El ‘ORO LÍQUIDO’ que descubrieron en la caña de azúcar

Es quizá uno de los descubrimientos del siglo. El primero y único endulzante natural extraído de la caña de azúcar que limpia las arterias y elimina el colesterol.

Las bon­dades del ‘oro líqui­do’, como lo con­sid­era su creador, el inge­niero Jorge Enrique González Ulloa, fueron cer­ti­fi­cadas y paten­tadas por autori­dades de Esta­dos Unidos el pasa­do 28 de abril.

González Ulloa nació en el Inge­nio Riopaila cuan­do este era ape­nas un trapiche y allí mis­mo estudió con los hijos de los tra­ba­jadores; se graduó luego del Cole­gio Berch­mas y estudió inge­niería azu­car­era, una car­rera tan difí­cil de encon­trar como esos nutri­entes que tardó 22 años en obten­er de la corteza de la caña.

Pero el resul­ta­do es un sin­fín de sat­is­fac­ciones. No solo por lo que rep­re­sen­ta para la salud y la indus­tria azu­car­era, sino por las con­tribu­ciones que hará a la vital­i­dad del empleo en el Valle y al medio ambi­ente porque la caña deberá ser cor­ta­da y no que­ma­da para evi­tar que se evap­oren sus nutri­entes.

¿De dónde surge ese interés por el estu­dio del azú­car?

Yo nací en Riopaila, en el Inge­nio azu­carero, hace 72 años y en esa época no habían ni Atari ni telé­fonos inteligentes y recuer­do que mi padre Tenía en el Inge­nio el úni­co telé­fono de cuer­da y había que hac­er cola para lla­mar. Mi gran diver­sión, porque estudié en la escueli­ta del Inge­nio con los hijos de los tra­ba­jadores y quienes aún son mis ami­gos, era jugar en la fábri­ca. Entonces me enseñaron a mane­jar todas las máquinas y luego en la Uni­ver­si­dad Estatal de Luisiana fui asis­tente del hom­bre que más sabía de inge­niería azu­car­era en ese tiem­po, el doc­tor Arthur Keller. De ahí vino todo.

¿La inge­niería azu­car­era es una car­rera pro­fe­sion­al?

Claro que existe. Aunque en ese momen­to había una uni­ver­si­dad en la que se podía estu­di­ar en Hawai y la Estatal de Luisiana, donde me preparé. Hoy creo que solo que­da la Uni­ver­si­dad de Luisiana y una uni­ver­si­dad tam­bién que se espe­cial­iza en temas de la indus­tria azu­car­era que está en Brasil.

¿Y qué es lo que le paten­taron las autori­dades en Esta­dos Unidos?

Son dos patentes. La primera es del 3 de diciem­bre de 2019 sobre el méto­do para el proce­samien­to de caña de azú­car max­i­mizan­do la preser­vación de poli­cosanoles, y en la segun­da patente que sal­ió el 28 de abril del 2020, ya estábamos encer­ra­dos por la pan­demia, incluye todo lo de la primera patente, pero la amplía mucho más para blindar todo el inven­to y el pro­ce­so y dice que es un méto­do de proce­samien­to de caña de azú­car max­i­mizan­do la preser­vación de poli­cosanoles durante la pro­duc­ción de un pro­duc­to potable estable que baja el coles­terol.

¿Qué son los poli­cosanoles?

Hay can­ti­dad de estu­dios en Japón, Corea del Sur, Nue­va Zelan­da, entre otros, de como los poli­cosanoles reducen el coles­terol, detiene la dia­betes y gen­era otros ben­efi­cios a la salud. Los poli­cosanoles los han saca­do de muchos ali­men­tos como el arroz, etcétera. Pero esos no actúan de man­era tan efec­ti­va como los de la caña. Son aprox­i­mada­mente diez alco­holes difer­entes, pero el más efec­ti­vo para bajar el coles­terol y limpiar las arte­rias es el octa­cosanol que con­tiene el jugo de la caña y que fue des­cu­bier­to por los cubanos con ayu­da de los chi­nos. Ellos tienen hace 27 años una fábri­ca de poli­cosanoles en pastil­las, pero lo sacan de la cac­haza y cada pastil­la cues­ta cer­ca de un euro en Europa.

¿Qué es entonces lo nue­vo que ust­ed ha encon­tra­do?

Nun­ca se supo donde real­mente esta­ban los poli­cosanoles. Cuan­do empecé a estu­di­ar­los mol­e­c­u­lar­mente no los encon­tré en el jugo. Entonces empecé a bus­car­los en la corteza y fue donde los hal­lé. Después vino el pro­ce­so para pre­cip­i­tar­los al jugo, que me tomó var­ios años; pero estas almas en pena, como las llamo, se me evap­ora­ban. Vuel­vo al estu­dio mol­e­c­u­lar y encon­tré que son molécu­las que tienen más de 48 car­bonos y que son los primeros alco­holes de la cade­na que con­tiene la caña y que se evap­o­ran a 100 gra­dos cen­tí­gra­dos y la indus­tria azu­car­era uti­liza entre 120 y 180.

¿Cómo logró con­ser­var­los?

Con los años logré per­fec­cionar el pro­ce­so sin que pase de 70 gra­dos. Al final obtuve un jugo de caña con­cen­tra­do con min­erales, vit­a­m­i­nas, pro­teí­nas, y tenía sac­arosa, glu­cosa y fruc­tosa. Es la primera vez en la his­to­ria en cristalizar la glu­cosa y la fruc­tosa; indus­trial­mente se podía hac­er en lab­o­ra­to­rio pero a un cos­to altísi­mo. Inven­té entonces uno de los aparatos ya pro­te­gi­dos por la patente que es un cristal­izador con­tin­uo en frío que es difí­cil explicar cómo fun­ciona, pero es una belleza.

¿Por qué es tan impor­tante cristalizar la glu­cosa?

Los inge­nios azu­careros no pueden cristalizar sino la sac­arosa, que es el azú­car; la glu­cosa y fruc­tosa se va en la miel final, que es la que uti­lizan para los con­cen­tra­dos de los ani­males. Esa miel final esta­ba llena de pro­duc­tos total­mente salud­ables.

¿El pro­duc­to que ust­ed obtu­vo no es entonces una pastil­la?

No. Es un endulzante que reem­plaza el azú­car, pero es el endulzante más salud­able del mun­do y más económi­co. La pro­duc­ción aprox­i­ma­da de la indus­tria azu­car­era son 110 kilos por tonela­da de caña y este endulzante al incluir la glu­cosa, la fruc­tosa, los min­erales, las vit­a­m­i­nas, pro­teí­nas y los poli­cosanoles, tiene una pro­duc­ción aprox­i­ma­da de 150 o 160 kilos por tonela­da.

¿Está es la rein­ven­ción de la indus­tria azu­car­era?

Así es. Es que no hay ningún susti­tu­to que pue­da ser más bara­to, pero más salud­able. Suponte que sea igual de cos­toso que el azú­car porque habrá que pagar las fábri­c­as y el acondi­cionamien­to de las mis­mas para empezar a pro­ducir.

¿Ya es posi­ble obten­er este pro­duc­to en el mer­ca­do?

Aún no. Las fábri­c­as que van a pro­ducir­lo están en pleno desar­rol­lo. Creo que la primera pro­duc­ción indus­tri­al, aunque depende de esta pan­demia que nos ha atrasa­do todo, sal­dría en el mes de noviem­bre.

¿La caña que se uti­liza tiene algu­na car­ac­terís­ti­ca espe­cial?

Es la mis­ma caña, solo que no se puede que­mar porque los poli­cosanoles están en la corteza.

Lo que rep­re­sen­ta tam­bién un ben­efi­cio ambi­en­tal…

Claro que sí porque con este pro­ce­so no se podrá realizar la que­ma de la caña sino que deberá ser cor­ta­da y eso favorece tam­bién el empleo.

Final­mente, ¿esto pone fin a la polémi­ca entorno a la muerte blan­ca?

Sí, la indus­tria azu­car­era ha esta­do bajo ataque y lo digo con mucho pesar, pero esto es otra cosa. Ya no podrán decir abso­lu­ta­mente nada porque tienen aho­ra el endulzante más salud­able del mun­do.

Sobre el producto

  • Además de dis­minuir los nive­les de coles­terol, diver­sos estu­dios indi­can que los poli­cosanoles con­tribuyen a pre­venir la arte­ri­oescle­ro­sis, que es el endurec­imien­to de las arte­rias.
  • Igual­mente, que reduce la oxi­dación y la pro­lif­eración del teji­do mus­cu­lar liso, con lo que reduce el ries­go de enfer­medades car­dio­vas­cu­lares.
  • La patente otor­ga­da por las autori­dades de EE.UU. pro­tege el des­cubrim­ien­to de Jorge Enrique González en 153 país­es y ya esta pro­te­gi­do en los 57 país­es que son los que pro­ducen caña de azú­car en el mun­do.
  • A Europa y EE.UU. fueron envi­adas mues­tras para los grandes super­me­r­ca­dos y cade­nas, que están a la espera de que empiece la pro­duc­ción.

Fuente: El PAÍS.