Tucumán quiere replicar el uso del biodiésel en el transporte

En el Gobierno admiten que ya hubo contactos con empresarios locales.

El año que viene, San­ta Fe se subirá al tren del biodiésel. Esa provin­cia adop­tará el biodiésel puro (B100) como com­bustible para todo el trans­porte públi­co, como una man­era de con­tribuir al cuida­do del medio ambi­ente. En Rosario, des­de julio fun­cio­nan 365 ómnibus urbanos con B25 ‑una mez­cla de com­bustible com­pues­ta por 25% de biodiésel y 75% de gasoil con­ven­cional, y otras dos unidades con B100, indi­ca el por­tal espe­cial­iza­do www.biodiesel.com.ar. La “Expe­ri­en­cia BioBus”, tal como fue bau­ti­za­da por el gob­ier­no santafe­ci­no, tenía como obje­ti­vo demostrar que el uso de may­ores mez­clas de biodiésel es factible.

Aho­ra bien, ¿esta expe­ri­en­cia puede ser repli­ca­da en Tucumán? Si bien los empre­sar­ios del trans­porte públi­co de pasajeros locales sostienen que ese pro­gra­ma irá pro­gre­san­do pau­lati­na­mente, aún no está muy claro si puede ser de apli­cación inmedi­a­ta o si lle­vará tiem­po adap­tar­lo a la real­i­dad tucumana.

El min­istro de Desar­rol­lo Pro­duc­ti­vo de la provin­cia, Juan Luis Fer­nán­dez, con­sid­eró que Tucumán está en camino al uso del biodiésel para la flota de trans­porte de pasajeros, tan­to urbana e interur­bana. El fun­cionario, que par­tic­i­pa de las reuniones de la denom­i­na­da Liga Bioen­ergéti­ca, recono­ció a LA GACETA que hubo con­tac­tos con los empre­sar­ios locales para avan­zar en esa ini­cia­ti­va, toman­do la expe­ri­en­cia de San­ta Fe que ya fue asum­i­da, por caso, por Salta, en el que tres colec­tivos fun­cio­nan, en for­ma exper­i­men­tal, con biodiésel.

¿Cuál es el argu­men­to que puede lle­var a los propi­etar­ios de las empre­sas a cam­biar el com­bustible para sus unidades? Además de la cuestión ambi­en­tal, indud­able­mente está el pre­cio. Según Fer­nán­dez, con la incor­po­ración del biodiésel el cos­to en com­bustible podría dis­minuir cer­ca de un 30% respec­to del val­or del gasoil. Más aún en tiem­pos de recorte de sub­sidios por parte de la Nación.

Para el caso de un even­tu­al expen­dio de bioetanol deshidrata­do, a base de caña de azú­car, el min­istro dijo que depen­derá de cier­ta nor­ma­ti­va para que las esta­ciones de ser­vi­cio puedan com­er­cializar­lo a vehícu­los denom­i­na­dos flex.

Des­de octubre de 2017 has­ta la fecha, en un con­tex­to de inflación cer­cano al 50%, el pre­cio de las naf­tas se actu­al­izó más de 70% y la del bioetanol sólo 26%, plantea el exper­to San­ti­a­go José Paz, en una car­ta a LA GACETA. “La políti­ca energéti­ca nacional ben­e­fi­cia a las petrol­eras con­t­a­m­i­nantes en detri­men­to del bioetanol ren­ov­able de caña, que emite 80% menos de GEI (gas de efec­to inver­nadero), que las naf­tas. Lla­ma la aten­ción cómo desacoplan los pre­cios de ambos com­bustibles susti­tu­tos y no se incor­po­ra en su com­posi­ción el impacto ambi­en­tal”, argu­men­ta.

Jorge Roc­chia Fer­ro, pres­i­dente de la Unión Indus­tri­al y de la Cámara Sucroal­co­holera de Tucumán, señaló que el biodiésel es con­sid­er­a­do un com­bustible verde que debe ser incor­po­ra­do al trans­porte local. Indicó que la sem­ana que viene, Los Bal­canes, la com­pañía de su propiedad, incor­po­rará 30 trac­tores con B100, a par­tir de un acuer­do arrib­a­do con un provee­dor inter­na­cional. De la mis­ma man­era, el año que viene la Uni­ver­si­dad San Pablo T trasladará a docentes y a estu­di­antes en un colec­ti­vo a base de biodiésel puro, un com­bustible en base a la soja. Ese biodiésel será adquiri­do en San­ta Fe.

Recon­ver­sión

El sec­tor trans­porte nece­si­ta una “ráp­i­da recon­ver­sión” hacia energías más sus­tenta­bles y económi­cas, con el obje­ti­vo de brindar ven­ta­jas para la población en cues­tiones clave como la salud y el desar­rol­lo, garan­ti­zan­do la movil­i­dad y el com­pro­miso con el medioam­bi­ente. Eso surgió como una de las con­clu­siones del 1° Foro de Trans­porte Públi­co Sus­tentable, orga­ni­za­do recien­te­mente por Sca­nia Argenti­na.

Marce­lo Iezzi, inves­ti­gador sobre temas de Cam­bio Climáti­co del Insti­tu­to Tor­cu­a­to Di Tel­la, explicó en ese foro que el crec­imien­to del trans­porte en rutas y ciu­dades se lle­va más del 90% del trans­porte de car­ga y la may­or emisión de gas­es de efec­to inver­nadero.

“No se logró reducir en el mun­do la emisión de estos gas­es de efec­to inver­nadero. La ONU implo­ra lle­gar a 1,5 gra­dos de suba de la tem­per­atu­ra prome­dio glob­al al 2030, meta que por aho­ra no parece que se vaya a cumplir. Con las emi­siones aso­ci­adas a la que­ma de com­bustibles fósiles pasamos esos 2 gra­dos al 2036. Eso le pone urgen­cia al cam­bio de mod­e­lo de com­bustibles a uti­lizar”, remar­có.

En su ponen­cia, Omar Quiroga, direc­tor del Cen­tro sobre Ciu­dades inteligentes de la Fac­ul­tad de Cien­cias Económi­cas de la Uni­ver­si­dad de Buenos Aires (UBA), dijo que en la plan­i­fi­cación ambi­en­tal tam­bién hay que tomar en cuen­ta otros fac­tores, como una may­or pres­en­cia de peatonales y bicisendas, lograr la coor­di­nación del trans­porte met­ro­pol­i­tano, desalen­tar el uso del automóvil y apps de trans­porte para smart­phones, en el mar­co de una ciu­dad sus­tentable. Por Marce­lo Aguaysol.

Fuente: La Gac­eta.