Las razones por las que Cuba ahora debe importar el azúcar desde Francia

Dulzor francés en café cubano: la isla del Caribe, durante mucho tiempo líder mundial de la producción de azúcar, debe importarla ahora de Francia, en grandes cantidades, por primera vez en su historia, después de otra pálida cosecha.

Fran­cia exportó 40.000 toneladas de azú­car a Cuba entre el ver­a­no bore­al de 2017 y agos­to de 2018, según los datos de adu­a­nas, indicó a la AFP FranceA­griMer, la depen­den­cia públi­ca france­sa de pro­duc­tos de la agri­cul­tura y del mar.

En La Habana, la noti­cia del pro­duc­to lle­ga­do des­de el otro lado del Atlán­ti­co se dis­em­inó por los hog­a­res, porque de repente reci­bieron por su “libre­ta” ‑car­tilla de racionamien­to men­su­al de ali­men­tos- un azú­car más fino y bril­lante que el habit­u­al. En Fran­cia se extrae de la remo­lacha. En Cuba, de la caña de azú­car.

“El azú­car que vino aho­ra es muy bueno, endulza muchísi­mo, igual, no tiene difer­en­cia [con el cubano], lo úni­co que lo difer­en­cia es el col­or que varía, que este es más blan­co y el otro es más oscuro”
, dice Feli­cia Navar­ro, una ama de casa de 40 años.

Unas 5.000 toneladas de azú­car blan­co en junio, 25.000 en julio, 10.000 en agos­to: “Históri­ca­mente esta es la primera vez que Cuba impor­ta azú­car de Fran­cia en can­ti­dad sig­ni­fica­ti­va” en com­para­ción con solo tres toneladas entre 2001 y 2017, expli­ca FranceA­griMer.

La isla, que impor­ta la may­or parte de los ali­men­tos que con­sume, ya com­pra “alrede­dor de 400.000 toneladas de tri­go francés por año”, recuer­da.

Huracán y lluvia

El tra­go es amar­go para Cuba, donde la indus­tria azu­car­era era un pilar económi­co para la isla.

Has­ta 1989 fue uno de los may­ores expor­ta­dores de azú­car del mun­do, con Esta­dos Unidos como su primer cliente has­ta 1960. Después llegó la Unión Soviéti­ca, que se la com­pra­ba a pre­cios pref­er­en­ciales.

Traí­da de San­to Domin­go por el con­quis­ta­dor Diego Velázquez, la caña de azú­car hizo feliz a Cuba por sig­los. Inclu­so el pro­pio Fidel Cas­tro, machete en mano, par­ticipó en la cosecha.

La caí­da del her­mano may­or soviéti­co pre­cip­itó el declive del sec­tor, que se acel­eró con la baja de los pre­cios del azú­car, así como la fal­ta de inver­sión y semi­l­las, fer­til­izantes y pes­ti­ci­das.

De los ocho mil­lones de toneladas anuales que pro­ducía has­ta prin­ci­p­ios de la déca­da de 1990, la isla no con­sigue super­ar los dos mil­lones de toneladas des­de los años 2000.

Su par­tic­i­pación en las exporta­ciones cubanas cayó des­de 73% en los años 80 a 13% en 2015, rep­re­sen­tan­do una pequeña parte de las exporta­ciones, al lado del taba­co y el níquel.

La cosecha 2017–2018 tam­bién fue dev­as­ta­da por el huracán Irma y una larga tem­po­ra­da de llu­vias.

“De acuer­do con nues­tra infor­ma­ción, la pro­duc­ción de Cuba se ha reduci­do con­sid­er­able­mente respec­to a lo que se esper­a­ba [1,1 mil­lones de toneladas de los 1,6 mil­lones pre­vis­tos] y no es sor­pren­dente que Cuba importe azú­car, espe­cial­mente porque aún debe cumplir los con­tratos de exportación que tiene con Chi­na [400.000 toneladas]”, expli­ca FranceA­grimer.

“Ya pasó la edad de oro”

La agen­cia de análi­sis agrí­co­la FO Licht espera que Cuba regrese a la nor­mal­i­dad de su pro­duc­ción en la próx­i­ma tem­po­ra­da, con 1,5 mil­lones. Aunque muy lejos de la veloci­dad crucero que alcan­z­a­ba en los años 80.

Para el gob­ier­no cubano, la cul­pa la tiene el blo­queo que Esta­dos Unidos impone al país des­de 1962 y que impi­de impor­tar el equipo agrí­co­la e indus­tri­al nece­sar­ios.

“El prin­ci­pal obstácu­lo para el desar­rol­lo de la isla es el embar­go impuesto por los Esta­dos Unidos”, denun­ció recien­te­mente el pres­i­dente Miguel Díaz-Canel, ase­gu­ran­do que esta medi­da bus­ca que su pueblo esté “con­de­na­do a morir de ham­bre”.

Sin duda “hay fal­ta de recur­sos, fal­ta de divisas”, admite el econ­o­mista cubano Omar Ever­leny Pérez, pero “tam­bién hay fac­tores estruc­turales, fac­tores orga­ni­za­tivos”.

La obsesión por diver­si­ficar la economía y hac­er­la menos depen­di­ente del azú­car, ha provo­ca­do que el sec­tor se debilite has­ta alcan­zar “una de las cose­chas más bajas de la his­to­ria, podemos decir la más baja des­de el prin­ci­pio del siglo XX. La caí­da de la pro­duc­ción de azú­car fue de un 40%”, expli­ca el econ­o­mista.

“Ya pasó la edad de oro porque la capaci­dad de pro­duc­ción está reduci­da”, detal­la Pérez. Aho­ra exis­ten solo unas cin­cuen­ta fábri­c­as de azú­car frente a las 150 que había, y recomien­da que entre “10 a 15 de ellas” abran su cap­i­tal a inver­sores extran­jeros, sien­do que var­ios gru­pos azu­careros ya han demostra­do interés.

El proyec­to de nue­va Con­sti­tu­ción, que será someti­do a ref­er­en­do en febrero, podría facil­i­tar las cosas porque pre­cisa­mente reconoce “la impor­tan­cia de la inver­sión extran­jera para el desar­rol­lo del país”.

De lo con­trario, advierte Pérez, el ries­go es “no ten­er más azú­car en los próx­i­mos años”.

Para­le­la­mente, una mis­ión del grupo francés de inge­niería indus­tri­al Fives real­iza una eval­u­ación del sec­tor azu­carero cubano para deter­mi­nar qué refor­mas e inver­siones nece­si­ta para su recu­peración.

Fuente: Bio­BioChile.