Brasilia — En dos años, los golpistas y los entreguistas del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) sometieron a Brasil a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos, denunció hoy el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La misiva pone además el énfasis en la ‘prisa desesperada para entregar el patrimonio nacional y destruir nuestra mayor empresa’ (Petrobras) demostrada por el gobierno de Michel Temer y respaldada por el Congreso Nacional.
En ese sentido, alude a la reciente aprobación por la Cámara de Diputados, en régimen de urgencia y sin ninguna consulta popular, de la que considera ‘una de las leyes más vergonzosas de su historia’ y mediante la cual se permite vender a los extranjeros el 70 de los inmensos campos petroleros del pré-sal.
Según Lula, circulan estudios indicando que el petróleo de esos campos será vendido a precios que oscilan entre los seis y los ocho dólares el barril, que es el costo de explotación, cuando el precio internacional del barril varía entre los 70 y 80 USD.
Las posibilidades de encontrar petróleo en esas zonas son prácticamente totales, porque nosotros, brasileños, ya mapeamos esas áreas, enfatizó.
‘Para las petroleras, es como comprar un billete premiado de la lotería. Para Brasil, es como vender la gallina de la fábula, que ponía huevos de oro’, manifestó.
El líder histórico del PT recordó que los ataques contra Petrobras vienen sucediéndose desde el inicio del gobierno golpista, en 2016, cuando se aprobó la llamada Ley Serra, que excluyó la participación obligatoria de la estatal en todos los campos del pré-sal.
En la presidencia da Petrobras, Pedro Parente, representante del PSDB, inició la privatización de actividades estratégicas, como la producción de biocombustibles, distribución de gas de cocina, producción de fertilizantes y participaciones en la petroquímica, enumeró.
Además, agregó, estableció una nueva política de precios cuyos primeros perjudicados fueron los más pobres, que se vieron obligados a volver a utilizar leña y alcohol para cocinar por causa del brutal aumento del botellón de gas.
Mas, la verdad es que el tiempo de ellos está acabando. Corren para entregar lo que prometieron a los patrocinadores del golpe del impeachment en 2016: nuestro petróleo, nuestras riquezas, las empresas del pueblo’, escribió antes de reiterar que fue para eso que ellos derrocaron a la honesta presidenta Dilma Rousseff.
En octubre, Brasil va a elegir un gobierno democrático, con legitimidad para revertir la agenda del entreguismo, del ultraliberalismo, que solo interesa al mercado; que va a acabar con la farra de las privatizaciones y de la entrega del patrimonio nacional, pronosticó.
Pueden tener la seguridad que regresando al gobierno con la fuerza del pueblo y la legitimidad del voto democrático, vamos a revertir todo lo que están haciendo contra nuestra gente, contra los trabajadores y contra el país. Y Brasil va a volver a ser de los brasileños, afirmó.
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