El marketing y el ingenio

El asesor en mar­ket­ing dig­i­tal de macrismo, Mar­i­ano Tato, figu­ra en los “Par­adise Papers” como copro­tag­o­nista de una operación financiera cuan­to menos lla­ma­ti­va, sino direc­ta­mente sospe­chosa. Se tra­ta de un inten­to de auto­com­pra apalan­ca­da de un inge­nio azu­carero en Paraguay, el San­ta María, en el depar­ta­men­to paraguayo de Posadas, que como parte del pro­gra­ma “Paraguay Vende” entonces recibía y hoy sigue reci­bi­en­do fon­dos de USAID, la agen­cia esta­dounidense para el desar­rol­lo. La enti­dad fue acu­sa­da en var­ios país­es lati­noamer­i­canos de finan­ciar inten­tos para socavar gob­ier­nos pop­u­lares.

La man­io­bra, al pare­cer fal­l­i­da, tuvo lugar durante la pres­i­den­cia de Fer­nan­do Lugo. Involu­cra­ba a Tato y al ger­ente gen­er­al del inge­nio, el recono­ci­do empre­sario local Bruno Defe­lippe. Tam­bién al ban­co ital­iano Ital­mo­bil­iare, que iba a apor­tar un crédi­to de 12,7 mil­lones de dólares. Y la fir­ma de abo­ga­dos británi­ca Apple­by, espe­cial­ista en creación de guar­i­das fis­cales en colo­nias ingle­sas y a la postre obje­ti­vo prin­ci­pal de la megafil­tración cono­ci­da como los “Par­adise Papers”.

Así surge de los doc­u­men­tos que detec­tó y anal­izó PáginaI12 en el mar­co de esa inves­ti­gación, impul­sa­da por el Con­sor­cio Inter­na­cional de Peri­odis­tas de Inves­ti­gación (ICIJ) y el diario alemán Süd­deutsche Zeitung. PáginaI12 inten­tó hablar con Tato sobre el con­tenido de estos doc­u­men­tos, pero después de un amable con­tac­to tele­fóni­co ini­cial el empre­sario no con­testó más lla­madas ni men­sajes.

Según cuen­tan los doc­u­men­tos de Apple­by, el con­tac­to con Tato y Defe­lippe fue tan inten­so y apeteci­ble como fugaz. Empezó el viernes 1 de octubre de 2010, poco después del mediodía con una ráfa­ga de mails de Defe­lippe, con copia a Tato, donde explic­a­ba el nego­cio: “Buenos días señor Black, le escri­bo de parte mía y de mi socio, el señor Tato. Quer­e­mos com­prar una com­pañía en la Islas Vír­genes Británi­cas para mane­jar la com­pra del 100% de las acciones de un INGENIO AZUCARERO local­iza­do en Paraguay. Nece­si­ta­mos:

  • Una com­pañía con el nom­bre SOUTH AGRICULTURAL INVESTMENTS que recibirá fon­dos ($12,7 MM) de una insti­tu­ción financiera ital­iana.
  • Los nom­bres de los com­pradores no deben cono­ci­dos por los vende­dores.
  • Por esa razón, esta­mos pen­san­do en crear o com­prar otra com­pañía de Islas Vír­genes Británi­cas donde el señor Tato y yo teng­amos el 50% cada uno.

Esta­mos abier­tos a su con­se­jo y expe­ri­en­cia. El úni­co tema es que esto es URGENTE. Asi que, en lo posi­ble digan qué doc­u­men­tos debo man­dar­les, un cal­en­dario de pagos y una esti­mación de tiem­po para que todo esto esté en fun­cionamien­to lo antes posi­ble. Salu­dos Bruno Defe­lippe.”

La respues­ta no tardó más de cua­tro min­u­tos. Lejos de intim­i­darse por el pedi­do de man­ten­er en secre­to a los com­pradores o la urgen­cia mostra­da para cer­rar el tra­to, el abo­ga­do de Apple­by agradecía mucho y pedía una hora para ten­er una respues­ta.

Los corre­os inter­nos del bufete de abo­ga­dos mues­tran a sus miem­bros felices con el pedi­do de Defe­lippe, casi como si se hubier­an saca­do la lotería. Defe­lippe, ger­ente gen­er­al del inge­nio, quería recom­prarse a sí mis­mo a través de una empre­sa pan­talla en una guar­i­da fis­cal. Y en la oper­a­to­ria entra­ban 12,7 mil­lones de un ban­co ital­iano, apalan­ca­dos por el pro­pio pat­ri­mo­nio del inge­nio. “Tra­to dulce ¿entien­des?” bromeó uno de los abo­ga­dos, refir­ién­dose a lo azu­cara­do que venia el nego­cio. Una hora más tarde Apple­by ya tenía no menos de cin­co abo­ga­dos tra­ba­jan­do en el caso, Tato y Defe­lippe mand­a­ban foto­copias de sus doc­u­men­tos y anun­cia­ban que el ban­co que apor­taría los crédi­tos era el Ital­mo­bil­iare. Defe­lippe, que llev­a­ba la voz can­tante, aclaró que se trata­ba de una “com­pra patronal” o (“man­age­ment buy­out”), y que él y Defe­lippe eran los “man­agers” o ger­entes gen­erales del inge­nio. Sin embar­go, mien­tras Defe­lippe sigue sien­do el ger­ente gen­er­al del inge­nio de acuer­do a diver­sas pub­li­ca­ciones paraguayas, no hay ras­tros de que Tato tam­bién haya ocu­pa­do esa geren­cia. De hecho, según su cur­rícu­lum en ese momen­to tra­ba­ja­ba para la Cor­po­ración Améri­ca. A media tarde los mails que cir­cu­la­ban entre Tato, Defe­lippe y los abo­ga­dos de Apple­by empezaron a lle­var el encabeza­do “Com­pra apalan­ca­da de un inge­nio en Paraguay”, o sea, el inge­nio saca un prés­ta­mo y el dinero se usa para la com­pra de ese mis­mo inge­nio, una man­io­bra inven­ta­da por espec­u­ladores de Wall Street en los 60 y 70 que tuvo su máx­i­ma expre­sión con el Grupo Exxel durante el men­e­mis­mo.

Otro dato que aportó Defe­lippe en su inter­cam­bio con Apple­by es que la empre­sa vende­do­ra del inge­nio era Edesa. Se tra­ta de una impor­tante empre­sa famil­iar de los Sánchez de Espa­da fun­da­da en 1929 que, según su pági­na web, se ded­i­ca a ser­vi­cios de logís­ti­ca. Según doc­u­men­tos financieros paraguayos de 2010, Defe­lippe, que está casa­do con una Sánchez de Espa­da, era direc­tor de Edesa, car­go que tam­bién incluye en su cur­rícu­lum un hijo de Defe­lippe. Y aunque la pági­na web de Edesa desta­ca dece­nas de mar­cas que uti­lizan sus ser­vi­cios, el inge­nio San­ta María no aparece nom­bra­do, como si el vín­cu­lo no existiera. Todo lo cual hace aún más lla­ma­ti­vo el pedi­do de secre­to entre el com­prador y vende­dor.

Sea como fuere, para el cierre del horario de ofic­i­na ese mis­mo viernes Apple­by le había gira­do a Tato y a Defe­lippe un esque­ma com­ple­to con com­prador, vende­dor, financista, inter­me­di­ar­ios y todos los pasos de la oper­a­to­ria exprés, que el estu­dio esti­ma­da en tres sem­anas: una para ase­gu­rar el prés­ta­mo, otra para inscribir las guar­i­das fis­cales y una ter­cera para com­ple­tar la operación, que ter­mi­naría con Tato y Defe­lippe dueños del 50 por cien­to de inge­nio cada uno.

Habi­en­do recibido la infor­ma­ción, Tato escribió que se reti­raría al cam­po (“coun­try­side”) y estaría desconec­ta­do por el fin de sem­ana, pero que su socio per­manecería aten­to a cualquier requer­im­ien­to.

Sin embar­go, los Par­adise Papers sug­ieren que la operación no llegó a conc­re­tarse, al menos para Apple­by, aca­so porque los tiem­pos no dieron, porque los abo­ga­dos subes­ti­maron la urgen­cia de sus clientes, porque los clientes usaron la fal­ta de tiem­po como excusa para reti­rarse del nego­cio, o porque otro inater­me­di­ario les ofre­ció algo mejor. Lo con­cre­to es que ese domin­go, dos días después de haber ini­ci­a­do el con­tac­to, Defe­lippe escribió: “Buenos días señor Black. Desafor­tu­nada­mente, debido a la exten­sión de los pla­zo que ust­edes pro­po­nen para orga­ni­zar todo esto no podremos uti­lizar sus ser­vi­cios pro­fe­sion­ales. Le agrade­ce­mos su ayu­da has­ta aho­ra. Salu­dos, Bruno Defe­lippe”.

sodonnell@pagina12.com.ar

 

Fuente: Pagina12