La “renovabilidad” se instala en el centro de la escena energética

Bionegocios — Un especialista enumera las claves que llevarán a la Argentina a convertirse en uno de los líderes, a nivel mundial, de producción total de biocombustibles.

El Doc­tor Martín Battaglia, espe­cial­ista con Mas­ters y Doc­tor­a­dos en Sue­lo, cul­tivos y ambi­ente, estará pre­sente la sem­ana que viene en el XXVII Con­gre­so de Aapresid para hablar de las posi­bil­i­dades de desar­rol­lo de la bioen­ergía en la Argenti­na.

Los sis­temas pro­duc­tivos evolu­cio­nan, y con ellos la pro­duc­ción de energía. Frente a la real­i­dad de un sis­tema que está vivien­do su oca­so, por estar basa­do en recur­sos no ren­ov­ables (com­bustibles fósiles), surge el cul­ti­vo bioen­ergéti­co como alter­na­ti­va basa­da en un recur­so que sí es ren­ov­able.

Mis­cant­hus × gigan­teus es un pas­to perenne del tipo foto­sin­téti­co C4 con gran poten­cial para el cul­ti­vo energéti­co, y se viene ges­tando los últi­mos 15 años en el este de Esta­dos Unidos.

  1. Conc­re­ta­mente; ¿Qué es la bioen­er­gia?

De acuer­do a la defini­ción prác­ti­ca más colo­quial­mente exten­di­da al día de hoy, la bioen­ergía es la uti­lización de algún tipo de bio­masa veg­e­tal pro­duci­da en el pre­sente, para su uti­lización como fuente direc­ta (ejem­p­lo, bio­com­bustibles) o indi­rec­ta (ejem­p­lo, como pro­duc­to inter­me­di­ario para la gen­eración de biogás) de energía. Esta defini­ción supone una clara dis­tin­ción con el uso energéti­co de com­bustibles fósiles pro­duci­dos a par­tir de la descom­posi­ción quími­ca de resid­u­os de plan­tas que poblaron la tier­ra hace mil­lones de años.

empre­sa Bio 4 que pro­duce etanol aho­ra está uti­lizan­do el líqui­do que sale de los biodi­ge­stores para nutrir los cul­tivos y estu­di­an su poten­cial como sus­tra­to para hidro­ponía rio cuar­to cor­do­ba trans­for­man el maiz en ener­gia bal­ancea­do y fer­til­izante Bioe­conomía plan­ta

Sin embar­go, la defini­ción es un poco ambigua des­de el pun­to de vista deter­minís­ti­co y de pro­ce­sos, porque en ambos casos la foto­sín­te­sis, y la con­se­cuente for­ma­ción de bio­masa veg­e­tal pro­duc­to de esta, son comunes denom­i­nadores: una foto­sín­te­sis “antigua” que devi­no en la for­ma­ción de resid­u­os fósiles, en un caso, y otra foto­sín­te­sis “pre­sente” a par­tir de la cual se gen­er­an las plan­tas y gra­nos uti­liza­dos bajo el con­cep­to común­mente cono­ci­do como “bioen­ergía”, en el otro.

La difer­en­cia rad­i­cal entre ambos pro­ce­sos es la nat­u­raleza no ren­ov­able, a escala de vida humana, de los com­bustibles fósiles for­ma­dos hace mil­lones de años, en com­para­ción con la even­tual­mente ilim­i­ta­da posi­bil­i­dad de ren­o­var nues­tras fuentes actuales de bio­masa veg­e­tal para la elab­o­ración de pro­duc­tos bioen­ergéti­cos. Por ello, para enten­der el con­cep­to de bioen­ergía den­tro del mar­co más englobador de la bioe­conomía de la cual for­ma parte, es impor­tante hac­er hin­capié en esta difer­en­ciación basa­da en la ren­ov­abil­i­dad (“bioen­ergía”), o no (“com­bustibles fósiles”), de esos pro­duc­tos energéti­cos den­tro del infini­ta­mente pequeño lap­so de vida humana a escala geológ­i­ca.

  2. ¿Qué tipo de cul­tivos son aptos para esta pro­duc­ción?

Even­tual­mente, cualquier cul­ti­vo podría ser uti­liza­do para fines energéti­cos en tan­to exista una fuente de bio­masa veg­e­tal que pue­da ser trans­for­ma­da en energía. Sin embar­go, mucho menos son los cul­tivos que pueden ser efi­cien­te­mente uti­liza­dos con fines bioen­ergéti­cos des­de un pun­to de vista prác­ti­co, agronómi­co, ecológi­co y económi­co.

Entre otros, podemos citar los sigu­ientes: a) Resid­u­os de cul­tivos de gra­no como maíz, sor­go y tri­go, común­mente denom­i­na­dos bio­com­bustibles celulósi­cos o de segun­da gen­eración. Sis­temas de uso dual donde se pro­duce gra­no como insumo prin­ci­pal, para luego uti­lizar una parte deter­mi­na­da del resto de la bio­masa veg­e­tal que no es gra­no con fines energéti­cos.

b) Gra­no de maíz para elab­o­ración de bioetanol, y de soja, gira­sol, colza y Jat­ropha para biodiésel. En la actu­al­i­dad, estos sis­temas son de fin úni­co: el gra­no del cul­ti­vo es el úni­co pro­duc­to final. Los resid­u­os de cosecha de maíz en estos sis­temas de fin úni­co podrían ser económi­ca­mente uti­liza­dos den­tro de un esque­ma de uso dual.

c) Gramíneas perennes como Mis­cant­hus, Switch­grass, caña de azú­car, pas­to ele­fante, caña de Castil­la (o “giant reed”) y otros cul­tivos de segun­da gen­eración. Sis­temas bioen­ergéti­cos de fin úni­co.

3. ¿Cuál es la situación de nue­stro país respec­to a la bioen­ergía? ¿En qué esta­do se encuen­tra Argenti­na respec­to al resto del mun­do?

Argenti­na encabezó el rank­ing de pro­duc­ción mundi­al en la pro­duc­ción de biodiesel en base a soja has­ta 2012. En la actu­al­i­dad, dis­pu­ta el segun­do lugar con Brasil, por detrás de EE.UU. Si bien hoy son incip­i­entes otros tipos de cul­ti­vo como base en la pro­duc­ción de biodiésel, como son la Jat­ropha, el gira­sol y la colza es incip­i­ente, en la Argenti­na aún poseen menor impor­tan­cia. Sin embar­go, se están sen­tan­do las bases para que nue­stro país sea un actor de trascen­den­cia mundi­al en este sen­ti­do.

En cuan­to al bioetanol, Argenti­na es aún un pro­duc­tor secun­dario a niv­el mundi­al, oscilan­do entre los puestos 7 y 10 del rank­ing mundi­al en los últi­mos 10 años. Se tra­ta de un mer­ca­do repar­tido prin­ci­pal­mente entre EE.UU y Brasil, donde el primero pro­duce entre el 55% y el 60%, y el segun­do Brasil entre el 25% y 30% del total mundi­al.

Argenti­na cuen­ta hoy con unas 10 plan­tas de bioetanol, en base a caña de azú­car, local­izadas en Tucumán, Salta y Jujuy, y otras 7 en base a gra­no de maíz en el cen­tro del país, may­or­mente en Cór­do­ba.

No obstante, el reciente interés de pro­duc­tores y empre­sar­ios en cuan­to a bioetanol, suma­dos al apoyo de líneas de crédi­to para la rad­i­cación de nuevos emprendimien­tos, per­mite vis­lum­brar un panora­ma muy favor­able para la indus­tria del bioetanol en Argenti­na en los próx­i­mos 10 a 15 años. Además, si se tiene en cuen­ta la poten­cial­i­dad de uti­lizar una parte de los ras­tro­jos de cosecha de maíz, tri­go y/o sor­go para la elab­o­ración de bioetanol, Argenti­na tiene el poten­cial medi­a­to de con­ver­tirse en uno de los 3 pro­duc­tores de bioetanol más impor­tantes del mun­do. Toman­do los datos ofi­ciales de pro­duc­ción de maíz en el perío­do 2005–2015, y suponien­do que la mitad de todo lo pro­duci­do es gra­no y la otra mitad ras­tro­jo de maíz (común­mente cono­ci­do como “índice de cosecha”), la sola remo­ción del 25% de los resid­u­os de cosecha de maíz en las provin­cias de Cór­do­ba, San­ta Fe y Buenos Aires, per­mi­tiría la insta­lación de has­ta 17 plan­tas de bioetanol con capaci­dad de pro­duc­ción de entre 100 a 120 mil­lones de litros por año (en base a análi­sis pro­pio). Este esce­nario de mín­i­ma puede ráp­i­da­mente cre­cer has­ta las 22 a 26 biore­fin­erías con tasas de remo­ción de ras­tro­jos de maíz en torno al 30%, y entre 29 a 35 con tasas de remo­ción del 40%. Vale aclarar que solo esta­mos hablan­do de ras­tro­jo de maíz aquí y en base a datos del perío­do 2005–2015, momen­to en el cual la super­fi­cie des­ti­na­da a maíz fue sen­si­ble­mente menor a la reg­istra­da en los últi­mos 3 años. Ras­tro­jos de otros cul­tivos como tri­go o sor­go podrían sumarse al esque­ma.

El desafío está en cono­cer cuán­to podemos remover sus­tentable­mente, a largo pla­zo, y para cada región eco­climáti­ca de Argenti­na, antes de gener­ar efec­tos detri­men­tales en nue­stros agroe­co­sis­temas. Esos datos no están actual­mente disponibles en nue­stro país, por lo que se deben gener­ar hacien­do cien­cia.

4. ¿Posee Argenti­na car­ac­terís­ti­cas especí­fi­cas que le per­mi­tan avan­zar en este tipo de pro­duc­ción?

Sí, cier­ta­mente. La riqueza de nue­stros sue­los, la bon­dad de poseer benig­nos y vari­a­dos cli­mas en la may­or parte de la zona agropecuar­ia núcleo del país, suma­do al conocimien­to agronómi­co prác­ti­co que históri­ca­mente acu­mu­la­ron nue­stros pro­duc­tores, entre ellos la adop­ción rel­a­ti­va ‑sin com­para­ción algu­na en el plano mundi­al- del sis­tema de siem­bra direc­ta, hacen que Argenti­na ten­ga el poten­cial para con­ver­tirse en uno de los 3 país­es líderes en pro­duc­ción total de bio­com­bustibles a niv­el mundi­al en el medi­ano y largo pla­zo.

  5. ¿Cuáles son las prin­ci­pales tra­bas?

En la actu­al­i­dad, una de las prin­ci­pales tra­bas para el desar­rol­lo de Argenti­na como poten­cia mundi­al bioen­ergéti­ca está rela­ciona­da a la nat­u­raleza vari­able de la coyun­tu­ra económi­co-políti­ca de los país­es a los cuales les podemos vender nue­stros bio­com­bustibles. Como estos fac­tores son exógenos y, por lo tan­to, ajenos a nue­stro con­trol, hay poco o nada que podamos hac­er al respec­to para cam­biar la situación.

Una alter­na­ti­va super­ado­ra es la de poder ampli­ar el niv­el de corte de las naf­tas locales, lle­van­do estos val­ores del actu­al 12.5% a nive­les por enci­ma del 25% a 30%. Esta últi­ma sería una medi­da muy favor­able y factible de hac­erse en el cor­to pla­zo.

El otro gran incon­ve­niente por super­ar es la fal­ta de evi­den­cia cien­tí­fi­ca local a más largo pla­zo y en difer­entes regiones del país, que nos pro­por­cione una pau­ta más robus­ta de cuán­to resid­uo de cosecha de maíz y otros cul­tivos podemos remover sus­tentable­mente para la indus­tria bioen­ergéti­ca.

Por últi­mo, debe­mos cono­cer un poco más sobre cues­tiones agronómi­cas bási­cas de mane­jo, logís­ti­ca y trans­porte de cul­tivos perennes como Mis­cant­hus y Switch­grass, dos de los cul­tivos bioen­ergéti­cos con may­or poten­cial de pro­duc­ción. Como dije antes, esto se solu­ciona apo­s­tan­do a la cien­cia de medi­ano y largo pla­zo, y exis­ten esfuer­zos actuales que tra­ba­jan en este sen­ti­do.

La dis­ertación de Battaglia en el Con­gre­so de Aapresid ten­drá lugar en la sala CQ6 de taller, el día jueves 8 de agos­to entre las 17:30 y 18:30.

Fuente: Clarín.