El INTA avanza en la capacitación sobre uso de drones en el agro

Buscan avanzar en el desarrollo de herramientas que optimicen la producción

El Insti­tu­to Nacional de Tec­nología Agropecuar­ia (INTA) en San Rafael viene desar­rol­lan­do expe­ri­en­cias con pro­duc­tores, pro­fe­sion­ales y estu­di­antes avan­za­dos sobre los avances cien­tí­fi­cos, téc­ni­cos y económi­cos en el riego para bus­car la sal­i­da a los prob­le­mas que se pre­sen­tan por la fal­ta del recur­so hídri­co, con la inten­ción de obten­er resul­ta­dos que mejoren las condi­ciones agroecológ­i­cas.

Por lo ante­ri­or, en diver­sos encuen­tros con los pro­duc­tores, como en la primera jor­na­da de riego y sosteni­bil­i­dad real­iza­da en el Cen­tro de Con­gre­sos y Exposi­ciones Alfre­do Bufano, el INTA brindó char­las sobre los drones como ali­a­dos de pre­cisión para el cam­po. Se tra­ta de equipos voladores no trip­u­la­dos que per­miten realizar en tiem­po real el seguimien­to y desar­rol­lo de los cul­tivos, y has­ta mon­i­tore­ar el desplaza­mien­to del gana­do.

Al respec­to, Diego Marce­lo Galera, exper­to en el tema y quien viene tra­ba­jan­do con este equipamien­to, con­tó a Diario San Rafael que el uso de los drones en el agro es lid­er­a­do por mar­cas como Par­rot, con la cual tra­ba­jan actual­mente y que fun­cio­nan con una cámara mul­ti­espec­tral, que tiene cua­tro sen­sores. “Cada uno de esos sen­sores mide difer­entes algo­rit­mos medi­ante un pla­neo en el que el dron va sacan­do imá­genes geor­ref­er­en­ci­adas y hace un mapa de la zona. Cuan­do se hace el pro­ce­so en la com­puta­do­ra de esas imá­genes, con un soft­ware que da la mis­ma mar­ca, éste arro­ja los resul­ta­dos en un mapa en col­ores y cada col­or indi­ca un algo­rit­mo”.

Este tra­ba­jo se real­iz­a­ba ante­ri­or­mente sólo con satélites y, según comen­tó el pro­fe­sion­al, hay mucha gente que lo sigue hacien­do así en el depar­ta­men­to. Sin embar­go, la difer­en­cia entre los drones y los satélites es que “cada píx­el de ima­gen es mucho más pre­ciso en un dron, pues tiene cer­ca de unos 13 cen­tímet­ros de píx­el, con­tra un satélite que mide 30 met­ros o según el pre­supuesto que pague el pro­duc­tor”.

Estos usos tec­nológi­cos nacen de la necesi­dad de con­tar con datos con­fi­ables que hacen que la agri­cul­tura de pre­cisión avance en el desar­rol­lo de her­ramien­tas que ayu­den a opti­mizar y a hac­er más efi­ciente la pro­duc­ción. Entre los usos más desta­ca­dos, los pro­duc­tores pueden obser­var si tiene más o menos humedad la plantación o hechos pun­tuales como: dónde fumi­gar, dónde fer­tilizar, dónde regar, esto para “ten­er datos con­cre­tos que per­mi­tan que el resul­ta­do de la plantación sea ópti­mo, el incre­men­to que hay gra­cias a estos datos es muy impor­tante”, añadió Galera.

Asimis­mo, destacó el uso de otros drones como el “Agras MG 1S (DJI)”, un equipo fumi­gador y bas­tante nove­doso en Argenti­na. “Es suma­mente autónomo, sola­mente le tenés que indicar la zona donde querés fumi­gar, los litros por hec­tárea, la altura, y él va fumi­gan­do. Luego regre­sa solo para ser recar­ga­do y cuen­ta con unos radares que va copiando de for­ma per­ma­nente el sue­lo”. Sin embar­go, estos mod­e­los han sido adquiri­dos en Men­doza y no en el depar­ta­men­to, ya que los pro­duc­tores no poseen mucha infor­ma­ción sobre su uso.

A su vez, están eval­u­an­do el sec­tor indus­tri­al de drones para su uso en incen­dios, elec­t­ri­ci­dad, inspec­ciones de plan­tas solares o moli­nos, y todo lo que tiene que ver con energía, ya que per­miten tra­ba­jar a una dis­tan­cia segu­ra y obser­var si hay, por ejem­p­lo, fisuras o fugas de gas­es. “Son drones espe­cial­mente ded­i­ca­dos y cus­tomiz­ables a la necesi­dad del cliente ‑bombero, rescatista, fotó­grafo-”, con­cluyó Diego.

Fuente: Diario San Rafael.