Una enzima modificada puede incrementar la producción de etanol

Con una proteína producida por un hongo amazónico, científicos brasileños desarrollaron una molécula capaz de aumentar la liberación de azúcar de la biomasa destinada a la fermentación

Uno de los may­ores retos en la pro­duc­ción de bio­com­bustibles de segun­da gen­eración con­siste en iden­ti­ficar enz­i­mas prove­nientes de microor­gan­is­mos que, com­bi­nadas en un coc­tel enz­imáti­co, hagan viable la hidróli­sis de la bio­masa. Medi­ante este pro­ce­so, las enz­i­mas actúan jun­tas para degradar y con­ver­tir hidratos de car­bono de la paja y del baga­zo de la caña de azú­car, por ejem­p­lo, en azú­cares sen­cil­los, pasi­bles de fer­mentación.

En Brasil, un grupo de inves­ti­gadores de la Uni­ver­si­dad de Camp­inas (Uni­camp), en colab­o­ración con pares del Lab­o­ra­to­rio Nacional de Bior­ren­ov­ables (LNBR), des­cubrió que un hon­go exis­tente en la Ama­zo­nia, de la especie Tri­cho­der­ma harzianum, pro­duce una enz­i­ma con poten­cial para eri­girse como la más impor­tante en un cóc­tel enz­imáti­co.

Dicha pro­teí­na, denom­i­na­da β‑glucosidasa, de la famil­ia 1 de las glucósi­do hidro­lasas o glu­cosi­dasas (GH1), actúa en la eta­pa final de la degradación de la bio­masa y pro­duce glu­cosa libre para su fer­mentación y su trans­for­ma­ción en etanol. Pero los cien­tí­fi­cos obser­varon en el lab­o­ra­to­rio que esa mis­ma glu­cosa pro­duci­da debido a la reac­ción enz­imáti­ca inhibía la activi­dad de la β‑glucosidasa.

“Tam­bién con­stata­mos que la exce­lente activi­dad de catáli­sis de la pro­teí­na ocur­ría a 40 gra­dos. Esto con­sti­tuye otro obstácu­lo para empleo de esta enz­i­ma, pues, en ambi­entes indus­tri­ales, la hidróli­sis enz­imáti­ca de la bio­masa se efec­túa a tem­per­at­uras más altas, gen­eral­mente de alrede­dor de 50 gra­dos”, explicó Clel­ton Apare­ci­do dos San­tos, pos­doc­tor­an­do en el Cen­tro de Biología Mol­e­c­u­lar e Inge­niería Genéti­ca de la Uni­camp con beca de la FAPESP — Fun­dación de Apoyo a la Inves­ti­gación Cien­tí­fi­ca del Esta­do de São Paulo.

Medi­ante análi­sis de la estruc­tura de la enz­i­ma, com­bi­na­dos con téc­ni­cas de genómi­ca y de biología mol­e­c­u­lar, los inves­ti­gadores lograron efec­tu­ar mod­i­fi­ca­ciones en la estruc­tura de la molécu­la que per­mi­tieron solu­cionar estos prob­le­mas y aumen­tar en for­ma con­sid­er­able su efi­cien­cia para degradar bio­masa.

Este estu­dio, pro­duc­to de un Proyec­to Reg­u­lar y de un Proyec­to Temáti­co, ambos apoy­a­dos por la FAPESP, sal­ió pub­li­ca­do en la revista Sci­en­tif­ic Reports.

“Ver­i­fi­camos que la pro­teí­na mod­i­fi­ca­da que desar­rol­lam­os es mucho más efi­ciente que la enz­i­ma no mod­i­fi­ca­da, y puede uti­lizársela para suple­men­tar los cócte­les enz­imáti­cos que se com­er­cial­izan actual­mente para la degradación de la bio­masa y la pro­duc­ción de bio­com­bustibles de segun­da gen­eración”, declaró Dos San­tos.

Para arrib­ar a la pro­teí­na mod­i­fi­ca­da, los inves­ti­gadores ini­cial­mente com­para­ron la estruc­tura crista­lo­grá­fi­ca de la molécu­la orig­i­nal con la de otras enz­i­mas β‑glucosidasas sil­vestres de las famil­ias 1 (GH1) y 3 (GH3) de las glucósi­do hidro­lasas. Los resul­ta­dos de los análi­sis rev­e­laron que las glu­cosi­dasas GH1 más tol­er­antes a la glu­cosa exhibían un canal de entra­da del sitio acti­vo más pro­fun­do y angos­to que otras β‑glucosidasas. Y mostraron tam­bién que ese canal restringía el acce­so de la glu­cosa al sitio acti­vo de la enz­i­ma.

En tan­to, las β‑glucosidasas menos tol­er­antes a la glu­cosa poseen un canal de entra­da del sitio acti­vo más cor­to y más ancho, que per­mite el acce­so de una can­ti­dad may­or de la glu­cosa pro­duci­da por esas enz­i­mas durante la eta­pa final de la degradación de la bio­masa. La glu­cosa obstruye el canal de la pro­teí­na y dis­min­uye su activi­dad catalíti­ca.

Con base en esta obser­vación, medi­ante el empleo de una téc­ni­ca de biología mol­e­c­u­lar denom­i­na­da mutagé­ne­sis de sitio dirigi­do, los cien­tí­fi­cos efec­tu­aron la susti­tu­ción de dos aminoá­ci­dos que podrían fun­cionar como “porteros” en la entra­da del sitio acti­vo de la enz­i­ma, autor­izan­do o impi­di­en­do el ingre­so de la glu­cosa. Los análi­sis de los exper­i­men­tos indi­caron que esta mod­i­fi­cación provocó el angostamien­to del sitio acti­vo de la enz­i­ma.

“El sitio acti­vo de la enz­i­ma mutante pasó a poseer una dimen­sión menor y sim­i­lar al de las β‑glucosidasas GH1 más tol­er­antes a la glu­cosa”, afir­mó Dos San­tos.

Aumento de eficiencia

Con el obje­ti­vo de eval­u­ar el rendimien­to de la pro­teí­na mejo­ra­da en la degradación de bio­masa −espe­cial­mente del baga­zo de la caña de azú­car, un resid­uo agroin­dus­tri­al con gran poten­cial de explotación en Brasil–, los inves­ti­gadores efec­tu­aron una serie de exper­i­men­tos. En el mar­co de una pas­an­tía de inves­ti­gación en el exte­ri­or con beca de la FAPESP, y en colab­o­ración con un grupo de inves­ti­gadores encabeza­dos por el pro­fe­sor Paul Dupree, de la Uni­ver­si­dad de Cam­bridge, en Inglater­ra, Dos San­tos anal­izó la efi­cien­cia de la enz­i­ma mejo­ra­da con relación a la lib­eración de glu­cosa en la con­ver­sión de dis­tin­tas fuentes de bio­masa veg­e­tal.

Los resul­ta­dos de los análi­sis indi­caron que la enz­i­ma mod­i­fi­ca­da pre­sen­tó una efi­cien­cia catalíti­ca un 300% may­or que la pro­teí­na sil­vestre y se volvió más tol­er­ante a la glu­cosa, pro­movien­do así un aumen­to sig­ni­fica­ti­vo de la lib­eración de azú­car de todas las fuentes de bio­masa veg­e­tal testeadas. Asimis­mo, la mutación incre­men­tó la esta­bil­i­dad tér­mi­ca de la enz­i­ma durante la fer­mentación.

“La mutación de los dos aminoá­ci­dos en el sitio acti­vo de la pro­teí­na la con­vir­tió en una enz­i­ma extremada­mente efi­ciente, lista para su apli­cación indus­tri­al”, dijo Anete Pereira de Souza, docente de la Uni­camp y coor­di­nado­ra del proyec­to. “Una de las ven­ta­jas de esta enz­i­ma reside en que se la pro­duce in vit­ro y no a par­tir de un organ­is­mo mod­i­fi­ca­do, en este caso, el hon­go. De este modo, es posi­ble pro­ducir­la en grandes can­ti­dades y reducir los cos­tos”, sos­tu­vo.

Fuente: Dicyt.