Las dificultades que ocasionó la lluvia para avanzar con la cosecha impulsaron a los administradores del ingenio a concluir la campaña. Estiman que quedaron cerca de 40.000 toneladas de caña en pie. Ya no hay superficie suficiente para que sea viable una próxima molienda.
A raíz de las complicaciones climáticas de las últimas semanas, con lluvias que dificultaron el ingreso de cosechadoras a los campos, la empresa “El Riachuelito S.R.L” anunció el viernes 23 de noviembre que daba por finalizada la zafra de caña de azúcar 2018, iniciando el “proceso de liquidación de fábrica” (terminar de procesar la materia prima que ya está dentro del circuito fabril).
Se trata de la peor noticia para la cuenca cañera. Casi la confirmación del fin del cultivo en el norte provincial. La crisis, que viene madurando hace años, habría llegado a su etapa terminal ante la sumatoria de varios factores. Entre los principales puede mencionarse que los productores dejaron de sembrar y para el año próximo no habría casi caña para moler, lo que tornaría inviable la puesta en marcha del ingenio. Concretamente: sin complicaciones climáticas, en 2019 habría apenas 30.000 toneladas de caña para moler; mientras el ingenio precisa unas 150.000 para que valga la pena ponerlo en movimiento.
Hasta el momento no hay mayor información que la comunicada por la industria a través de un mensaje de Whatsapp a los frente de cosecha y los productores. Desde la Asociación Civil Mesa Azucarera y Desarrollo Regional ‑entidad que unos días antes advirtió que la cuenca se encontraba en “caída libre”- estimaron que serían 1.200 las hectáreas no cosechadas y entre 30 y 40.000 toneladas las que quedaron sin moler.
Fuente: El Litoral.
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