El precio del azúcar en alza, Cuba sin liquidez y la industria azucarera en conteo regresivo

El deprimente estado de la industria azucarera cubana es otro ejemplo de una deficiente política de ejecución por parte del régimen, que ha inhabilitado uno de los sectores más importantes del país

Ya no hay reme­dio, por más que cor­ran. La direc­ción del país ha esta­do y per­manece en manos destruc­toras como si se tratara de la curiosi­dad de un niño que está recono­cien­do sus juguetes. Lo que pasa es que un niño cada día aprende, se supera, mien­tras que las malas prác­ti­cas de la tiranía no tienen ese afán, es una con­stante involu­ción.

Y si la arbi­trariedad y el ego for­man parte del pan­fle­to oblig­a­to­rio pues el resul­ta­do nat­ur­al es, en este caso, la pér­di­da de la indus­tria azu­car­era.

No pre­ten­dan aho­ra quer­er rescatar el pro­duc­to estrel­la, la mina de oro de la isla, porque la ven­ta de azú­car en el mer­ca­do inter­na­cional tiene pre­cios ven­ta­josos, muy com­pet­i­tivos.

Lo primero que hicieron fue anu­lar la Aso­ciación de Colonos de Cuba crea­da en la Repúbli­ca (1934). Tenía gran solidez den­tro de la población rur­al y se desta­ca­ba por sus ideas de avance y ren­o­vación. Era un organ­is­mo crea­do para rep­re­sen­tar y pro­te­ger los intere­ses de los colonos (cul­ti­vadores de caña).

En su lugar cre­an el 22 de enero de 1961 la Aso­ciación de Agricul­tores Pequeños (ANAP), luego de rec­haz­ar el proyec­to de estatu­tos que pre­sen­tó dicha aso­ciación al Min­is­te­rio de Agri­cul­tura, por con­sid­er­ar­lo anti­democráti­co, y de ser anu­ladas las elec­ciones cel­e­bradas por la Aso­ciación de Colonos de Cuba el 10 de abril de 1960.

A par­tir de aquí no solo crearon la ANAP, sino las Del­e­ga­ciones Provin­ciales de la ANAP y las Del­e­ga­ciones Locales de Cul­ti­vadores de Caña.

Y aho­ra, ¿de qué ha servi­do? Si a la figu­ra del colono, que no es más que la per­sona que siem­bra la caña para vender­la al cen­tral, la han dis­minui­do, casi nega­do, y ellos son un eslabón pri­mor­dial para la pro­duc­ción de azú­car, pues nadie mejor que él cuidará de su cul­ti­vo, lo pro­te­gerá y lo mimará.

La caí­da estrepi­tosa tam­bién se hizo evi­dente por las ideas sin sen­ti­do del “coman­dante”, quien pasó de la utopía (zafra de 10 mil­lones) en 1970 a des­man­te­lar la indus­tria azu­car­era en el 2002 por la desapari­ción de su prin­ci­pal com­prador (la antigua Unión soviéti­ca), para luego elim­i­nar el Min­is­te­rio del Azú­car en el año 2011 y crear el Grupo Empre­sar­i­al de la Agroin­dus­tria Azu­car­era.

Los cen­trales fueron reduci­dos a 54 inge­nios ‑176 cen­trales azu­careros existían en la déca­da de los 90- y más del 50 por cien­to de las tier­ras fueron des­ti­nadas a otros cul­tivos. Los equipos de cosecha y trans­porte están en mal esta­do, sin con­tar las defi­cien­cias en cuan­to a orga­ni­zación y direc­ción. Nun­ca se establecieron medi­das para pro­te­ger la indus­tria del azú­car, hubo un dete­ri­oro con­sid­er­able, des­cui­do en las for­mas de pro­duc­ción, lo que oca­sionó prob­le­mas en las can­ti­dades y en los pre­cios.

Todo ello pro­du­jo volúmenes de pro­duc­ción azu­car­era muy por deba­jo de lo esti­ma­do: la peor zafara fue en los años 2009–2010, con una pro­duc­ción de 1,1 mil­lones de toneladas. Nun­ca más se pudo lle­gar a los dos mil­lones de toneladas de azú­car (1,5 mil­lones en la zafra 2015–2016 y 1,8 mil­lones en la sigu­iente tem­po­ra­da).

Dicho esto, que­da claro que era cuestión de tiem­po. El desplome de la indus­tria azu­car­era cubana era evi­dente.

Por tan­to, de nada sirve maquil­lar el panora­ma si está ausente de ros­tro. Este es otro ejem­p­lo, de los muchos, de una defi­ciente políti­ca de eje­cu­ción por parte de la tiranía, que ha inhab­il­i­ta­do uno de los sec­tores más impor­tantes de la nación cubana.

Los que deben agilizarse en salir del poder son ust­edes y dejarse de tan­ta retóri­ca, solo demues­tran ine­fi­cien­cia, ideas obso­le­tas y acciones sin éxi­to. Por Manuel Milanés.

Fuente: ADNCu­ba.