Sin precios: toda la economía está con un dólar a $30

A las empresas ya les costaba trasladar la última suba a precios. Ahora, todos están haciendo las cuentas otra vez. Hay que recalcular el valor de las tarifas, la nafta y los alimentos.

Hace una sem­ana, cuan­do el dólar esta­ba a $ 31, el ejec­u­ti­vo de un ban­co comenta­ba que una de las prin­ci­pales ali­men­ta­rias del país le había con­fe­sa­do que esta­ba tra­ba­jan­do con un dólar a US$ 23. ¿La razón? La caí­da de las ven­tas no per­mitía trasladar el val­or com­ple­to de la deval­u­ación a las gón­dolas. Eso fue hace una sem­ana. Este jueves, la divisa tocó los $ 40, casi el doble de aque­l­los $ 23.

El del­i­ca­do pro­ce­so de armar las lis­tas de pre­cios que con­tem­pla­ban el dólar a $ 31 deberá arran­car todo otra vez. Lo mis­mo le pasa al Gob­ier­no con la nego­ciación por el Pre­supuesto con los gob­er­nadores y lo mis­mo suced­erá con los aumen­tos de tar­i­fas o de naf­tas. 

Las dis­tribuido­ras esta­ban nego­cian­do un alza de gas de 30% en octubre, pero con un dólar 10 pesos más bajo. Más cer­ca en el tiem­po,las petrol­eras tam­bién inten­tarán trasladar la suba de los cos­tos en dólares a la naf­ta y el gasoil. El últi­mo aumen­to fue hace diez días y ya se habla­ba de un nue­vo ajuste en sep­tiem­bre, sin este últi­mo salto del dólar. Y los com­bustibles pre­sio­n­an sobre la logís­ti­ca.

En medio de tan­tas manos afi­lan­do el lápiz, la gente. Los con­sum­i­dores ya están aju­s­tan­do sus com­pras (se espera que el año ter­mine con una baja de 1,2%). Y empiezan las nego­cia­ciones para actu­alizar los acuer­dos salar­i­ales que, en prome­dio, iban a ser de 25% en el año para los emplea­d­os fuera de con­ve­nio, según los son­deos de la con­sul­to­ra Mer­cer, con una inflación inter­an­u­al que solo has­ta julio fue de 31,2%, con un dólar de $ 28 el últi­mo día de ese mes.

La dis­para­da del dólar tam­bién vuelve a pon­er un freno en la activi­dad de las empre­sas, que ya se había par­al­iza­do y vuel­to a arran­car pen­san­do que el dólar se iba a esta­cionar en torno a los $ 30. Los pagos se esti­ran, “no hay pre­cio”, cre­cen los cheques rec­haz­a­dos (un 71% inter­an­u­al en junio, el últi­mo dato disponible) y los proyec­tos se con­ge­lan. La cal­ma de julio parece de otro país y ni qué hablar los números proyec­ta­dos en mar­zo. Como el gob­ier­no y las empre­sas, la gente ten­drá que hac­er las cuen­tas de nue­vo y recal­cu­lar sus planes y ten­er cuida­do con el val­or de sus ahor­ros.