El cultivo de remolacha en la zona norte sigue desarrollándose adecuadamente, a pesar de que las siembras se realizaron con un mes y medio de retraso, como consecuencia de las abundantes lluvias en marzo y abril.
Gracias a que el verano ha tenido temperaturas benignas, las raíces han seguido cogiendo peso, si bien, todavía acumulan un retraso de en torno a dos semanas con respecto a una campaña normal, de acuerdo con la valoración de Miguel Ángel Catalán, Director del Servicio Agronómico y de Cultivos de la Cooperativa Acor en declaraciones a Agrodigital.com. Con carácter general, se puede pensar que va a ser una buena campaña.
La cooperativa Acor todavía no ha decidido cuándo abrirá su fábrica de Olmedo pero se baraja retrasar la apertura en torno a dos semanas con respecto a un año normal, para permitir que las remolachas sigan engrosando en peso y ganando en riqueza, y se pueda compensar el retraso de las siembras, según avanza Catalán. Se espera que la fábrica abra durante la segunda quincena de octubre y que la campaña tenga la duración habitual.
El retraso de las raíces es más patente en el peso que en la riqueza en azúcar, según se han mostrado los análisis de campo que Acor realizó a finales de agosto. Según éstos, había una reducción en peso en torno a un 15%, mientras que la bajada de la polarización era más leve, si bien la remolacha estaba por debajo de 15º.
En cuanto a rendimientos, en unas estimaciones muy preliminares debido a que todavía es muy pronto, se apunta a que los socios de Acor se quedarán por debajo de la media de la campaña pasada, que fue de 105 t de remolacha tipo/ha. Dado que este año se han sembrando 200 ha más que el año pasado, llegando a 10.350 ha, la mayor superficie podría compensar los menores rendimientos y llegar a cifras de producción similares.
Ésta ha sido una campaña de comienzos difíciles, no solo porque las siembras se realizaron tarde, sino también, porque en muchos casos, no se hicieron en buenas condiciones. En muchas parcelas, las labores se hicieron en húmedo lo que provocó suela de labor. Con esta suela, la raíz no puede profundizar adecuadamente en el suelo y no se desarrolla bien.
El desarrollo vegetativo de la remolacha también se ha visto afectado por ataques fúngicos, especialmente cercospora y ramularia, que este año han tenido más intensidad que lo habitual. Se han producido en toda la zona norte pero han tenido especial incidencia en la zona del Duero, Palencia y León, y sobre todo en las parcelas regadas con agua de procedencia superficial.
Fuente: Agrodigital.
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