420.000 hectáreas serán deforestadas para producir etanol y biodiésel

Según Miguel Crespo, director de Probioma, una organización con sede en Santa Cruz, la medida gubernamental tendrá grave impacto en la producción de alimentos donde el país no es autosuficiente y menos soberano.

Cre­spo al ser con­sul­ta­do sobre el bene­plác­i­to del Gob­ier­no para el uso de la semi­l­la de soya HB4, sos­tu­vo que en los hechos el Gob­ier­no y los pro­duc­tores cruceños vio­laron las leyes y la propia Con­sti­tu­ción. Recordó que en mar­zo del año pasa­do YPFB suscribió un mil­lonario con­tra­to con cin­co inge­nios azu­careros de San­ta Cruz para pro­ducir etanol.

“Aho­ra les entre­ga la pro­duc­ción de biodiésel. Vale la pena sac­ri­ficar tan­to por tan poco que ni siquiera son garan­tía de poder?. Ellos ven sus bol­sil­los les intere­sa muy poco el país”, man­i­festó. El nego­cio del etanol podría oril­lar 500 mil­lones de dólares.

El min­istro de Hidro­car­buros, Luis Alber­to Sánchez, argu­men­to la medi­da seña­lan­do: “Nece­si­ta­mos para el bio­com­bustible 100 mil­lones de litros de aceite veg­e­tal, para lo cual es nece­sario el incre­men­to de 250.000 hec­táreas (de cul­ti­vo de soya). El biodiésel per­mi­tirá bajar cos­tos, bajar importación, bajar sub­ven­ción al diésel y aumen­tar la pro­duc­ción de este com­bustible”.

Dependencia

Por su parte, la ambi­en­tal­ista Tere­sa Flo­res, señaló que la aprobación de una nue­va var­iedad de semi­l­la mod­i­fi­ca­da no está des­ti­na­da especí­fi­ca­mente al con­sumo de los boli­vianos que además la soya no es parte de su dieta prin­ci­pal. Flo­res man­i­festó que el gran prob­le­ma de la decisión del Gob­ier­no está vin­cu­la­do a la defor­estación de nuevas 250.000 hec­táreas, asimis­mo el uso inten­si­vo de her­bi­ci­das (gli­fos­ato) y la fuerte depen­den­cia de todo el paque­te tec­nológi­co que lo mane­ja la transna­cional Mon­san­to que for­ma parte de Bay­er de Ale­ma­nia.

La exper­ta dijo que el Gob­ier­no importó maíz trans­géni­co de la Argenti­na para cubrir la deman­da nacional, violan­do la ley. Recordó que las semi­l­las trans­géni­cas ingre­san al país sin ningún con­trol.

Costos

Al respec­to, Cre­spo dijo que no resul­ta cier­to lo señal­a­do por el min­istro de Hidro­car­buros, Luis Alber­to Sánchez en sen­ti­do de que la pro­duc­ción de bíodiesel reducirá cos­tos al Esta­do en la importación de car­bu­rantes. El exper­to en mate­ria por­tu­ar­ia, Enrique Pru­den­cio, explicó que YPFB paga 70 dólares por metro cúbi­co de diésel cuan­do el com­bustible es trans­porta­do en bar­cazas des­de Buenos Aires hacia canal Tamen­go en trán­si­to a Bolivia. El sec­tor soyero adquiere diésel sub­sidi­a­do para la maquinar­ia agrí­co­la que opera en la zona de expan­sión y el norte inte­gra­do. “Para 250.000 hec­táreas se nece­si­ta diésel y más de 25 kg/ litros de pes­ti­ci­das por hec­tárea. Estimó que se descar­garán en el cam­po cruceño alrede­dor de seis mil­lones y medio de kg/ litros de pes­ti­ci­das”.

Ley

En relación a las nor­mas que el Gob­ier­no vul­neró al autor­izar el uso de semi­l­la HB4, Cre­spo dijo que, en primer lugar, si se autor­izan más even­tos trans­géni­cos en soya a través de decre­tos se estaría pasan­do por enci­na de las nor­mas nacionales empezan­do con la Con­sti­tu­ción y otras dis­posi­ciones que pro­híben even­tos trans­géni­cos, y además el artícu­lo 27 numer­al 8 de la Ley de la Madre Tier­ra, que establece que se debe elim­i­nar los cul­tivos trans­géni­cos que exis­ten en el país.

Por otra parte, explicó que cuan­do ingre­sa un even­to trans­géni­co en un cul­ti­vo mín­i­ma­mente en el ter­ri­to­rio boli­viano se debe lle­var ade­lante los estu­dios cien­tí­fi­cos de ries­go en el lugar (in situ).

Fuente: El Diario.