Las empresas argentinas buscan aprovechar el buen momento del campo en Brasil

En tan­to, en lo políti­co le recono­cen al jefe de Esta­do una fuerte pos­tu­ra con­tra la cor­rup­ción, su defen­sa a la propiedad pri­va­da y la oposi­ción a las “inva­siones” de establec­imien­tos rurales que en el pasa­do han real­iza­do diver­sos gru­pos sin tier­ra y la búsque­da de una políti­ca cred­iti­cia más agre­si­va.

Quizá por todos estos fac­tores, el Índice de Con­fi­an­za del Agrone­go­cio (Ica­gro), que mide esto entre los pro­duc­tores y es de la Fed­eración de las Indus­trias del Esta­do de San Pablo, está en un niv­el de 115, el may­or en seis años.

“En gen­er­al, el año es muy pos­i­ti­vo. Los pre­cios son buenos, las mate­rias pri­mas están con bue­nas deman­das, los agricul­tores están pro­ducien­do muy bien en el país como un todo, con algu­nas excep­ciones regionales. La lec­tura que ten­emos que hac­er en relación a las expec­ta­ti­vas para Agr­ishow debe basarse en otras señales. Y des­de el pun­to de vista insti­tu­cional y políti­co, las señales son muy pos­i­ti­vas, no sólo para el agro, sino para la economía como un todo”, dijo Fran­cis­co Mat­tur­ro, pres­i­dente de la Agr­ishow 2019. Esta mues­tra cuen­ta con más de 800 expos­i­tores nacionales y del exte­ri­or y suele recibir más de 150.000 vis­i­tantes. Se desar­rol­la sobre más de 520.000 met­ros cuadra­dos. Entre otras novedades, este año cuen­ta con la Are­na de Conocimien­to, un espa­cio para nuevas tec­nologías y ten­den­cias, y la Are­na de Inno­vación, con 10 star­tups. En 2018 la feria gen­eró nego­cios por US$675 mil­lones, un 22% más que en 2017.

La visión argentina

“Este es el mer­ca­do cañero más grande del mun­do. Son 10 mil­lones de hec­táreas, con­tra 400.000 hec­táreas en la Argenti­na”, señaló Guiller­mo Abrat­te, direc­tor gen­er­al de Doble TT. Esta fir­ma, ori­un­da de Morteros, Cór­do­ba, puso un pie en Brasil en 2015 con las plan­ta­do­ras de caña de azú­car. Tiene un mod­e­lo de nego­cio donde con­fec­ciona sus pro­duc­tos aquí con ter­ceros.

En Brasil ha tenido tasas de crec­imien­to anuales del 20% al 30%. Ya lle­va colo­ca­dos des­de su arri­bo unos 30 equipos sobre un mer­ca­do total que aquí mov­i­liza algo más de 200.

“Creo que la caña tiene un gran espa­cio para seguir desar­rol­lán­dose”, dijo Abrat­te en diál­o­go con LA NACION en Agr­ishow.

Aquí un 65% de la caña se usa para la elab­o­ración del bio­com­bustible etanol, en tan­to que un 35% para azú­car. Hay un pro­gra­ma ofi­cial, lla­ma­do Ren­ov­aBio, para aumen­tar el uso del pro­duc­to y bajar así las emi­siones de gas­es del efec­to inver­nadero.

Al mar­gen de la plan­ta­do­ra, para sue­los con relieves Doble TT puso en el mer­ca­do un equipo y cuer­po abonador para la fer­til­ización que copia el niv­el del ter­reno. El pro­duc­to está tenien­do bue­na aceptación.

“Había una necesi­dad de solu­cionar cier­tos prob­le­mas de la fer­til­ización porque Brasil tiene sue­los muy desnive­la­dos”, apun­tó.

Héc­tor Mali­narich es direc­tor téc­ni­co com­er­cial de Ipesa, que está en este país des­de 2003. La empre­sa fab­ri­cante de silobol­sas tiene en Brasil, sobre un mer­ca­do de bol­sas que equiv­ale a 20 mil­lones de toneladas, el 50%. Ipesa desar­rol­ló 90 pun­tos de ven­tas y tiene 18 per­sonas vin­cu­ladas a su com­pañía.

“Está espec­tac­u­lar”, dijo Mali­narich sobre el áni­mo de los pro­duc­tores brasileños. “La nue­va admin­is­tración (por Jair Bol­sonaro) provocó un entu­si­as­mo en los pro­duc­tores que es el mis­mo que gen­eró Macri en la Argenti­na”, señaló.

Según pre­cisó, con Bol­sonaro “hay una visión” de que va a haber más crédi­to y una reduc­ción de impuestos.

En este con­tex­to, pun­tual­mente para el nego­cio que aquí tiene la empre­sa, Mali­narich obser­va sobre el silobol­sa: “La per­cep­ción del mer­ca­do es que la tec­nología cree más lento de lo que nos gus­taría, pero es más firme”.

Dos ter­cios del embol­sa­do se usa para maíz, en espe­cial para lo que aquí se conoce como zafriña o segun­da cosecha del cere­al que comien­za este mes. Como por la época se recolec­ta seco, sin humedad impor­tante, este cere­al va direc­to a la bol­sa. Esa zafriña ron­daría los 68,1 mil­lones de toneladas.