COSTA RICA | Cañeros claman por aprobación urgente de salvaguardia de azúcar

El cultivo y producción de caña de azúcar ha sido, por décadas, uno de los principales motores del desarrollo económico y social de Costa Rica. Se cultivan, aproximadamente, 62 mil hectáreas de caña, en 25 cantones y 114 distritos del territorio nacional.

En lugares como: Tur­ri­al­ba, Jiménez, Gre­cia, Poás, San Car­los, Los Chiles, Puntare­nas, Montes de Oro, Filadelfia, Cañas, Liberia, Pérez Zeledón y Buenos Aires, por citar algunos ejem­p­los, día a día, hom­bres y mujeres inducen la tier­ra, con tesón y esmero, de for­ma vision­ar­ia y hon­es­ta, para lle­var sus­ten­to a sus hog­a­res y gener­ar empleo en una zona rur­al que hoy día cla­ma por sosten­er el poco tra­ba­jo disponible.

Se tra­ta de 7078 pro­duc­tores de caña, de los que, más del 90% son pequeños pro­duc­tores, con entre­gas que no sobrepasan las 500 toneladas métri­c­as, mien­tras que, si se con­sid­er­an a los medi­anos pro­duc­tores, el por­centa­je aumen­ta a más del 95%. De ellos, el 44.7% se con­cen­tran en la Zona Sur, el 17.3% en la Zona de Gua­nacaste, un 16.2% pro­ducen en la Zona de San Car­los, el 13.6% en el Valle Cen­tral, un 7.19% en la Zona Atlán­ti­ca y un 0.69% en el Pací­fi­co Cen­tral.

Dig­no de destacar es tam­bién la par­tic­i­pación de las mujeres en la activi­dad: la zafra ante­ri­or, más de 2400 mujeres entre­garon caña, ponien­do en evi­den­cia que la mujer costar­ri­cense, como ya sabe­mos, es valiente y emprende­do­ra, aun tratán­dose de un cul­ti­vo tan arduo, que deman­da un gran esfuer­zo físi­co.

Un pro­duc­tor que entre­ga menos de 500 toneladas de caña, lo que posee, en prome­dio, son 6.7 hec­táreas de ter­reno. Con ese pat­ri­mo­nio, alber­ga la esper­an­za de sosten­er a su famil­ia de for­ma digna, lle­van­do a la mesa de los costar­ri­cens­es azú­car 100% nacional, como lo ha hecho el sec­tor cañero – azu­carero por décadas.

El mod­e­lo ha garan­ti­za­do la sub­sis­ten­cia del pro­duc­tor de caña. Esta estruc­tura de tenen­cia de la tier­ra, es muy típi­ca de Cos­ta Rica. Los pro­duc­tores costar­ri­cens­es son un fiel refle­jo del Esta­do Social de Dere­cho en el que vivi­mos. No por nada la Ley N°7818, Ley Orgáni­ca de la Agri­cul­tura e Indus­tria de la Caña de Azú­car, declara de interés públi­co la exis­ten­cia y man­ten­imien­to del pequeño y medi­ano pro­duc­tor de caña, y establece un mod­e­lo sol­i­dario de repar­ti­ción de la riqueza, a par­tir de los prin­ci­p­ios cris­tianos de jus­ti­cia social y repar­to equi­tati­vo de la riqueza.

En esta jus­ta dimen­sión, la Sala Con­sti­tu­cional ha indi­ca­do: “Recordemos que vivi­mos en un Esta­do de Dere­cho, de man­era que el Esta­do puede, entonces, inten­tar plas­mar sus fines y obje­tivos socio- económi­cos impul­san­do la ini­cia­ti­va pri­va­da, o fomen­tan­do, por medio de incen­tivos, la activi­dad a que se ded­i­ca; o bien, impon­er cier­tos deberes a los par­tic­u­lares con el fin de man­ten­er en un mín­i­mo acept­able el bien­es­tar económi­co de la población. Se tra­ta de repar­tir y uti­lizar los recur­sos de la comu­nidad en prove­cho de los gru­pos o sec­tores social­mente más despro­te­gi­dos. En este caso, dicha pro­tec­ción espe­cial está fun­da­men­ta­da en razones de interés públi­co, pues uno de los obje­tivos de la ley, es la exis­ten­cia y el man­ten­imien­to de los pequeños pro­duc­tores inde­pen­di­entes.” Sala Con­sti­tu­cional de la Corte Supre­ma de Jus­ti­cia. Voto 2004–8017.

El mod­e­lo de inte­gración entre pro­duc­tores, inge­nios y la Liga de Caña (LAICA), con­sagra­do en la Ley N°7818, le garan­ti­za al cañero dos aspec­tos fun­da­men­tales para la sosteni­bil­i­dad del nego­cio, a saber: la com­pra del pro­duc­to y el pago de un pre­cio jus­to.

En efec­to, la Ley establece que, de la cuo­ta asig­na­da por LAICA a los inge­nios, el 50% debe com­ple­tarse con caña adquiri­da a los pro­duc­tores inde­pen­di­entes (garan­tía de com­pra), y deter­mi­na, además, que del val­or neto del azú­car y la miel con­teni­da en la caña que los pro­duc­tores venden a los inge­nios, el 62.5% le pertenece al pro­duc­tor (pago de pre­cio jus­to).

Dispone tam­bién la Ley, que los pro­duc­tores de caña par­tic­i­pan, con la mis­ma rep­re­sentación y voto que el sec­tor indus­tri­al, ante la Jun­ta Direc­ti­va y la Asam­blea Gen­er­al de LAICA, garan­ti­zan­do el prin­ci­pio democráti­co y equidad en la toma de deci­siones.

A ello se le suma la asesoría téc­ni­ca que brin­da LAICA al pro­duc­tor de caña y los inge­nios, por medio de la Direc­ción de Inves­ti­gación y Exten­sión de la Caña de Azú­car (DIECA), así como una infraestruc­tura de alma­ce­namien­to, dis­tribu­ción y com­er­cial­ización de azú­car, que por muchos años se ha ido con­struyen­do con el esfuer­zo de pro­duc­tores e indus­tri­ales, sin que el Esta­do haya tenido que erog­ar un solo colón.

Todo está en ries­go. Sí, los pro­duc­tores, el empleo que gen­er­an, el mod­e­lo, las inver­siones real­izadas y el mis­mo abastec­imien­to de azú­car en la mesa de los costar­ri­cens­es, está seri­amente ame­naza­do.

Des­de que comen­zó a impor­tarse azú­car a Cos­ta Rica, espe­cial­mente de Brasil, y más recien­te­mente de Canadá (aunque tam­bién se tra­ta de azú­car brasileño), han aban­don­a­do el cul­ti­vo de la caña de azú­car, 2,638 pro­duc­tores, lo que, según esti­ma­ciones de FEDECAÑA, basa­dos en infor­ma­ción de DIECA, rep­re­sen­ta una pér­di­da de empleo direc­to de 7,157 tra­ba­jadores. Solo la últi­ma zafra, salieron de la activi­dad 433 pro­duc­tores.

A esta pér­di­da de empleo direc­to debe sumárse­le los miles de empleos indi­rec­tos afec­ta­dos: el trans­portista de la caña, el chofer, la ven­ta de insumos agropecuar­ios, la soda, la pulpería, el abaste­cer del pueblo en el que com­pran los pro­duc­tores, los cor­ta­dores y toda la larga lista de per­sonas que se engranan en esta noble activi­dad.

Las importa­ciones comen­zaron en noviem­bre de 2014. Antes de esa fecha, en prome­dio, los pro­duc­tores inscritos eran 9,611 (prome­dio de las tres zafras ante­ri­ores). La primera zafra se impor­taron 36,821 bul­tos de azú­car, lle­gan­do a 218,197 en la zafra 2017/2018. A mar­zo de 2020, se habían impor­ta­do, en total, 873,122 bul­tos de 50 kg. Dicha can­ti­dad equiv­ale a susti­tuir 5,385 hec­táreas de caña del país. Es como si se tomará toda la caña sem­bra­da en el Valle Cen­tral y tuviera que desecharse.

El azú­car que ingre­sa desplaza la pro­duc­ción nacional, provo­can­do que deba des­ti­narse al mer­ca­do mundi­al, como azú­car crudo, no apto para con­sumo humano, a pre­cios ruinosos, muy por deba­jo de sus cos­tos de pro­duc­ción. Pre­cios que han caí­do dramáti­ca­mente, a par­tir de la cri­sis por el COVID-19, cre­an­do un ambi­ente aún más favor­able para que se acelere el rit­mo de las importa­ciones.

La pér­di­da económi­ca para el sec­tor supera los 24 mil­lones de dólares (sien­do con­ser­vadores), lo que, como se indicó, afec­ta direc­ta­mente y en may­or pro­por­ción al pro­duc­tor de caña, por cuan­to, por Ley, el 62.5% del val­or neto del azú­car que LAICA logra obten­er, es del pro­duc­tor.

Esta situación tiene en “jaque” al gremio. La sal­i­da de pro­duc­tores, la can­ti­dad de azú­car que ha ingre­sa­do, el desplaza­mien­to del pro­duc­to nacional, los bajos pre­cios inter­na­cionales, la deval­u­ación del Real en Brasil, el may­or número de impor­ta­dores involu­cra­dos en el nego­cio, la pér­di­da de empleo, entre otros fac­tores, son prue­ba inequívo­ca que el daño es real y está con­suma­do.

El agricul­tor de caña costar­ri­cense, espe­cial­mente el más pequeño, es efi­ciente. Sus rendimien­tos agroin­dus­tri­ales así lo demues­tran. Sin embar­go, no puede com­pe­tir con­tra la pro­duc­ción de país­es que otor­gan sub­sidios direc­tos e indi­rec­tos a sus cañeros, como sucede, por ejem­p­lo, con las dos prin­ci­pales poten­cias en pro­duc­ción de azú­car: Brasil y la India. Además de ser un país muy caro para pro­ducir, como sabe­mos, el agricul­tor costar­ri­cense no recibe ningún sub­sidio del Esta­do, por lo que la can­cha no está pare­ja.

Ante este panora­ma des­o­lador, es urgente que el Gob­ier­no aplique la sal­va­guardia de azú­car, como instru­men­to legí­ti­mo de defen­sa com­er­cial, que otras naciones sí uti­lizan, en res­guar­do de su pro­duc­ción, de sus agricul­tores, de sus empleos, como lo hizo Chi­na hace poco tiem­po, pre­cisa­mente para pro­te­gerse de importa­ciones de azú­car de país­es como Brasil.

En manos del Gob­ier­no está que Doña Euge­nia Bal­to­dano, Don Car­los Jiménez, Doña Lour­des Alfaro, Don José Luis Mora y Doña Jus­ta Ele­na Hernán­dez, y así como ellos, miles de pro­duc­tores reales, de carne y hue­so, que depen­den del cul­ti­vo de la caña, puedan per­manecer en la activi­dad, generan­do el bien­es­tar socioe­conómi­co que tan­to le urge al país.

Fuente: El Mun­do.