¿Derecho agrario en Cuba?

La contratación y comercialización de los productos agrícolas en Cuba por ley corre a cuenta del Estado

LA TUNAS, Cuba.- Tal parece como si les diera pena. No es para menos, ¿no? Por el noticiero de la tele­visión nacional lo supe antenoche. Y busqué infor­ma­ción ayer en Juven­tud Rebelde y en Gran­ma. Pero los per­iódi­cos de la juven­tud y el par­tido comu­nista hicieron mutis.

Es como si los coaus­pi­ci­adores, el min­is­te­rio de la Agri­cul­tura, la Fac­ul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad de La Habana, la Aso­ciación Nacional de Agricul­tores Pequeños y el Grupo Empre­sar­i­al (azu­carero) AZCUBA, a últi­ma hora se hubier­an per­cata­do del anacro­nis­mo: recibir en taparra­bos a invi­ta­dos acos­tum­bra­dos a lle­var toga y bir­rete.

Resul­ta que el pasa­do 16 de enero la Sociedad Cubana de Dere­cho Agrario con­vocó su XI Con­gre­so Inter­na­cional. Sesion­aron en el Hotel Habana Libre des­de el 26 y has­ta el viernes 29 de junio.

Según la con­vo­ca­to­ria ras­trea­da por mi ami­go Tom­my en Inter­net, el con­gre­so estu­vo ded­i­ca­do a “los ilus­tres agraris­tas Dra. María Adri­ana Vic­to­ria, de Argenti­na y Neil Hamil­ton, de Esta­dos Unidos”. Es de supon­er que fuer­an obse­quia­dos con sendos ramos de marabú; arbus­to espinoso que, por su omnipres­en­cia, desplaza a la pal­ma real, árbol nacional.

El lema del XI Con­gre­so Inter­na­cional sobre Dere­cho Agrario sig­nifi­ca para los cubanos un poe­ma ded­i­ca­do a la año­ran­za de un bis­tec de tern­era, o a la lib­er­tad de un propi­etario rur­al para dispon­er de sus bienes: “Dere­cho a una ali­mentación ade­cua­da, su inter­relación con el Dere­cho Agrario con­tem­porá­neo”, rez­a­ba.

Sé que los lec­tores de ori­gen cubano son­reirán dicién­dose: “¿Dere­cho Agrario en Cuba? ¡Eso es un chiste!” Y no les fal­ta razón: esta­mos en 2018 y en Cuba todavía no aparece el vaso de leche del que habló el gen­er­al Raúl Cas­tro en 2007.

Pero si a los oídos de los cubanos el lema del XI Con­gre­so Inter­na­cional sobre Dere­cho Agrario sue­na como un poe­ma el vaso de leche, o las papas, o el dere­cho de dispon­er de una vaca­da medi­ante tes­ta­men­to, vaya ust­ed a saber, los “ejes temáti­cos” de los agraris­tas reunidos en el Hotel Habana Libre que seme­jan una serie de nov­e­las de mis­te­rios que bien hubier­an podi­do tit­u­larse… El vel­lo­ci­no de la vaca cubana ausente.

Nueve fueron los “ejes”. Para ilus­trar­los bien cer­canos a Cuba bas­ta citar los tres primeros: “Las dis­tin­tas for­mas de agri­cul­tura, su papel en la sober­anía y seguri­dad ali­men­ta­ria; Dere­cho de los con­sum­i­dores, retos para garan­ti­zar una ali­mentación salud­able; y, Dere­cho de los pro­duc­tores, la con­trat­ación y com­er­cial­ización en pos de la sober­anía y la seguri­dad ali­men­ta­ria.”

Sal­vo a los agricul­tores vin­cu­la­dos a coop­er­a­ti­vas estatales, las autori­dades comen­zaron a solic­i­tar los terenos entre­ga­dos en usufruc­to (Foto: Osniel Car­mona)

Vamos a ver. Según la Acad­e­mia Inter­na­cional de Inge­niería de los Esta­dos Unidos, “la mecan­ización agraria es uno de los 20 may­ores logros de la inge­niería del siglo XX”.

A prin­ci­p­ios del siglo XX en los Esta­dos Unidos, y según la fuente cita­da, se nece­sita­ba un granjero para ali­men­tar de 2 a 5 per­sonas, mien­tras hoy, gra­cias a la tec­nología, los agro­quími­cos y las var­iedades de semi­l­las, un granjero puede ali­men­tar a 130 per­sonas”.

Alguien dirá, “bueno, eso es en Esta­dos Unidos, el país más desar­rol­la­do del mun­do, que, además, es un mosaico de naciones”.

A ese lec­tor escép­ti­co cabe recor­dar­le que has­ta 1959 a Cuba lle­ga­ba la maquinar­ia agrí­co­la más pro­duc­ti­va del mun­do pro­duci­da en Esta­dos Unidos. Y Cuba se autoabastecía de carne, leche, arroz… Y Cuba fue el may­or pro­duc­tor de azú­car de caña del mun­do.

Por supuesto, allá por 1953 Cuba sólo tenía 5 829 029 habi­tantes, sólo 2 985 155 hom­bres, y en esa época, sólo los hom­bres eran trac­toris­tas, camioneros, maquin­istas, fogoneros, mecáni­cos, obreros agrí­co­las… Pero en 1959, un oper­ador de la ley, un agrarista uni­for­ma­do de coman­dante, por cier­to, alo­ja­do en la suite máster del Habana Hilton reba­u­ti­za­do Habana Libre, acabó con todos ellos y su sapi­en­cia agroin­dus­tri­al lega­da de padres a hijos.

Cesa­do el com­er­cio Cuba-USA, sin perder tiem­po ini­ció el com­er­cio Cuba-URSS. Y como nun­ca antes, entró a Cuba maquinar­ia agrí­co­la pro­por­ciona­da, o regal­a­da por la extin­ta Unión Soviéti­ca. Cien­tos, miles de trac­tores con sus imple­men­tos lle­garon a Cuba para ser des­guaza­dos poco tiem­po después. Y así no hay carne, ni leche, ni papas.

¿A quién cul­par? A trac­toris­tas y mecáni­cos… ¡No! ¿A los oper­adores del Dere­cho Agrario? ¡Tam­poco! Pobres cor­revei­diles.

Sépan­lo, Fidel Cas­tro está muer­to y sus cenizas enter­radas en una piedra que, dicen, seme­ja un gra­no de maíz. Pero su Decre­to-Ley No. 125, “Rég­i­men de propiedad, pos­esión y heren­cia de la tier­ra y bienes agropecuar­ios” está tan vivo en letra y espíritu como cuan­do el agrarista uni­for­ma­do de coman­dante lo fir­mó hace la friol­era de 27 años, el 30 de enero de 1991.

“Y cuan­do yo me muera, ¿de quién serán mi fin­ca, mi trac­tor, mi cabal­lo, mi casa, mis reses?”, escribe a modo de epí­grafe el autor de un pron­tu­ario sobre dere­cho a la tier­ra y demás bienes agropecuar­ios.

Foto Archi­vo

Quizás sea Cuba uno de los pocos, sino el úni­co, sí, de los país­es del mun­do donde le está expre­sa­mente pro­hibido al dueño de una fin­ca otor­gar tes­ta­men­to en relación con la tier­ra y los bienes agropecuar­ios de su propiedad.

Y quizás sea Cuba el úni­co país del mun­do donde los propi­etar­ios de gana­do son san­ciona­dos con mul­tas por ser víc­ti­mas de los cua­treros.

Sí, no se asom­bre: mul­ta­dos luego de roba­dos si son encon­tra­dos cul­pa­bles de neg­li­gen­cia en la pro­tec­ción del gana­do. Esto en un Esta­do que crim­i­nal­izó el com­er­cio de la carne vac­u­na hacien­do con esa leg­is­lación pro­lif­er­ar ladrones de reses y car­niceros ambu­lantes. Pero quizás los agraris­tas reunidos en La Habana no dis­cutieron estos asun­tos.

Como nación con una cul­tura rur­al sól­i­da, Cuba pasó de la agri­cul­tura de mer­ca­do (expor­ta­do­ra), a una agri­cul­tura de sub­sis­ten­cia, donde a duras penas pro­duce lo de lle­var a la boca. Y, es improce­dente imputar neg­li­gen­cia al pro­duc­tor agropecuario cubano.

El dere­cho de los con­sum­i­dores, a debate en días pasa­dos por agraris­tas, es un sofis­ma. El fal­so razon­amien­to está dado por un hecho públi­co y noto­rio: el con­sum­i­dor en Cuba no tiene dere­cho a escoger, el con­sum­i­dor cubano com­pra cuan­do puede lo que encuen­tra, no lo que elige.

Peor aún es el dere­cho de los pro­duc­tores. La con­trat­ación y com­er­cial­ización de los pro­duc­tos agrí­co­las en Cuba por ley corre a cuen­ta del Esta­do, quien fija pre­cios y vol­u­men de la cosecha a entre­gar por el pro­duc­tor a la empre­sa estatal.

El agricul­tor cubano, luego de “cumplir el plan de entre­ga” al Esta­do, por sí mis­mo, sólo puede com­er­cializar algo así como una cuar­ta parte de la cosecha, y en no pocas oca­siones, con “pre­cios topa­dos”, esto es, fija­dos por el Esta­do.

Difí­cil es bajo ese sis­tema esta­tista que una nación con­si­ga sober­anía y seguri­dad ali­men­ta­ria, dos cat­e­gorías muy difer­entes. Seguri­dad ali­men­ta­ria es la garan­tía de apro­vi­sion­amien­to de ali­men­tos que tiene un país, mien­tras sober­anía ali­men­ta­ria es la fac­ul­tad de los pueb­los para estable­cer políti­cas agrarias y ali­men­ta­rias con­gru­entes con sus sue­los, abas­to de agua, medio ambi­ente y hábitos ali­men­ta­r­ios de la nación.

Dere­cho Agrario es la rama de los dere­chos sociales (económi­cos, cul­tur­ales, sociopolíti­cos…) que con­sti­tuyen el orden jurídi­co reg­u­lador de la tenen­cia de la tier­ra, sus for­mas de propiedad y la labor agraria que sobre la tier­ra se real­iza, y Cuba, donde las cose­chas en no pocas oca­siones se pier­den en el cam­po por neg­li­gen­cias del acopi­ador monop­o­lista estatal, mien­tras el con­sum­i­dor poco tiene que lle­var a la boca, no parece el sitio ade­cua­do para hac­er abstrac­ciones de dere­cho agrario, cuan­do es deber de los juris­tas traer los hechos por su nom­bre.

Fuente: Cubanet