: La Nación.