La caña de azúcar pierde espacio en los campos de soja y maíz

Afectada por la fusión del petróleo, que hundió los precios del etanol, la caña de azúcar ya no se considera una cosecha tan atractiva en los campos de Brasil.

El cul­ti­vo de la caña de azú­car sufrió un duro golpe con la pan­demia de coro­n­avirus. Reinan­do en los últi­mos años en los cul­tivos en el inte­ri­or de São Paulo, la caña de azú­car comen­zó a perder espa­cio para los gra­nos: soja, maíz e inclu­so maní. Afec­ta­da por la fusión del petróleo, que hundió los pre­cios del etanol, la caña de azú­car ya no se con­sid­era una cosecha tan atrac­ti­va.

Asus­ta­do por la cri­sis del petróleo, que bajó los pre­cios del etanol, Fer­nan­do Escaroupa, de 34 años, decidió reducir su exposi­ción a la caña de azú­car. Con un área plan­ta­da de 535 hec­táreas, ya ha asig­na­do 60 hec­táreas para la ren­o­vación de cul­tivos y decidió plan­tar soja, una prác­ti­ca cada vez más común en el sec­tor.

Pero Escaroupa no se detu­vo allí. Un área degrada­da de sus tier­ras, que se encuen­tra en la región de Jabot­i­ca­bal (en el inte­ri­or de São Paulo), tam­bién estará prepara­da para la siem­bra de soja, agre­gan­do has­ta 120 hec­táreas para el cul­ti­vo de gra­nos sola­mente.

“Estoy inter­cam­bian­do lo incier­to por lo cor­rec­to”, dijo Escaroupa, quien ve una mejor rentabil­i­dad para la semi­l­la oleagi­nosa que se cosechará a prin­ci­p­ios del próx­i­mo año. Según él, hay otros agricul­tores que pueden seguir el mis­mo camino. Des­de el comien­zo de la pan­demia, el pre­cio del petróleo ha caí­do un 40%, a menos de $ 30 por bar­ril. Esto redu­jo el pre­cio de la gasoli­na, que, en con­se­cuen­cia, afec­ta direc­ta­mente al etanol.

A 200 kilómet­ros de Jabot­i­ca­bal se encuen­tra la gran­ja Ueslei Cavatão, tam­bién pro­duc­to­ra tradi­cional de caña de azú­car. En Nipoã, en la región de Monte Aprazív­el, invierte en caña de azú­car y soja, pero en los últi­mos siete años ha comen­za­do a revis­ar sus estrate­gias. Ubi­ca­do en una región donde los inge­nios azu­careros y de alco­hol se encuen­tran en una situación financiera del­i­ca­da, Cavatão tam­bién se quitó el pie de la caña para apos­tar más por los gra­nos.

“Ya tenía 500 hec­táreas con caña de azú­car. Hoy hay 300 hec­táreas para el cul­ti­vo y 400 para la soja”, dijo. La famil­ia Cavatão era un pro­duc­tor tradi­cional de naran­ja, pero vio el auge de la caña de azú­car como una opor­tu­nidad para cre­cer. Sin embar­go, en los últi­mos años, el sec­tor del azú­car y el alco­hol ha comen­za­do a mostrar sig­nos de enfri­amien­to. Con la solic­i­tud de reor­ga­ni­zación judi­cial de Usi­na Moreno el año pasa­do, la señal amar­il­la golpeó a la famil­ia Cavatão.

“No es posi­ble depen­der sim­ple­mente de una empre­sa. Pero no es posi­ble cor­tar toda la caña y solo pro­ducir soja. Esta­mos avan­zan­do en la ren­o­vación de cul­tivos y en áreas degradadas”, dijo. Según él, una bue­na parte de la siem­bra de soja en su gran­ja que aún no se ha plan­ta­do ya se ha ven­di­do en el extran­jero.

Gra­no

Tam­bién decep­ciona­do con la caí­da de los pre­cios del petróleo, Juliano Goulart Maset, de la región occi­den­tal del esta­do, comen­zó a plan­tar maní. “Los pre­cios del maní en el mer­ca­do inter­na­cional son atrac­tivos. Los pro­duc­tores de São Paulo están ven­di­en­do todo a país­es como Rusia y Ara­bia Sau­di­ta. No habrá una fies­ta de junio aquí”.

Para José Car­los Hausknecht, socio de MB Agro, hay un movimien­to con­tin­uo para cam­biar la plantación, pero no es posi­ble que el pro­duc­tor de caña tome una decisión más rad­i­cal y corte todos los cam­pos de caña. “La caña de azú­car es un cul­ti­vo perenne cuyo ciclo dura cin­co o seis años. Cada rec­eta está com­pro­meti­da. Las áreas que serán cedi­das en este primer momen­to son áreas degradadas”.

Has­ta febrero, el sec­tor de la caña de azú­car exper­i­men­tó uno de los mejores resul­ta­dos en los últi­mos años. El pre­cio del azú­car fue de alrede­dor de 15 cen­tavos por libra, en com­para­ción con 12 cen­tavos en el mis­mo perío­do del año pasa­do. Aho­ra, son alrede­dor de 10 cen­tavos. Como resul­ta­do, la may­oría de los inge­nios ya habían ven­di­do azú­car para exportación. La deman­da de etanol fue con­stante. “Des­de mar­zo, el mer­ca­do ha dado un giro absur­do”, dijo Hausknecht.

En una situación más del­i­ca­da se encuen­tran los pro­duc­tores que sum­in­is­tran mate­ria pri­ma para plan­tas de azú­car y alco­hol bajo recu­peración judi­cial y cor­ren el peli­gro de no poder pagar sus deu­das.

En la región Cen­tro-Sur (Cen­tro-Oeste, Sud­este y Sur), que con­cen­tra la may­or parte de la pro­duc­ción del país, con 350 plan­tas, la situación es aún más com­pli­ca­da para aque­l­los que solo tienen des­til­erías. De las 267 unidades pro­duc­toras, 80 solo pro­ducen etanol.

En Brasil, hay 104 unidades de pro­duc­ción en recu­peración judi­cial, de las cuales 81 en el Cen­tro-Sur, según la Unión de la Indus­tria de la Caña de Azú­car (Uni­ca). Des­de 2005, se han cer­ra­do 95 plan­tas en la región. Con las incer­tidum­bres cau­sadas por la pan­demia, una bue­na parte de las empre­sas que ya están en difi­cul­tades financieras van por el mis­mo camino.

Si la deman­da de etanol no se mantiene estable después de la pan­demia, muchos pro­duc­tores ten­drán que reducir la siem­bra de caña de azú­car y cam­biar la con­fig­u­ración geográ­fi­ca de los cul­tivos. A prin­ci­p­ios de la déca­da de 2000, cuan­do el gob­ier­no de Luiz Iná­cio Lula da Sil­va estim­uló el etanol como com­bustible, los pro­duc­tores y aven­tureros de caña tradi­cionales avan­zaron al Medio Oeste para plan­tar caña en los cam­pos de soja. Aho­ra, es la soja la que pide un bole­to para reinar solo y ganar espa­cio en tier­ras de cul­tura rival.

Fuente: Brasi­lA­gro