La caña de azúcar despunta como máximo generador de empleos

La industria de la caña de azúcar en Honduras sobresale como uno de los pilares fundamentales que sostienen la economía, convirtiéndose en el máximo generador de empleo en la Población Económicamente Activa (PEA)

La indus­tria de la caña de azú­car en Hon­duras sobre­sale como uno de los pilares fun­da­men­tales que sostienen la economía, con­vir­tién­dose en el máx­i­mo gen­er­ador de empleo en la Población Económi­ca­mente Acti­va (PEA), en las áreas de influ­en­cia donde oper­an los inge­nios azu­careros; ese aporte rep­re­sen­ta más del 40 por cien­to de ofer­ta lab­o­ral en esas regiones rurales.

“Pese a los impactos climáti­cos, el sec­tor azu­carero se mantiene en pie, cosechan­do caña de azú­car en aprox­i­mada­mente 80,000 man­zanas de tier­ra, de donde se pro­ducen más de 11 mil­lones de quin­tales de azú­car anual­mente, impli­ca tam­bién un gran ben­efi­cio para la población en gen­er­al, ya que resul­ta ser uno de los rubros que más divisas gen­era para el país”, infor­maron ejec­u­tivos de la Aso­ciación de Pro­duc­tores de Azú­car de Hon­duras (APAH).

La caña de azú­car y su impul­so a la economía, con la creación de empleos en ben­efi­cio de más de 200,000 famil­ias de for­ma direc­ta e indi­rec­ta, paga por con­cep­to de planil­las más de 1,000 mil­lones de lem­pi­ras, mien­tras por la com­pra de caña a los pro­duc­tores inde­pen­di­entes paga alrede­dor de 932 mil­lones de lem­pi­ras.

La diver­si­fi­cación en la pro­duc­ción no solo ha abier­to las puer­tas a la cal­i­dad del pro­duc­to y aumen­to del mis­mo, tam­bién mar­ca el ini­cio de una espe­cial­ización y cal­i­fi­cación de la mano de obra, esto no es posi­ble sin el interés por parte de la indus­tria en otor­gar­les a sus emplea­d­os las capac­ita­ciones e instruc­ciones nece­sarias, que les hacen cre­cer en expe­ri­en­cia y conocimien­to.

Los tra­ba­jos en este tipo de agroin­dus­tria no solo se cen­tran en la siem­bra, corte y recolec­ción de la caña de azú­car, este es un rubro un poco más com­ple­jo, ya que para una ópti­ma pro­duc­ción, con el paso del tiem­po se han ido intro­ducien­do nuevas tec­nologías y aportes cien­tí­fi­cos que per­miten que las nuevas gen­era­ciones se espe­cial­i­cen y desar­rollen su poten­cial y destrezas en los nuevos puestos lab­o­rales, bajo nor­mas y están­dares mundi­ales.

“El bien­es­tar de sus emplea­d­os es de sumo interés para la indus­tria, tomán­do­los en cuen­ta para difer­entes proyec­tos de respon­s­abil­i­dad social empre­sar­i­al, dán­doles ayu­das a ellos y sus famil­iares, al igual que la población en gen­er­al de esas áreas y lugares aledaños en la edu­cación, salud, y cuida­do del medio ambi­ente”, con­cluyó el informe sobre metas trazadas para el ciclo actu­al por la APAH.

Fuente: La Tri­buna.