Bolivia apuesta fuerte al bioetanol para mejorar la calidad de sus combustibles

El objetivo es producir etanol, a partir de la caña de azúcar, para sustituir importaciones de aditivos.

Bolivia está a puer­tas de ini­ciar la pro­duc­ción masi­va de bioetanol para susti­tuir la importación de adi­tivos para gasoli­na y diésel, uti­liza­dos para mejo­rar el rendimien­to de ambos com­bustibles, luego de realizarse prue­bas que han sido cal­i­fi­cadas como “ópti­mas”.

El proyec­to está en gran medi­da rela­ciona­do con el inge­nio azu­carero de Guabirá, de admin­is­tración pri­va­da, situ­a­do en la ciu­dad de Mon­tero col­in­dante con San­ta Cruz, la urbe más grande y pobla­da de Bolivia, y al que podrían sumarse otras plan­tas del país.

En declara­ciones a los medios durante una visi­ta orga­ni­za­da por el Insti­tu­to Boli­viano de Com­er­cio Exte­ri­or (IBCE), el pres­i­dente del direc­to­rio del inge­nio azu­carero Guabirá, Mar­i­ano Aguil­era, destacó que con la pro­duc­ción del com­bustible “no vamos a impor­tar” otros adi­tivos para com­bustibles.

Aguil­era resaltó el resul­ta­do “ópti­mo” que han dado los primeros 10.000 litros de bioetanol fab­ri­ca­dos en el inge­nio de Guabirá, que se entre­garon a la empre­sa estatal Yacimien­tos Petrolífer­os Fis­cales Boli­vianos (YPFB).

Esta can­ti­dad de com­bustible se puso a prue­ba en vehícu­los de dis­tin­ta data que recor­rieron regiones trop­i­cales y de alti­tud con buenos resul­ta­dos, men­cionó Aguil­era. “En este momen­to ten­emos cin­co mil­lones (de litros) para entre­gar a YPFB”, recal­có el empre­sario.

Aguil­era señaló que han hecho “grandes inver­siones” y que úni­ca­mente se aguar­da una ley nacional que reg­ule las car­ac­terís­ti­cas de la pro­duc­ción y ven­ta del bioetanol.

En mayo de este año el Gob­ier­no boli­viano y los pro­duc­tores de caña de San­ta Cruz acor­daron tra­ba­jar en la pro­duc­ción de este com­bustible que impli­ca, entre otras cosas, la exten­sión del los cul­tivos de caña.

Se espera que, para este fin, en los próx­i­mos años se invier­tan alrede­dor de 1.500 mil­lones de dólares y que el área de plantación del prin­ci­pal insumo del bioetanol pase de las 151.000 a las 330.000 hec­táreas, de acuer­do a esti­ma­ciones del IBCE.

Aguil­era citó que Guabirá tiene “en este momen­to” una capaci­dad de des­ti­lación de 600.000 litros diar­ios que, pre­tende se incre­mente a 1 mil­lón. Al mis­mo tiem­po se pon­drá en fun­cionamien­to una plan­ta deshidrata­do­ra de alco­hol, “la más grande del país”, capaz de tratar un mil­lón de litros por día, señaló.

Aguil­era detal­ló que el pro­ce­so de exten­sión de cul­tivos de caña de azú­car ya ha comen­za­do durante esta gestión y que han lle­ga­do a las 9.000 hec­táreas, que han supuesto una inver­sión de 9 mil­lones de dólares. “Guabirá tiene plan­i­fi­ca­do inver­tir más de 40 mil­lones de dólares en dos años”, sub­rayó Aguil­era.

El bioetanol o alco­hol anhidro se car­ac­ter­i­za por estar libre de agua medi­ante un pro­ce­so de deshidrat­ación que tiene el obje­ti­vo de con­seguir un cien­to por cien­to de con­sis­ten­cia, explicó Samuel Opor­to, un inge­niero indus­tri­al que tra­ba­ja en el inge­nio Guabirá.

Habit­ual­mente se somete a este pro­ce­so el alco­hol que se extrae de la caña de azú­car o del sor­go, del que se obtiene el alco­hol anhidro útil para pos­te­ri­or­mente incor­po­rar­lo a la gasoli­na y subir su octana­je.

Aguil­era ase­guró que la expan­sión que este proyec­to puede ten­er “es muy grande” y citó los casos de los país­es veci­nos de Bolivia que han deci­di­do pro­ducir el com­bustible y que en ninguno de ellos se ha reti­ra­do de esta pro­duc­ción. “El (país) que ha entra­do a la era de los bio­com­bustibles no se ha sali­do, todos están fomen­tan­do”, recal­có.

El empre­sario añadió que con este proyec­to “ganamos todos”, en ref­er­en­cia a los tra­ba­jadores, empre­sar­ios, Gob­ier­no y con­sum­i­dores. Al respec­to, con­sid­eró que el bioetanol es un com­bustible ami­ga­ble con el medio ambi­ente, ren­ov­able y que además per­mi­tirá el ahor­ro de divisas, has­ta aho­ra des­ti­nadas a la importación de adi­tivos de gasoli­na. Por Gabriel Romano (EFE).

Fuente: Clarín.