Cien empresas se caen del plan de Sanidad para reducir sal, azúcar y grasa en los alimentos

El plan acor­da­do por Sanidad con fab­ri­cantes de ali­men­tos, super­me­r­ca­dos, empre­sas de restau­ración y “vend­ing” para reducir de media un 10% el con­tenido de sal, azú­car y grasas ha sido suscrito por 398 empre­sas, por deba­jo de las 511 que pre­veía incluir cuan­do fue anun­ci­a­do, hace un año.

Así se desprende de los doc­u­men­tos pub­li­ca­dos por el min­is­te­rio, que tam­bién detal­lan qué ali­men­tos y bebidas están inclu­i­dos en la ini­cia­ti­va, un lis­ta­do que cuen­ta con desta­cadas ausen­cias, como los refres­cos con sabor cola, las piz­zas, las golosi­nas o las table­tas de choco­late.

En opinión del Gob­ier­no, el pacto supone un hito impor­tante, sobre todo por el hecho de haber sido fir­ma­do por todos los rep­re­sen­tantes del sec­tor ali­men­ta­rio en su con­jun­to y rep­re­sen­ta un “primer paso”; sin embar­go, aso­cia­ciones de con­sum­i­dores y algunos nutri­cionistas advierten de que su alcance es muy lim­i­ta­do.

“Al prin­ci­pio segu­ra­mente se pen­só que todas las empre­sas iban a suscribir el acuer­do y al final es cier­to que ha sido la gran may­oría, pero algu­na se ha queda­do fuera (…) Pero el plan está abier­to a todos”, expli­ca la direc­to­ra de la Agen­cia Españo­la de Con­sumo, Seguri­dad Ali­men­ta­ria y Nutri­ción (Aecosan), Mar­ta Gar­cía Pérez.

De hecho, la respon­s­able de Aecosan ‑depen­di­ente de Sanidad- reconoce que el plan ha sido “muy labo­rioso”: el proyec­to arrancó con el Gob­ier­no del PP hace un año y ha vis­to la luz con el PSOE en el Ejec­u­ti­vo, además de sumarse cues­tiones pro­ced­i­men­tales, como obten­er el vis­to bueno de la Abo­gacía del Esta­do y Hacien­da.

El doc­u­men­to recoge el com­pro­miso de veinte aso­cia­ciones sec­to­ri­ales para reducir sal, azú­car y grasas sat­u­radas en cer­ca de 4.000 ref­er­en­cias, dis­tribuidas en 57 clases de pro­duc­to den­tro de 13 grandes cat­e­gorías: aper­i­tivos sal­a­dos, refres­cos, bollería, cereales, cre­mas, embu­ti­dos, gal­letas, hela­dos, néctares, pan envasa­do, platos prepara­dos, lácteos y sal­sas.

La ini­cia­ti­va exige metas conc­re­tas de reduc­ción a cada ref­er­en­cia. Por ejem­p­lo, den­tro de los refres­cos sólo entran los de sabor “lima-limón sin edul­co­rantes”; en el caso de los cereales úni­ca­mente afec­ta a los de “desayuno infan­til choco­latea­d­os” y en hela­dos, a “los infan­tiles con base agua”.

Piz­zas, ham­bur­gue­sas, cre­mas sal­adas para untar, man­te­qui­l­las y cualquier tipo de golosi­na o carame­lo tam­poco están inclu­i­dos.

Del lado de las empre­sas ‑el lis­ta­do con las que se adhieren al plan aca­ba de hac­erse público‑, no fig­u­ran aque­l­las que no for­man parte de las aso­cia­ciones sec­to­ri­ales fir­mantes del acuer­do, como es el caso de la cade­na de super­me­r­ca­dos Aldi o Burg­er King.

Tam­bién hay fir­mas que pertenecen a las patronales que no se han adscrito ‑en oca­siones porque los pro­duc­tos que fab­ri­can no están inclu­i­dos en el plan- y grandes multi­na­cionales que están pre­sentes, pero cuyo com­pro­miso de refor­mu­lación se cen­tra en ref­er­en­cias conc­re­tas de su portafo­lio, y no en todo.

El doc­u­men­to incluye 102 medi­das “cuan­ti­ta­ti­vas” ‑con metas concretas‑, de las cuales tres cuar­tas partes se con­cen­tran en la indus­tria y la mar­ca blan­ca de la dis­tribu­ción.

Del lado de las cade­nas de restau­ración orga­ni­za­da ‑McDon­ald’s, Vips, Telepiz­za, Lizarrán, 100 Mon­ta­di­tos, etc.-, los obje­tivos son reducir el tamaño de los sobres mon­o­dosis de azú­car y sal entre un 33 y un 50%, además de pasar a usar leche baja en grasa y desnata­da en la mitad de los desayunos que sir­van.

Las empre­sas de restau­ración colec­ti­va, por su parte, dis­minuirán entre un 7 y un 20% su ofer­ta de platos pre­coci­na­dos fritos (cro­que­tas, empanadil­las, etc.) en cole­gios, cafeterías de hos­pi­tales y cen­tros públi­cos y res­i­den­cias de pen­sión com­ple­ta, entre otras medi­das.

En el caso de las fir­mas de “vend­ing”, el com­pro­miso les obligará a que la mitad de los pro­duc­tos com­er­cial­iza­dos en sus máquinas se inscrib­an den­tro de una “dieta salud­able” ‑actual­mente rep­re­sen­tan el 30%-, así como a aumen­tar las botel­las de agua y los refres­cos sin azú­car aña­di­do.

Fuente: Expan­sion