CHILE — “Ninguna empresa avisa que va a quebrar, porque está peleando por salir adelante”

El expresidente de Iansa recuerda sus difíciles años en la azucarera y aboga por una ayuda integral a los trabajadores. “Otros afectados de los que nadie se preocupa (…) son los accionistas de Iansa”, agrega.

Fue pres­i­dente de Iansa entre 2001 y 2006, años que recuer­da con emo­ción. Des­de esa expe­ri­en­cia, Oscar Guiller­mo Gar­retón no puede evi­tar seguir con tris­teza el cierre de la plan­ta de la empre­sa en Linares, pues ase­gu­ra que la quiere “mucho”, porque “es lo mis­mo que a los hijos que nacieron con algún prob­le­ma, con difi­cul­tades, a los que uno les tiene que dedicar todo para sacar­los ade­lante, uno les toma un car­iño muy grande”. Y recuer­da de su paso por la empre­sa, que “la pasión que tuve que colo­car a Iansa en ese tiem­po fue muy grande. No me atrevería a decir que es una empre­sa con­de­na­da a una dec­li­nación o una agonía, no, pero en ese tiem­po para nosotros fue como resuci­tar a Lázaro, porque había muchas difi­cul­tades”.

Según la expe­ri­en­cia del econ­o­mista ex MAPU, “el grue­so de los agricul­tores de cul­tivos anuales optan y hacen, por así decir­lo, un port­fo­lio de dis­tin­tos pro­duc­tos de acuer­do a sus expec­ta­ti­vas, favore­cien­do más unos que a otros cada año. Ded­i­can una parte a la remo­lacha, otra parte la pueden dedicar al maíz, al tri­go, a la cri­an­za de ani­males”. Mien­tras él encabezó la empre­sa, Iansa tam­bién pasó por un perío­do de caí­da en el pre­cio del azú­car, por lo que la for­ma de enfrentar esa eta­pa “era ten­er una agri­cul­tura remo­lachera de un niv­el de pro­duc­tivi­dad mucho más alto que el que tenía”. Y “fue una enorme operación de emprendimien­to –recuer­da con nos­tal­gia- que nos per­mi­tió sal­var la empre­sa, más toda la pelea de la ley del azú­car en el Par­la­men­to”.

- ¿Eso fue el año 2003?

- Fue el año en que estu­vi­mos a pun­to de irnos a pique con la empre­sa. Por eso digo que le ten­go car­iño, porque tuvi­mos que pon­er­le con todo y ten­go la impre­sión que ahí quedó en la gente de Iansa un sen­ti­do casi épi­co, lo mis­mo que en los agricul­tores. Éramos un grupo que tenía una mis­ión común, que era hac­er a la remo­lacha com­pet­i­ti­va.

- ¿Esta vez se requería un nue­vo impul­so como ese?

- Entien­do que efec­ti­va­mente se pro­du­jo una baja de pre­cios nue­va­mente, segu­ra­mente más grave que la de entonces, es prob­a­ble que ni siquiera con ese aumen­to de pro­duc­tivi­dad esté sien­do rentable y la mejor prue­ba de ello es que –por lo que he vis­to en la pren­sa- ha habido una dis­min­u­ción de la super­fi­cie de remo­lacha plan­ta­da.

- ¿Y las medi­das anun­ci­adas?

- Sobre las medi­das mis­mas, me imag­i­no que hubo una situación que llevó a eso y este cierre, claro, afec­ta a los agricul­tores que tienen una posi­bil­i­dad menos, pero yo diría que el impacto más duro es para los tra­ba­jadores de la plan­ta.

- ¿Cómo debería ser la recon­ver­sión para los tra­ba­jadores?

- Bueno, eso es más difí­cil. Respec­to del apoyo vi que el gob­ier­no tam­bién se refer­ía a los tra­ba­jadores, aunque lo más con­cre­to se refiere a los agricul­tores. Mi expe­ri­en­cia es que una recon­ver­sión impli­ca que haya una vol­un­tad común, no sólo de los agricul­tores, sino tam­bién de quienes deben echarle una mano a eso, porque cul­ti­var cerezas o avel­lanas euro­peas requiere habil­i­dades y conocimien­tos que, prob­a­ble­mente, el remo­lachero no tiene. Hay que capac­i­tar­los para la recon­ver­sión, no sólo entre­gar­les un mon­tón de árboles.

- ¿Eso debe hac­er­lo el gob­ier­no?

- Bueno, el gob­ier­no les ha ofre­ci­do apoyo y está bien. Pero cuan­do uno dice apoyé­mos­los, tiene que haber una ayu­da muy inte­gral para que sea real; definir qué cul­tivos pueden ser renta­bles y qué quieren hac­er los agricul­tores; ofre­cer­les opciones, hay que capac­i­tar­los y, prob­a­ble­mente, ayu­dar­los financiera­mente si van a optar por la fru­ti­cul­tura, para que puedan esper­ar los cin­co o seis años que tar­da un árbol en pro­ducir. Si no, es una ilusión que se van a recon­ver­tir.

- ¿Qué efec­to puede gener­ar en la comu­nidad el cierre de la plan­ta?, ¿cat­a­stró­fi­co?

- Ten­go la impre­sión de que la agri­cul­tura tiene alter­na­ti­vas ya, siem­pre es malo que desa­parez­ca algu­na, hace daño, pero no me atrevería a decir que es una cuestión dev­as­ta­do­ra.

- ¿Y los tra­ba­jadores?

- Es más com­pli­ca­do, porque ellos no son agricul­tores, no tienen tier­ras; sino que tienen un tra­ba­jo que es la plan­ta. Entonces, creo que hay que ten­er una pre­ocu­pación espe­cial por los tra­ba­jadores.

-Dado que los tra­ba­jadores son tal vez los más per­ju­di­ca­dos, ¿debería exi­s­tir una instan­cia que aler­tara al gob­ier­no de que una empre­sa va a que­brar para poder reac­cionar a tiem­po?

-No es tan sim­ple. Ningu­na empre­sa avisa que va a que­brar, porque están pele­an­do por salir ade­lante. Otra cosa dis­tin­ta es que el gob­ier­no y los ban­cos sí tienen una opinión de cómo está una deter­mi­na­da empre­sa. Entonces, más que esper­ar que alguien con­fiese que está en difi­cul­tades hay que ten­er un seguimien­to de un fenó­meno que es inevitable: siem­pre va a haber activi­dades que sur­gen y otras que dec­li­nan. Otros afec­ta­dos de los que nadie se pre­ocu­pa, pero que pueden ser muchos miles, son los accionistas de Iansa.

- ¿Por qué muchos miles?

- Grandes o chicos de todas man­eras es un impacto para ellos. Un dato, cuan­do me fui de Iansa la acción esta­ba como en 140 pesos y miré hoy día, que subió un 8%, y esta­ba en 13 pesos. O sea hay un impacto muy fuerte.

- Algunos atribuyen el cierre a la fal­ta de com­pet­i­tivi­dad, a la baja del pre­cio del azú­car inter­na­cional­mente, ¿Y ust­ed?

- Yo voy sigu­ien­do por los diar­ios los ele­men­tos que se con­sid­er­an en la dis­cusión. Uno de ellos es efec­ti­va­mente la baja en el pre­cio del azú­car, la baja de los com­modi­ties, que es un hecho que ha sido muy cícli­co en el caso del azú­car. Lo segun­do es que el con­sumo de azú­car dis­min­uyó, un fenó­meno que no es sola­mente local, tiene que ver con el cam­bio en la dieta ali­men­ta­ria de la gente, influye en la can­ti­dad que se puede pro­ducir y tam­bién en los pre­cios. Y ten­go la impre­sión de que en algu­nas partes impor­tantes el cul­ti­vo de la caña de azú­car está tenien­do una pro­duc­tivi­dad muy difí­cil de alcan­zar.

Fuente: DF.