Concluyen la mayor secuenciación del genoma de la caña de azúcar comercial

El equipo internacional mapeó 373.869 genes, cifra que corresponde al 99,1% del total. Una tarea de 20 años que abre el camino para el mejoramiento genético del cultivo.

Un grupo cien­tí­fi­co inter­na­cional encabeza­do por inves­ti­gadores brasileños con­cluyó la secuen­ciación más com­ple­ta has­ta aho­ra real­iza­da del geno­ma de la caña de azú­car com­er­cial. Se mapearon en ese tra­ba­jo 373.869 genes, cifra que cor­re­sponde al 99,1% del total.

Este estu­dio es el resul­ta­do de casi 20 años de inves­ti­ga­ciones con el apoyo de la agen­cia de inves­ti­gación FAPESP, y abre el camino hacia el mejo­ramien­to genéti­co del cul­ti­vo más pro­duci­do en el mun­do en toneladas, de acuer­do con la Orga­ni­zación de las Naciones Unidas para la Ali­mentación y la Agri­cul­tura (FAO).

“Es la primera vez que se visu­al­izan todos los genes de la caña, o su gran may­oría. En proyec­tos ante­ri­ores de diver­sos gru­pos de inves­ti­gación, las secuen­cias aparecían mon­tadas de man­era colap­sa­da, por fal­ta de una her­ramien­ta de mon­ta­je ade­cua­da. Por ende, con­sti­tuían tan solo aprox­i­ma­ciones”, dijo Mendes Souza, docente del Insti­tu­to de Quími­ca de la Uni­ver­si­dad de São Paulo (IQ-USP) y coor­di­nado­ra del Pro­gra­ma FAPESP de Inves­ti­ga­ciones en Bioen­ergía (BIOEN- FAPESP).

“Este conocimien­to abre diver­sas posi­bil­i­dades, que van des­de las apli­ca­ciones en biotec­nología y el mejo­ramien­to genéti­co has­ta la edi­ción géni­ca [el reem­pla­zo o la elim­i­nación de genes con fun­ciones especí­fi­cas]”, dijo Van Sluys, docente del Insti­tu­to de Bio­cien­cias de la USP e inte­grante de la Coor­di­nación Adjun­ta de Cien­cias de la Vida de la FAPESP.

Los retos

Tal como lo expli­caron las inves­ti­gado­ras, la secuen­ciación del geno­ma de la caña de azú­car no con­sti­tuye una tarea fácil. La caña de azú­car es el resul­ta­do cruza­mien­tos acae­ci­dos a lo largo de algunos mile­nios entre dis­tin­tas var­iedades de dos especies –Sac­cha­rum offic­i­narum S. spon­ta­neum−, y por ello actual­mente posee un geno­ma bas­tante com­ple­jo.

El geno­ma de la caña de azú­car está com­puesto por 10 mil mil­lones de pares de bases, dis­tribui­dos en entre 100 y 130 cro­mo­so­mas. Por eso se requiere de una gran capaci­dad com­puta­cional para unir los frag­men­tos secuen­ci­a­dos de ADN, por un lado, y man­ten­er sep­a­ra­dos los cro­mo­so­mas homól­o­gos, por el otro. Para hac­erse una idea: el geno­ma del tri­go posee 17 mil mil­lones de pares de bases divi­di­dos en 46 cro­mo­so­mas. El geno­ma humano, a su vez, cuen­ta con 3.200 mil­lones de pares de bases tam­bién orga­ni­za­dos en 46 cro­mo­so­mas.

Si bien la tec­nología disponible al comien­zo del proyec­to ya per­mitía la pro­duc­ción de secuen­cias largas, estas se pro­ducían a par­tir de frag­men­tos menores. Para realizar el mon­ta­je del geno­ma con base en esas secuen­cias, fue nece­saria una gran capaci­dad de proce­samien­to com­puta­cional, sum­in­istra­da por Microsoft.

El desafío de secuen­ciar el geno­ma com­ple­to de la caña de azú­car se deter­minó al comien­zo del Pro­gra­ma BIOEN, en 2008. Luego de hac­erse pre­sente en una dis­ertación de Mendes Souza, durante una con­fer­en­cia pro­movi­da por Microsoft y por la FAPESP en 2014, David Hack­er­man, inves­ti­gador del Microsoft Research Insti­tute, con sede en Los Ánge­les, quedó fasci­na­do con los desafíos com­puta­cionales de la ini­cia­ti­va y le pro­pu­so a la empre­sa una colab­o­ración con la FAPESP, que llegó bajo la for­ma del proyec­to inti­t­u­la­do “Desar­rol­lo de un algo­rit­mo para el mon­ta­je del geno­ma poli­ploide de la caña de azú­car”, bajo la coor­di­nación de Mendes Souza y con el apoyo de la Fun­dación en el mar­co del Pro­gra­ma de Inves­ti­gación en Aso­ciación para la Inno­vación Tec­nológ­i­ca (PITE). Este proyec­to hizo posi­ble la entra­da de otros socios como Bob David­son, inves­ti­gador de Microsoft con base en la unidad de Seat­tle, y David Heck­er­man actual­mente en Ama­zon.

Con la secuen­ciación pub­li­ca­da aho­ra, por primera vez ha sido posi­ble iden­ti­ficar la diver­si­dad en las secuen­cias de los pro­mo­tores, las áreas de los genes que con­trolan su expre­sión.

“Pese a que en algunos casos los genes son un 99,9% idén­ti­cos, podemos detec­tar difer­en­cias en sus pro­mo­tores que inclu­so ayu­dan a deter­mi­nar si las copias tienen su ori­gen en el antepasa­do S. offic­i­narum o en S. spon­ta­neum”, dijo Mendes Souza.

Esta rev­elación hace posi­ble la real­ización de estu­dios de las fun­ciones de las dis­tin­tas copias en lo con­cerniente al aumen­to de la pro­duc­tivi­dad y en el incre­men­to de azú­car y de fibra, por ejem­p­lo. Asimis­mo, per­mite ver­i­ficar qué copias pueden estar dotan­do de ven­ta­jas a los difer­entes genoti­pos selec­ciona­dos en el mar­co de los pro­gra­mas de mejo­ramien­to de var­iedades de caña para azú­car y para energía.

“Este resul­ta­do con­fir­ma el lid­er­az­go de Brasil y del esta­do de São Paulo en la inves­ti­gación sobre esta plan­ta tan impor­tante para el país que es la caña de azú­car. Y refle­ja tam­bién la antic­i­pación de la comu­nidad cien­tí­fi­ca de São Paulo y de la FAPESP con relación al desafío de apren­der sobre el geno­ma de la plan­ta, para extraer de ello el conocimien­to que lleve al incre­men­to de la efi­cien­cia y de la pro­duc­tivi­dad. Siem­pre es bueno recor­dar que la inves­ti­gación sobre la caña de azú­car con­sti­tuye uno de los fac­tores que lle­varon a Brasil a realizar algo que ningún país de un tamaño sim­i­lar ha logra­do has­ta aho­ra: obten­er el 40% de su energía total pro­duci­da en for­ma ren­ov­able y con baja emisión de car­bono”, afir­mó Car­los Hen­rique de Brito Cruz, direc­tor cien­tí­fi­co de la FAPESP.

El historial

La var­iedad selec­ciona­da para la secuen­ciación fue la SP80-3280, debido a que era la que poseía la may­or can­ti­dad de datos disponibles en la lit­er­atu­ra cien­tí­fi­ca. Durante el Proyec­to Geno­ma Caña –cono­ci­do como Proyec­to FAPESP Sucest, que se extendió des­de 1999 has­ta 2002–, se habían secuen­ci­a­do par­cial­mente 238 mil frag­men­tos de genes fun­cionales de esa var­iedad.

Actual­mente, la SP80-3280 está pre­sente en el rank­ing de las 20 prin­ci­pales var­iedades de caña de azú­car cul­ti­vadas en el esta­do de São Paulo. Asimis­mo, for­ma parte de la genealogía de diver­sas var­iedades com­er­ciales, pues se la emplea en los nuevos cruza­mien­tos. Esta var­iedad exhibe una bue­na pro­duc­tivi­dad agrí­co­la y brotes de las lla­madas soqueiras (las raíces que sobran después del corte), y con­sti­tuye así una de las opciones para la zafra tardía, el final de la zafra en el esta­do de São Paulo.

“El conocimien­to obtenido para esta var­iedad puede apli­carse al estu­dio de otros genoti­pos, fun­da­men­tal­mente en el des­cubrim­ien­to de genes que con­trolan la acu­mu­lación de bio­masa”, explicó Augus­to Lima Diniz, coau­tor del estu­dio, quien actual­mente lle­va ade­lante una pas­an­tía en el Cold Spring Har­bor Lab­o­ra­to­ry (CSHL), en  Esta­dos Unidos, como parte de su pos­doc­tor­a­do en el IQ-USP.

Recien­te­mente, Mendes Souza y Van Sluys tomaron parte en un equipo inter­na­cional que secuen­ció el geno­ma de S. spon­ta­neum, antepasa­do que cor­re­sponde a entre el 10% y el 15% del geno­ma de la caña de azú­car com­er­cial, en tan­to que S. offic­i­narum aportó entre el 80% y el 85%, y el 5% cor­re­sponde a cro­mo­so­mas recom­bi­nantes de esos dos prog­en­i­tores. Este estu­dio sal­ió pub­li­ca­do en Nature Genet­ics.

En 2018, Van Sluys fue una de las autoras de un artícu­lo donde fig­u­ran los resul­ta­dos del mapa de aprox­i­mada­mente la mitad del geno­ma mono­ploide de la caña de azú­car (tan solo un cro­mo­so­ma de cada par).

Con base en la infor­ma­ción recaba­da en la secuen­ciación actu­al, el grupo de la USP está desar­rol­lan­do her­ramien­tas des­ti­nadas al mejo­ramien­to genéti­co de la caña de azú­car, y está teste­an­do dis­tin­tos genes posi­bles en plan­tas trans­géni­cas. Tam­bién lle­va ade­lante estu­dios de genómi­ca com­par­a­ti­va de grandes famil­ias de genes con miras a enten­der su aporte a las diver­sas var­iedades de caña de azú­car uti­lizadas en los pro­gra­mas de mejo­ramien­to en Brasil. El obje­ti­vo con­siste en hal­lar genes que puedan ele­var la pro­duc­tivi­dad y la tol­er­an­cia a la sequía, además de per­mi­tir el desar­rol­lo de nuevos com­puestos par­tien­do de la caña de azú­car.

“Tam­bién hemos puesto a dis­posi­ción de la comu­nidad un Genome Brows­er, que es una her­ramien­ta que per­mite bus­car los genes de interés y analizar las secuen­cias en com­para­ción con las secuen­cia­ciones ante­ri­ores. Será algo de gran valía en proyec­tos de biotec­nología, y no sola­mente rela­ciona­dos con la caña de azú­car, sino tam­bién con otras plan­tas cul­ti­vadas”, dijo Mendes Souza.

Fuente: El Espec­ta­dor.