Un experimento de caña de azúcar en Louisiana, años en producción, lanzado este mes para agricultores

En cierto sentido, dos nuevas variedades de caña de azúcar anunciadas en una reunión pública esta semana llevaban más de un siglo de fabricación.

La caña mes­ti­za, desar­rol­la­da en la estación de inves­ti­gación de azú­car de LSU en St. Gabriel y en la estación del Depar­ta­men­to de Agri­cul­tura de los Esta­dos Unidos en Houma, comen­zó como plan­tones exper­i­men­tales entre otros miles de años atrás. Los atrib­u­tos larga­mente bus­ca­dos como la dulzu­ra y la resisten­cia a las enfer­medades los lle­varon al mer­ca­do.

No super­an la actu­al var­iedad super­estrel­la de la caña de azú­car lla­ma­da L 01–299 (que sig­nifi­ca LSU; el año 2001, cuan­do se le dio un nom­bre; y una des­i­gnación numéri­ca) que es apre­ci­a­da por su dulzu­ra, alto rendimien­to y Resisten­cia a la enfer­medad de la roya par­da.

L 12–201 pro­duce tal­los de gran tamaño y es más dulce que 299, dijo Pon­tif. Ho 12–615 (lla­ma­do así por la estación de inves­ti­gación del USDA en Houma) tiene tal­los de tamaño medi­ano, buen azú­car por acre y, al igual que su nue­va var­iedad, es más resistente que 299 a las enfer­medades de las plan­tas, pilosas y fran­jas mar­rones.
Las dos nuevas var­iedades tam­bién son difí­ciles de mane­jar, dijo Pon­tif.
“Hay pelos arri­ba y aba­jo del tal­lo”, dijo. “No quer­rás agar­rar­lo. Te lac­er­arán la mano. Te dol­erá; usa guantes”.
Los agricul­tores de siete par­ro­quias del área acud­ieron para obten­er esa y otra infor­ma­ción prác­ti­ca en la estación de inves­ti­gación AgUenter de LSU, ubi­ca­da en casi 600 acres de La. 30 en St. Gabriel. Ozane Gravois, que cul­ti­va 2,600 acres de caña de azú­car en la par­ro­quia de St. James, dijo que planea obten­er algu­nas de las dos nuevas var­iedades este año. La may­oría de su gran­ja, dijo, actual­mente está sem­bra­da con la pop­u­lar L 01–299, que se lanzó para la pro­duc­ción com­er­cial en 2009.
“Los más viejos se agotan por algu­na razón u otra, pier­den vig­or”, dijo Gravois. “Alrede­dor de 15 a 20 años es una bue­na car­rera para una var­iedad”. Des­de prin­ci­p­ios de 1900, LSU y el Depar­ta­men­to de Agri­cul­tura de los EE. UU., Jun­to con los pro­duc­tores de caña de azú­car, han tra­ba­ja­do para desar­rol­lar con­tin­u­a­mente nuevas var­iedades. El año pasa­do, la caña de azú­car se cul­tivó en 24 par­ro­quias, pro­ducien­do más de 1.8 mil­lones de toneladas de azú­car en bru­to y generan­do un impacto económi­co de $ 3 mil mil­lones en el esta­do.
“La caña de azú­car es un cul­ti­vo trop­i­cal”, dijo la sem­ana pasa­da Her­man Wagues­pack, agrónomo senior de la Amer­i­can Sug­ar Cane League. “A lo largo de los años, hemos crea­do var­iedades con una bue­na tol­er­an­cia al frío que fun­cionarán bien en este ambi­ente menos trop­i­cal”.
Más de 60 varia­ciones han lle­ga­do al mer­ca­do a través de esos esfuer­zos durante el últi­mo siglo, dijo Wagues­pack, pero los agricul­tores, que reg­u­lar­mente plan­tan más de una var­iedad en sus cam­pos, aprovechan­do las ven­ta­jas de cada var­iedad, actual­mente depen­den de ocho var­iedades.
“Siem­pre esta­mos tratan­do de estar un paso por delante de las enfer­medades de las plan­tas, los insec­tos y las malezas”, dijo.
El primer paso para obten­er una nue­va var­iedad de caña de azú­car es cosechar una semi­l­la de caña de azú­car, aunque cada año la cosecha no se cul­ti­va a par­tir de semi­l­las.

Se cul­ti­va com­er­cial­mente a par­tir de tro­zos de tal­lo de aprox­i­mada­mente 12 pul­gadas de largo, lla­ma­dos semi­l­las de caña, que se plan­tan des­de fines del ver­a­no has­ta prin­ci­p­ios del otoño; La cosecha comien­za el sigu­iente otoño. Una plantación de semi­l­la de caña traerá cul­tivos para los próx­i­mos tres o cua­tro años.

En Louisiana, la caña de azú­car rara vez flo­rece y pro­duce semi­l­las en el cam­po, aunque lo hace en cli­mas trop­i­cales.

“Ten­emos que con­vencer a las var­iedades para que entren en flor” al dis­minuir arti­fi­cial­mente la luz del día para las plan­tas, dijo Wagues­pack.

La semi­l­la de caña se plan­ta en mac­etas en la Estación de Inves­ti­gación de Azú­car y se con­ser­va en un inver­nadero has­ta que la caña haya cre­ci­do bas­tante. Luego, en la primera parte de julio, las plan­tas se trasladan a vagones en otro edi­fi­cio y se extien­den a la luz del sol todos los días, durante un perío­do de tiem­po que dis­min­uye grad­ual­mente, aprox­i­mada­mente un min­u­to por día, has­ta que las plan­tas de caña de azú­car Flo­rece en octubre, dijo Wagues­pack.

Cada año, LSU y el USDA cruzan aprox­i­mada­mente 200,000 plán­tu­las en la búsque­da de una nue­va var­iedad supe­ri­or.

“Si obtienes una var­iedad de esos 200,000 cada año, lo estás hacien­do bien”, dijo Wagues­pack.

En el even­to del miér­coles, Atti­cus Fin­ger, un agrónomo de la Amer­i­can Sug­ar Cane League, dijo que los agricul­tores, que com­pran semi­l­las de caña a un cos­to de alrede­dor de $ 60 por tonela­da, podrán solic­i­tar la can­ti­dad de las dos nuevas var­iedades que desean. Los cul­ti­vadores se diri­girán a los agricul­tores de su área que ayu­den en la inves­ti­gación al pro­por­cionarles en sus fin­cas nuevas var­iedades.

Hablan­do con los agricul­tores en St. Gabriel el miér­coles, Fin­ger dijo: “Si te estás pre­gun­tan­do qué var­iedad pro­bar, la respues­ta es ambas”.

Fuente: TheAd­vo­cate.