El sector maquinaria enfrenta decididamente a más de una encrucijada, alguna coyuntural otra de tipo crónico.
Es sabido que el sector de la industria de la maquinaria agrícola transita una crisis derivada de la situación económica trabada en un círculo duro de romper por convicciones políticas.
El panorama en este plano se puede resumir en pocas palabras como: carencia de crédito a tasas blandas, baja inversión en bienes de capital es decir pocas compras de equipos, lo cual trae aparejado un exceso de usados en los stocks de los concesionarios.
La seca, que castigó los rindes hace unos meses, influye bastante menos en las decisiones del empresario del campo, debido a que sabe de estos inconvenientes y los digiere bastante rápidamente. Además, ya pasó.
De esa crisis se sale, como en el pasado con la reactivación del crédito, la necesidad de la renovación de equipos, la aparición de la rentabilidad del negocio agrícola de la mano de buenas cosechas, de mejoras en los precios, de la demanda mundial de alimentos.
La demanda de mano de obra capacitada adecuadamente esta insatisfecha desde hace largo tiempo.
Con la llegada de la agricultura de precisión se amplió de manera significativa el abanico de temas a aprender por parte del operador de equipos, para sacar provecho de la tecnología disponible. De más esta decir, que ese conocimiento implica aumentar las prestaciones obtenidas de los equipos y su productividad. Y por ende, bajar los costos de producción.
Es decir el operador además de poner a punto una sembradora, elegir una pastilla para la pulverizadora, o nivelar una rastra de discos, precisa entender de computación y de operación de los equipos desde las pantallas táctiles que lleva la cabina.
Y todo lo anterior a la agricultura de precisión para nada ha perdido vigencia, más bien se actualiza cotidianamente con el avance de los sistemas hidráulicos, eléctricos, y las exigencias de la nueva genética de las semillas la aplicación de nuevas estrategias de manejo de cultivos, entre otros aspectos.
Lo cierto es que cuando alguien se queja de que una máquina no funciona de acuerdo a las expectativas, se rompe más de la cuenta o “no rinde” lo esperado, el problema suele estar en la cabina y en la falta de capacitación y entrenamiento del operador. Y las razones pueden ser de lo más variadas, lo que no es recomendable hacer es soslayar la falta de capacitación, debido a que ello cuesta tiempo y dinero.
La agricultura de precisión aumenta la necesidad de capacitación por parte de los operadores, y no reemplaza y desplaza la necesidad de conocer los conceptos preexistentes en lo que hace a manejo y operación de equipos.
Se escucha con frecuencia el planteo de que la tecnología desplaza mano de obra la cual es una verdad incompleta. En realidad la tecnología desplaza mano de obra carente de capacitación y entrenamiento y aumenta la demanda de personal capacitado. Si la capacitación parece cara, o que precisa de una erogación extra en tiempo y dinero, es poque se la mira con faros cortos. Lo bueno es levantar la mirada. Lo cual a veces se hace dificil, sobretodo cuando no se comprende el panorama completo.
Fuente: Clarín.
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