Por quinto mes consecutivo, en enero se registró una pérdida en el consumo de naftas y gasoil. Las petroleras contienen aumentos de precios para no perder ventas
Pese a que el Gobierno habla de una incipiente recuperación de la economía, que habría tocado el piso en el último bimestre de 2018, uno de los indicadores de actividad, que es la venta de combustibles, todavía no repunta.
En enero, el consumo de naftas y gasoil por el público (abastecido en las estaciones de servicio) cayó un 3,6% interanual y un 2,3% en comparación con el mes previo.
Es por esta razón, según comentan fuentes del sector, que las petroleras aplicaron el viernes pasado un aumento de apenas un 2,8% en surtidores. De acuerdo a lo que explican, la falta de demanda los obliga a ser cuidadosos con las cifras de incremento en un contexto de crisis.
Los datos que recopiló la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha) en base a informes de la Secretaría de Energía muestran que, como ya se experimentó a partir de abril del año pasado, cuando se desató la fuerte devaluación de la moneda nacional, las ventas de nafta premium continúan en picada: en el primer mes de 2019 retrocedieron un 26% interanual.
Al mismo tiempo, el consumo de nafta súper creció un 4,2% en relación al mismo mes del año anterior. “La migración de parte de la demanda hacia un tipo de consumo de menor calidad y precio fue una característica del sector en 2018”, analizó Cecha.
Enero fue el quinto mes consecutivo que registró valores negativos superiores al 20% en la venta de naftas premium, y también el quinto mes seguido con una caída en ventas al público en la suma de naftas y gasoil en la comparación interanual.
“Vale recordar que 2018 cerró con balance negativo y tuvo un primer cuatrimestre de aumento del consumo, un segundo de estancamiento y el tercero de retracción. Con estos datos, 2019 empieza con la misma tendencia”, explicó Cecha.
En tanto, en el segmento de agro y transporte (de pasajeros y de carga), la demanda también sigue en descenso. En enero el consumo de naftas y gasoil se replegó un 4%, mientras que en la comparación con diciembre hubo una caída de 5,6%.
La competencia entre petroleras por ganar participación de mercado, a su vez, se mantuvo casi sin cambios. Tomando en cuenta las ventas totales, entre estaciones de servicio y canales mayoristas, que abastecen al agro y al transporte de pasajeros y de carga, en enero, YPF continuó dominando con un 56%, apenas 0,4 puntos porcentuales menos que en el primer mes de 2018.
Por su lado, en el segundo lugar se mantuvo la angloholandesa Shell (que vendió en octubre su negocio de refinación y comercialización de combustibles a la brasileña Raizen pero mantiene su marca en las estaciones de servicio) con un 19,7% y una baja de 0,7 puntos porcentuales en comparación interanual.
Tercera aparece Axion, de Pan American Energy, que con 12,8% de market share fue la única que logró mejorar, en la misma proporción que la caída de Raizen-Shell. El jugador que irrumpió en el mercado fue Puma Energy, que concentró el 7,6% de las ventas de combustibles y subió la participación de Petrobras luego de comprar sus estaciones.
El viernes pasado, las petroleras aplicaron una suba de 2,8% en los combustibles, por la combinación del aumento del crudo en el mundo y el tipo de cambio en Argentina. Además, impactó un incremento tributario de 5,8% en el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), que fue dividido en dos para evitar un mayor golpe a los consumidores.
Así las cosas, en abril también habrá una presión para aumentar un poco más de un 1% las naftas y 0,5% el gasoil, independientemente de lo que pase con el petróleo, el dólar y los biocombustibles.
Sin embargo, las petroleras analizan con detalle hasta qué punto pueden subir sus precios sin que les caiga la demanda y les genere un efecto contrario de pérdida de ingresos.
Fuente: Cronista.
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