El gusano “perforador” amenaza a la caña de azúcar

Se trata de una plaga que afecta el 6% del cultivo azucarero de toda la provincia, generando importantes pérdidas.

Los cul­tivos tucumanos de caña de azú­car se encuen­tran bajo ame­naza. El gusano per­forador Dia­traea sac­cha­r­alis es la pla­ga más impor­tante para estas planta­ciones, y año tras año gen­era impor­tantes pér­di­das en el sec­tor.

Esti­ma­ciones real­izadas por la Estación Exper­i­men­tal Agroin­dus­tri­al Obis­po Colom­bres (EEAOC) en la pre­sente zafra deter­mi­naron que la infestación prome­dio en la provin­cia fue de 6,2%, observán­dose pres­en­cia de la pla­ga en todas las local­i­dades muestreadas; a su  vez en el 15 % de estas, la inten­si­dad de infestación superó el por­centa­je de alar­ma (10%).

Caso por caso

La Cocha pre­sen­tó los val­ores más altos con un prome­dio de 9,7%, le sigu­ieron Cruz Alta y Bur­ruy­acú con 7 %, Famail­láAlber­di y Leales con un 6 %, mien­tras que Chi­cli­gas­ta, Graneros, Lules, Mon­teros, Rio Chico y Simo­ca pre­sen­taron entre un 2 y 5 %.

Estas esti­ma­ciones se obtu­vieron en base al mon­i­toreo que real­iza la EEAOC des­de 2016 en 100 pun­tos dis­tribui­dos en el área cañera tucumana en fun­ción del por­centa­je de hec­táreas de caña plan­ta­da en los depar­ta­men­tos de la provin­cia.

Los efec­tos

El prin­ci­pal per­juicio oca­sion­a­do por la pla­ga es la dis­min­u­ción del con­tenido de azú­car, cau­sa­da por hon­gos y bac­te­rias que ingre­san al tal­lo por la per­foración que real­iza el gusano. Con inten­si­dades de infestación de un 1% oca­sio­n­an pér­di­das equiv­a­lentes a 620 gramos de azú­car por tonela­da de caña. Esto sig­nifi­caría que con 10 % de infestación, un lote con rendimien­to prome­dio (63 t/ha) estaría per­di­en­do 390 kg de azú­car por hec­tárea. Esta dis­min­u­ción en el azú­car se ve incre­men­ta­da si se real­iza la cosecha tardía­mente, por ello se recomien­da que los lotes con índices may­ores a 10 % sean los primeros en ser cosecha­dos.

Esta pla­ga tam­bién provo­ca daños en las yemas de los tal­los dis­min­uyen­do su número. Este daño impacta direc­ta­mente en el poten­cial de uso del lote para caña semi­l­la; si los por­centa­jes de inten­si­dad de infestación son altos, el pro­duc­tor ten­drá que replantear el uso de esa caña como semi­l­la.

Otro daño impor­tante que provo­ca esta pla­ga es pro­ducir el quiebre de la cañas, lo que deter­mi­na may­ores pér­di­das, al no poder ser lev­an­ta­da por la cosechado­ra.

Fuente: El Tucumano