Caña de azúcar | Cualquier productor puede tener un buen semillero

De debe destinar un lote, y sobre este realizar controles que garantizarán la calidad.

“Ten­er un semi­llero de caña de azú­car no es com­pli­ca­do: con­siste en dispon­er de un lote des­ti­na­do a la pro­duc­ción de caña semi­l­la, en el cual se realizarán con­troles y mane­jos sen­cil­los, que garan­ti­zarán man­ten­er la cal­i­dad de la semi­l­la pro­duci­da”, expli­caron Patri­cia Digonzel­li y Juan Gia­r­di­na, del sub­pro­gra­ma Agronomía de Caña de Azú­car de la Estación Exper­i­men­tal Agroin­dus­tri­al Obis­po Colom­bres (Eeaoc).

“Los pro­duc­tores de may­or dimen­sión, que requieren más can­ti­dad de simiente porque deben plan­tar todos los años una super­fi­cie rel­a­ti­va­mente grande, podrán implan­tar semi­lleros Reg­istra­dos. Para ello pueden obten­er la caña semi­l­la de los semi­lleros Bási­cos que posee la Eeaoc”, dijeron.

En Tucumán hay más de 50 Semi­lleros Reg­istra­dos en cam­pos de inge­nios, coop­er­a­ti­vas y grandes pro­duc­tores, dis­tribui­dos por toda el área cañera: “de la caña semi­l­la pro­duci­da en estos pueden proveerse los pro­duc­tores para la plantación de semi­lleros Cer­ti­fi­ca­dos, a par­tir de los cuales obten­drán semi­l­la de alta cal­i­dad para las planta­ciones com­er­ciales”.

Sug­eren­cias

Señalaron que para implan­tar y mane­jar cor­rec­ta­mente un semi­llero, ya sea Reg­istra­do o Cer­ti­fi­ca­do, se deben ten­er en cuen­ta algunos aspec­tos:

1) El lote des­ti­na­do al semi­llero debe estar ubi­ca­do estratégi­ca­mente, respec­to del lugar donde se usará la semi­l­la. Debe ten­er fácil acce­so y no quedar lejos del lugar de des­ti­no de la semi­l­la, de man­era que el cos­to del flete no se trans­forme en un imped­i­men­to para el aprovechamien­to de la simiente.

2) Se debe ele­gir el lote de mejores condi­ciones, con la may­or fer­til­i­dad del sue­lo, sin prob­le­mas de anegamien­to y/o salin­idad; en lo posi­ble pro­te­gi­do de heladas y mucho mejor si se dispone de riego. Así, se logrará la may­or pro­duc­ción de caña semi­l­la y se aumen­tarán las tasas de mul­ti­pli­cación. En caso de no dispon­er de un lote con estas car­ac­terís­ti­cas se deberá tratar de sub­sa­nar las defi­cien­cias medi­ante el mane­jo ade­cua­do: por ejem­p­lo, en sue­los más pobres mane­jar la fer­til­ización, en zonas helado­ras usar la caña semi­l­la antes de la época de may­or prob­a­bil­i­dad de ocur­ren­cia de heladas, etcétera.

3) El lote para semi­llero no debe haber tenido caña por lo menos seis meses antes de la plantación del semi­llero. Esta es una condi­ción indis­pens­able, ya que el patógeno cau­sante del RSD puede sobre­vivir en los restos de cañas ante­ri­ores y rein­fec­tar la caña semi­l­la sana que se implante.

4) La elec­ción de las var­iedades y el tamaño del semi­llero depen­derán de las condi­ciones propias de cada explotación y de sus necesi­dades de plantación. Pueden con­sul­tar téc­ni­cos de la Eeaoc para que los asesoren en estos aspec­tos.

5) Las tar­eas de mane­jo cul­tur­al del semi­llero se deben realizar en tiem­po y for­ma, siem­pre pen­san­do que el mate­r­i­al que esta­mos pro­ducien­do es de alto val­or y cuan­to may­or rendimien­to de caña semi­l­la obteng­amos may­ores serán los ben­efi­cios que recibire­mos. Así, debe opti­mizarse el con­trol de malezas man­te­nien­do el semi­llero libre de com­pe­ten­cia, des­de la brotación has­ta el cierre del cañav­er­al. Se deben realizar las fer­til­iza­ciones nitro­ge­nadas y, en caso de que sea nece­sario, se deberá fer­tilizar con fós­foro. La apli­cación de rie­gos, que per­mi­tan sat­is­fac­er ade­cuada­mente los requer­im­ien­tos hídri­cos del cañav­er­al, se verá refle­ja­da en aumen­tos de la pro­duc­ción de caña semilla/ha.

6) Un aspec­to muy impor­tante es la desin­fec­ción de las her­ramien­tas y maquinar­ias con amo­nio cua­ter­nario al 1%. Esta prác­ti­ca es oblig­a­to­ria para preser­var la sanidad de la caña semi­l­la.

7) Final­mente, antes de plan­tar resul­ta impre­scindible muestrear el semi­llero y/o lote del cual se pre­tende extraer semi­l­la, y realizar el diag­nós­ti­co del esta­do san­i­tario de esta. Según los resul­ta­dos de este diag­nós­ti­co, los téc­ni­cos les indi­carán si su semi­l­la tiene la cal­i­dad ade­cua­da. La sec­ción de Fitopa­tología de la Eeaoc se encuen­tra real­izan­do el diag­nós­ti­co de la caña semi­l­la y los téc­ni­cos del proyec­to Vit­ro­plan­tas pueden aseso­rar­los sobre la for­ma cor­rec­ta de tomar la mues­tra.

Fuente: La Gac­eta.