El XXX ISSCT Congress 2019 continúa cubriendo las expectativas de los técnicos cañeros del mundo

Agricultura, Fabricación, Biología, Co-productos y Gerenciamiento fueron los cinco ejes sobre los que versaron las cerca de 100 ponencias que los expertos desarrollaron en el día 2 del evento global sucroalcoholero más importante.

Nue­va­mente el salón prin­ci­pal fue el pun­to de encuen­tro de todos, cuan­do a las 11 de la mañana dio ini­cio la segun­da sesión de con­fer­en­cias ple­nar­ias. Bernard Schroed­er (Aus­tralia), Nigel P. Minton (Reino Unido) y Ricar­do Abe (Brasil) cau­ti­varon al audi­to­rio con sus exposi­ciones sobre “Pro­duc­ción de caña de azú­car y medioam­bi­ente”.

Ricar­do Abe, Gte. de Inge­niería de pro­duc­to de Nis­san Brasil, nos con­tó que esta es la primera vez que visi­ta esta región de Argenti­na y se lle­va una gra­ta sor­pre­sa por la calidez de la gente y la exce­lente orga­ni­zación de este Con­gre­so.

Con­sul­ta­do respec­to de su par­tic­i­pación en la ponen­cia ple­nar­ia, explicó: “la cel­da SOFC de com­bustible (sol­id oxide fuel cell) es una opor­tu­nidad para el reem­pla­zo de los motores de com­bustión inter­na, por vehícu­los eléc­tri­cos que uti­lizan el etanol como fuente de hidrógeno.

Actual­mente hay 4 fuentes para car­gar baterías de un auto eléc­tri­co: una es 100% eléc­tri­ca, otra es híbri­da y una ter­cera es la cel­da de com­bustible con­ven­cional de hidrógeno. Nis­san desar­rol­ló una cuar­ta prop­ues­ta (SOFC) que uti­liza dos cel­das. La primera extrae el hidrógeno de la molécu­la de etanol, liberan­do dióx­i­do de car­bono y agua, y la segun­da aprovecha este hidrógeno para pro­ducir energía que luego se uti­liza para trac­cionar el vehícu­lo y abaste­cer­lo de todos los ser­vi­cios eléc­tri­cos que el mis­mo requiere.

“Hay país­es muy grandes en los que no hay una infraestruc­tura ni tec­nología que per­mi­ta una car­ga de red eléc­tri­ca, en cam­bio esta solu­ción per­mi­tiría car­gar bioetanol como com­bustible del cual se gen­era la elec­t­ri­ci­dad que el vehícu­lo nece­si­ta.”

Cabe destacar que la efi­cien­cia eléc­tri­ca que pro­por­ciona esta alter­na­ti­va es muy ele­va­da, ya que per­mite una autonomía sim­i­lar a la de los coches de gasoli­na (más de 600 km) con un con­sumo de solo 30 litros de Bioetanol.

Pero lo más impor­tante tiene que ver con el impacto medioam­bi­en­tal: con este nue­vo sis­tema, las emi­siones de CO2 se neu­tral­izan des­de el pro­ce­so de crec­imien­to de la caña de azú­car que luego se trans­for­ma en bio­com­bustible. Con ello, se con­sigue un “ciclo neu­tro de car­bono”, ya que casi no se pro­duce ningún incre­men­to de las emi­siones de CO2.

La cel­da de com­bustible de bioetanol bus­ca mate­ri­alizar este nove­doso con­cep­to, que pro­mueve una may­or efi­cien­cia y elec­tri­fi­cación de los vehícu­los y el plac­er de la con­duc­ción, jun­to con los vehícu­los eléc­tri­cos con batería que ya se com­er­cial­izan.

ISSCT Con­gress.