El país habría dejado de incorporar a sus arcas unos 50 millones de dólares debido al incumplimiento del plan en la recién concluida zafra
Después de zafras muy deprimidas durante el quinquenio 2007–2011, con producciones que como promedio no superaban los 1.2 millones de toneladas de azúcar, los gobernantes cubanos decidieron hacia el último año del referido quinquenio la creación del Grupo Azucarero (Azcuba). De esta manera, entre otras cosas, pensaban que una estructura más pequeña y ágil que el desaparecido Ministerio de la Industria Azucarera ayudaría a desburocratizar el proceso productivo en ese importante sector de la economía.
Claro que ese interés de las autoridades por revitalizar la producción de azúcar estaba relacionado también con los altos precios de ese producto en los mercados internacionales. Porque tras cotizaciones que no alcanzaban los dos dígitos durante el primer decenio de esta centuria, en el año 2010 el precio del azúcar se elevó hasta los 31 centavos de dólar por libra.
Y, ciertamente, el surgimiento del grupo Azcuba coincidió con una tímida recuperación de la producción azucarera durante el quinquenio 2012–2016, con zafras que promediaron los 1.6 millones de toneladas, con un pico en el año 2015, cuando se produjeron 1.9 millones.
Sin embargo, la contentura duró poco, pues en el bienio 2017–2018 presenciamos dos de las peores zafras en la historia de este país, con producciones que no superaron los 1.1 millones de toneladas de azúcar. Una situación inédita que llevó al país a importar azúcar con tal de satisfacer la demanda interna del producto. Mientras sucedía semejante debacle, los precios del dulce en los mercados internacionales, aun sin remontarse a la subida del año 2010, permanecían altos. Al cierre de 2017 alcanzaban los 18 centavos de dólar por libra.
Así las cosas, los gobernantes de la isla concibieron la idea de dar un salto productivo en la zafra de 2019. Se propusieron un plan de un millón 518 mil 200 toneladas, una cifra superior a las logradas en las deprimidas contiendas del bienio precedente. En ese contexto sobresalieron las continuas visitas de José Ramón Machado Ventura y Salvador Valdés Mesa ̶ números dos del Partido Comunista y el Gobierno, respectivamente ̶ a los centrales azucareros del país para chequear la marcha de la zafra.
Y aunque se obtuvo una producción mayor que las dos zafras anteriores, la cifra de un millón 327 mil toneladas, quedó por debajo del plan en un 13%. Lo anterior significa que se dejaron de producir 191 mil 200 toneladas de azúcar. Ese déficit productivo, si lo ubicamos en el contexto del precio del azúcar al cierre de 2018 (12.5 centavos de dólar la libra) implica que el país habría dejado de ingresar en sus arcas alrededor de 50 millones de dólares si la referida diferencia hubiese sido exportada. Sin dudas, un monto nada despreciable si consideramos la endeble situación de las finanzas externas de la nación.
Por tal motivo no fueron casuales las expresiones de lamento y preocupación que se escucharon durante la más reciente reunión del Consejo de Ministros. Allí el presidente Díaz-Canel insistió en la necesidad de introducir los resultados de investigaciones sobre los problemas que afronta la zafra. Por su parte, el primer vicepresidente Valdés Mesa definió de estratégico todo lo que se relacione con la recuperación cañera. Por último, el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, se refirió a lo imperativo de identificar experiencias positivas, así como revisar las dificultades y vulnerabilidades que impiden el logro de resultados superiores.
Fuente: Cubanet.
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