Crece tanto la de caña como la de remolacha, apoyadas por ayudas a los productores y salvaguardias a las importaciones. A.G.M.
Por tercer año consecutivo se prevé que China aumente la producción de azúcar, debido principalmente a una expansión de la superficie sembrada con remolacha, que se explica en parte por ayudas directas a los productores.
El pronóstico, además, plantea que nuevamente disminuirán las importaciones, debido también a las salvaguardias que entraron en vigor respecto de los grandes países proveedores del producto. Con esto, los patrones de importación de China han cambiado drásticamente. Mientras que antes la mayor parte de las importaciones procedían de Brasil, ahora el abastecimiento se da en cantidades menores, pero de una amplia variedad de proveedores, plantea un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA.
Así las cosas, se espera que la producción total de azúcar de China en 2018–2019 aumente casi en 600.000 toneladas para llegar a 10,8 millones de toneladas, el nivel más alto desde la campaña 2014/2015.
Con apoyo especial
China produce azúcar de caña y también de remolacha.
En el caso de la caña se espera una producción en 2018–2019 de 9,4 millones de toneladas, estimulada por precios de apoyo para los agricultores. Será el tercer año de mayor producción, aunque el crecimiento actual ha sido moderado, como resultado de que los precios se muestran decrecientes. El USDA atribuye el crecimiento en producción solo a la extensión en la superficie cultivada, ya que los rendimientos siguen siendo muy bajos.
La producción para 2017–2018 se estima en 9,1 millones de toneladas, 100 mil menos que en la anterior campaña, a pesar de la política de apoyo que alienta a los productores a continuar plantando más caña y, que en el caso de Guangxi, la principal área de producción, fijó un precio mínimo equivalente a US$ 79 por tonelada para proteger los intereses de los cañeros.
Pero a pesar de la recuperación de la producción de azúcar en China en los últimos años, aún quedan obstáculos para un mayor crecimiento, como las limitaciones para mecanizar y expandir el área de cultivo en Guangxi, los altos costos de producción, principalmente de mano de obra para la cosecha que representan casi el 40% del precio de compra. También conspira contra el cultivo la reconversión hacia otros rubros ‑yuca, las verduras, las frutas y los eucaliptos- que compiten por la tierra.
Creciendo rápido
En cuanto a la remolacha azucarera, se pronostica un récord de producción para 2018–2019, con 1,4 millones de toneladas, con Xinjiang como la región más productora, aunque se espera que sea superada por Mongolia Interior, donde nuevas tierras están siendo rápidamente convertidas a esta producción.
Las razones de este gran aumento tienen que ver con que los agricultores están cambiando a cultivos, como la remolacha azucarera, para obtener mejores rendimientos; también porque las áreas productoras en el norte de China son aptas para la producción a gran escala, con alto nivel de mecanización, con lo que se espera un aumento en los rendimientos y tiene costos laborales mucho más bajos que los de la caña de azúcar.
Un motivo de preocupación es la baja en el precio del azúcar, que en el caso chino se culpa a la combinación de precios más débiles a nivel mundial con el contrabando a gran escala, lo que está haciendo que los ingenios azucareros se quejen que las operaciones se están haciendo no rentables. Esto, porque hay un precio mínimo fijado por los gobiernos provinciales, que pagan las plantas, lo que las deja sin rentabilidad.
15,7 millones de toneladas de azúcar consume China al año.
Las otras importaciones El contrabando de azúcar representa entre 1,5 y 2 millones de toneladas, pese a que el gobierno chino ha aumentado el monitoreo y la lucha contra las internaciones ilegales.
Fuente: Economía y Negocios
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