La cosecha en verde del cañaveral y el manejo del RAC benefician al medio ambiente y al suelo

Evitar la quema de la caña en pie, del “residuo agrícola de de cosecha” y de cualquier otro elemento vegetal, devuelve al campo materia orgánica y favorece el reciclado de nutrientes.

Un informe elab­o­ra­do por la mag­is­ter inge­niera agróno­ma Patri­cia Digonzel­li, inves­ti­gado­ra prin­ci­pal del sub­pro­gra­ma Agronomía de Caña de Azú­car de la Estación Exper­i­men­tal Agroin­dus­tri­al Obis­po Colom­bres (Eeaoc), señala que, actual­mente, en Tucumán más del 90% del área cañera se cosecha con máquinas inte­grales y en verde, es decir, sin el empleo de la que­ma como parte de las opera­ciones de cosecha.

A pesar de esto, los incen­dios acci­den­tales y/o inten­cionales con­tinúan, sien­do un prob­le­ma impor­tante en nues­tra provin­cia.

Cuan­do la caña se cosecha “en verde” que­da sobre el cam­po una impor­tante can­ti­dad de “resid­uo agrí­co­la de cosecha” lla­ma­do en for­ma abre­vi­a­da RAC. En las condi­ciones de Tucumán, este resid­uo puede ser de entre 7 a 16 toneladas de mate­ria seca por hec­tárea y está for­ma­do por las hojas y el despunte que la cosechado­ra deja en el cam­po. La may­or o menor can­ti­dad de RAC depende de la var­iedad, pero fun­da­men­tal­mente del niv­el pro­duc­ti­vo del cañav­er­al.

La que­ma de este resid­uo, además de estar pro­hibi­da por ley, aten­ta con­tra los intere­ses y el bien­es­tar de la comu­nidad y de los pro­duc­tores cañeros.

Para el RAC, que que­da después de la cosecha, exis­ten tres alter­na­ti­vas fun­da­men­tales de mane­jo y ningu­na incluye el uso del fuego.

Estas alter­na­ti­vas de mane­jo son: A) dejar el RAC intac­to sobre la super­fi­cie del sue­lo, B) incor­po­rar­lo uti­lizan­do equipos mecáni­cos o, C) reti­rar­lo del cam­po medi­ante el enfar­da­do y des­ti­narlo para otros fines (cober­tu­ra en otros cul­tivos, ali­mentación ani­mal o pro­duc­ción de energía).

Estas alter­na­ti­vas son posi­bles de realizar en Tucumán y pueden ser recomen­dadas, con­forme las difer­entes car­ac­terís­ti­cas del área pro­duc­to­ra de caña de azú­car.

POR LOS CAMPOS. Evi­tar la que­ma de caña en pie debe ser un com­pro­miso de los pro­duc­tores y propi­etar­ios. GENTILEZA EEAOC

Dejar el RAC sobre la super­fi­cie del sue­lo, con­sti­tuyen­do lo que se conoce como mulching, pre­sen­ta muchas ven­ta­jas, las cuales han sido obje­to de estu­dio y exper­i­mentación des­de la Eeaoc a lo largo de muchos años. La con­ser­vación de la cober­tu­ra devuelve al sue­lo una impor­tante can­ti­dad de mate­ria orgáni­ca y favorece el reci­cla­do de nutri­entes. Según nue­stros estu­dios, “con el man­ten­imien­to del RAC regre­san al agroe­co­sis­tema entre 3 y 6 toneladas de car­bono ©, entre 6 y 60 kilos de nitrógeno (N), de 2 a 6 kilos de fós­foro ℗ y entre 40 y 107 kilos de pota­sio (K) por hec­tárea. Obvi­a­mente, esto con­tribuye a mejo­rar las condi­ciones de fer­til­i­dad de los sue­los”. Por el con­trario, “cuan­do el resid­uo se que­ma gran parte del C y del N, y otros nutri­entes que con­tiene, se pier­den hacia la atmós­fera”.

“La cober­tu­ra de RAC per­mite una mejor con­ser­vación de la humedad del sue­lo”. Esto es fun­da­men­tal, con­sideran­do que “en Tucumán los cañav­erales sufren de una insu­fi­ciente disponi­bil­i­dad de agua durante la pri­mav­era, lo cual limi­ta su poten­cial pro­duc­ti­vo ya que la gran may­oría de nue­stros cam­pos cañeros no tienen riego”. Además, nue­stros ensayos mues­tran que “la cober­tu­ra de RAC favorece la pro­lif­eración y la activi­dad de microor­gan­is­mos bené­fi­cos y dis­min­uye la can­ti­dad y la var­iedad de las malezas que pueden cre­cer en estas condi­ciones, por lo cual facili­ta el mane­jo de las mis­mas.” Por otra parte, “el RAC que se mantiene en super­fi­cie pro­tege al sue­lo de la erosión, tan­to hídri­ca como eóli­ca”. Estos son algunos de los efec­tos bené­fi­cos más impor­tantes, pero no los úni­cos.

 

Otros ben­efi­cios

Si ten­emos en cuen­ta que en el pede­monte las pen­di­entes pueden oca­sion­ar prob­le­mas de erosión y que es una zona con muchos años bajo cul­ti­vo y con áreas de sue­los de tex­turas grue­sas, por lo cual la fer­til­i­dad del sue­lo puede ser una lim­i­tante de la pro­duc­tivi­dad del cañav­er­al, es evi­dente que en esta región dejar el RAC de la caña de azú­car como cober­tu­ra es una prác­ti­ca agronómi­ca total­mente recomend­able.

En la Lla­nu­ra Cha­co­pam­p­e­na (hacia el NE del área cañera) el déficit de agua en la pri­mav­era y las restric­ciones en la fer­til­i­dad de los sue­los con­sti­tuyen lim­i­tantes para la capaci­dad pro­duc­ti­va de la caña de azú­car. En esta región tam­bién es recomend­able dejar el RAC como cober­tu­ra.

En ambos casos tam­bién es posi­ble dejar una parte del RAC como cober­tu­ra, por ejem­p­lo el 70%, y reti­rar la otra parte (30% del RAC) para des­ti­narlo a otro uso.

En algu­nas zonas de la Lla­nu­ra deprim­i­da, las menores pro­duc­ciones de los cañav­erales pueden deberse a prob­le­mas de exce­sos de humedad y aquí, man­ten­er el RAC como cober­tu­ra no sería recomend­able ya que agravaría la situación del exce­so de agua. En estas condi­ciones, puede mane­jarse el resid­uo de la cosecha incor­porán­do­lo en el sue­lo o retirán­do­lo del cam­po. La incor­po­ración en el sue­lo se real­iza usan­do imple­men­tos mecáni­cos, y para reti­rar el RAC del cam­po se lo puede enfar­dar.

Todas estas alter­na­ti­vas de mane­jo están al alcance de los pro­duc­tores de nues­tra provin­cia y ningu­na impli­ca el empleo del fuego.

“Evi­tar la que­ma de la caña en pie, del resid­uo de cosecha y de cualquier otro ele­men­to veg­e­tal debe ser un com­pro­miso de todos”. “Sociedad y pro­duc­tores debe­mos actu­ar con respon­s­abil­i­dad respec­to a este tema, ya que muchos fue­gos se ini­cian por acti­tudes impru­dentes que con­ducen a graves situa­ciones”. En Tucumán, los cam­pos pro­duc­tivos están rodea­d­os por pobla­ciones lo que hace más difí­cil los con­troles y exige un may­or acuer­do entre todos los actores para evi­tar los daños.

“Nue­stros pro­duc­tores deben extremar las pre­cau­ciones para evi­tar el avance del fuego en sus cam­pos, y esto incluye man­ten­er limpios alam­bra­dos, canales, caminos inter­nos y calle­jones, hac­er corta­fue­gos y ten­er un sis­tema de aler­ta que les per­mi­ta iden­ti­ficar ráp­i­da­mente los focos de fuego y acud­ir a extin­guir­los”.

El resto de la sociedad, por su parte, debe con­tribuir evi­tan­do todas aque­l­las acciones que pueden ini­ciar un incen­dio cuyas pro­por­ciones son difí­ciles de pre­de­cir.

Es nece­sario adquirir ple­na con­cien­cia de los efec­tos neg­a­tivos de la que­ma, tan­to para el medio ambi­ente y en la cal­i­dad de vida de los tucumanos como para las activi­dades pro­duc­ti­vas de la provin­cia.

Final­mente, “debe­mos enten­der que el RAC que que­da en los cam­pos, después de la cosecha en verde del cañav­er­al, lejos de con­sti­tuir una moles­tia o un prob­le­ma, es un ver­dadero “val­or” que tienen los pro­duc­tores, tan­to por sus efec­tos pos­i­tivos si se lo deja sobre el sue­lo o se lo incor­po­ra, como por sus posi­bil­i­dades de otros usos”. El gran desafío que afronta­mos como sec­tor pro­duc­ti­vo y como sociedad es con­vivir en armonía, cuidan­do el medio ambi­ente, mejo­ran­do la cal­i­dad de vida de todos los habi­tantes y avan­zan­do hacia la imple­mentación de sis­temas pro­duc­tivos más sus­tenta­bles.

Fuente: La Gac­eta.