Riego, sensores y 526 computadoras: el detrás de escena para producir caña de azúcar

En la firma Ledesma se está llevando adelante un proyecto para la gestión del agua con foco en la eficiencia

Estoy a car­go de la gestión de las 40.000 hec­táreas de caña de azú­car que la com­pañía Ledes­ma posee en Jujuy, a par­tir de la cual pro­duce azú­car, papel, alco­hol de far­ma­cia y licor­ería, bioetanol y energía ren­ov­able que uti­liza en sus pro­pios pro­ce­sos pro­duc­tivos.

En 2019 elab­o­ramos un plan de cin­co años para ganar en pro­duc­tivi­dad y com­pet­i­tivi­dad, y para ello eval­u­amos las 17 zafras ante­ri­ores ‑es decir, las cose­chas de la caña de azú­car, que son anuales- a fin de ten­er un diag­nós­ti­co cert­ero que incluía la edad del cañav­er­al, el aporte hídri­co, los tipos y cic­los de cosecha y el rendimien­to por zona, entre otras vari­ables.

Den­tro de ese plan, que iden­ti­ficó las vari­ables de may­or impacto a mejo­rar, había uno con­cre­to que era el uso más efi­ciente del agua, un recur­so vital para la caña que en el con­tex­to del cam­bio climáti­co suele ten­er varia­ciones impor­tantes año a año debido a la inesta­bil­i­dad en las pre­cip­ita­ciones.

La caña de azú­car es una gramínea que nece­si­ta mucha agua ‑1300 mm al año- para cre­cer ade­cuada­mente, y no puede quedar desabaste­ci­da en los años sec­os porque de lo con­trario, como cualquier cul­ti­vo de estas car­ac­terís­ti­cas, pierde rendimien­to tan­to en tonela­da de caña por hec­tárea como en rendimien­to sacari­no, y ambos son nece­sar­ios para lograr las pro­duc­ciones de azú­car y bioetanol, por men­cionar dos pro­duc­tos impor­tantes.

Ante este esce­nario, nos pro­pusi­mos inver­tir en infraestruc­tura y tec­nología de riego, y para ello pusi­mos en mar­cha el Proyec­to Rubicón, un nue­vo sis­tema de riego que nos per­mite “ges­tionar el agua” reg­u­lan­do y midi­en­do los cau­dales.

Este sis­tema tiene cier­tos parámet­ros con­fig­u­ra­dos para oper­ar de man­era automáti­ca y en tiem­po real las com­puer­tas de los canales, y de esta man­era dis­tribuir el agua en la medi­da exac­ta en que nece­si­ta esa unidad de mane­jo. Rubicón es la mar­ca inter­na­cional líder en tec­nologías aso­ci­adas al mane­jo hídri­co en canales.

En Ledes­ma ten­emos una vas­ta red de 700 km de canales, que es nece­sario admin­is­trar. El Proyec­to Rubicón ya se desar­rol­ló en su primera eta­pa, que com­prende una de las fin­cas más grandes den­tro de toda esa super­fi­cie plan­ta­da.

Toda la información se procesa de manera remota
Toda la infor­ma­ción se proce­sa de man­era remo­ta

En para­le­lo a ello, fir­mamos un con­ve­nio con la Comisión Nacional de Activi­dades Espa­ciales (Conae) para lograr una may­or pre­cisión en el rel­e­vamien­to de humedad en los sue­los y las deci­siones de riego; es decir que el Proyec­to Rubicón tiene su com­ple­men­to en este esque­ma de mon­i­toreo satelital.

Es el primer acuer­do de este tipo que fir­ma la Conae con una empre­sa pri­va­da. Además, insta­lam­os sen­sores de humedad en los sue­los para posi­bil­i­tar el mon­i­toreo más efi­ciente y gener­ar Big data que usamos como insumo en la toma de deci­siones de riego, y con­se­cuente­mente en el uso más efi­ciente del agua.

Este plan, además, incluye una red RTK que per­mite inter­conec­tar 526 com­puta­do­ras en cosechado­ras, trac­tores, camiones, topado­ras, motonive­lado­ras y todo el resto de la maquinar­ia agrí­co­la que la com­pañía uti­liza en las tar­eas de cam­po ‑entre ellas, la de riego‑, de modo de aumen­tar la efi­cien­cia y mejo­rar la com­pet­i­tivi­dad en cos­tos. Esta red se coor­di­na en un cen­tro de mon­i­toreo que inau­gu­ramos recien­te­mente y fun­ciona las 24 horas durante todos los días del año.

Todo el tra­ba­jo en cam­po gen­era en Ledes­ma más de 2000 empleos direc­tos, sobre un total de 6200 que tiene Ledes­ma en Jujuy.

Por supuesto, el uso más efi­ciente del agua va en ben­efi­cio del ambi­ente y de la comu­nidad, que tam­bién la nece­si­tan. En este pun­to, vale men­cionar que Ledes­ma tra­ba­ja con un esque­ma de Paisaje Pro­duc­ti­vo Pro­te­gi­do, en el que jun­to a las 40.000 hec­táreas de caña preser­va otras 100.000 hec­táreas de bosques nativos. Esto ase­gu­ra una con­viven­cia fruc­tífera entre pro­duc­ción y ambi­ente, que se nutren el uno del otro en un caso de economía cir­cu­lar de cuyos buenos fru­tos podemos dar tes­ti­mo­nio.

Esta ini­cia­ti­va se inscribe en el plan a largo pla­zo que, como se men­cionó, esta­mos desar­rol­lan­do y rep­re­sen­ta una inver­sión de US$25 mil­lones para cre­cer en com­pet­i­tivi­dad a través de la inno­vación en el mane­jo de cam­po.

El autor es ger­ente de Cam­po de Ledes­ma. Por Fer­nan­do del Pino

Fuente: La Nación.