Mientras que en el 2016 Estados Unidos exportó 18 millones de litros de bioetanol a Colombia, en 2018 esa cifra alcanzó los 178 millones. Entre enero y julio de 2019 van 162 millones de litros, prácticamente todo lo que ingresó en el año 2018.
¿Por qué este incremento? Hasta el pasado 8 de septiembre estuvo vigente el pago de derechos compensatorios de 9,36% sobre las importaciones de etanol del país norteamericano, una cifra fuertemente inferior a la que había solicitado Fedebiocombustibles del 22,6%.
Durante mayo y julio del 2019, período en el que estuvo vigente la medida de pago de derechos compensatorios, las importaciones de etanol de Estados Unidos aumentaron 65% con respecto al mismo periodo del 2018, según cifras de la Dian.
Aunque hasta el último trimestre del año 2019 se conocerá cuál será el pago de derechos compensatorios, la Federación asegura que la medida impuesta demostró ser insuficiente y no respondie a la necesidad de equilibrar el mercado para que la industria nacional pudiera competir en igualdad de condiciones frente a los importadores.
Aunque la imposición de las medidas compensatorias son un mecanismo legítimo en las relaciones comerciales entre países; Jorge Bendeck, presidente de Fedebiocombustibles, afirmó que se está buscando generar unas condiciones equitativas, y garantizar el futuro de la industria de bioetanol nacional.
“Le hemos solicitado al Gobierno la imposición de medidas compensatorias al bioetanol de maíz de los Estados Unidos. No queremos que se prohíban las importaciones, sólo exigimos que se den las condiciones para competir en igualdad de condiciones y no con un producto altamente subsidiado que distorsiona el mercado local”, aseveró el líder gremial.
En la actualidad cuatro de cada diez litros de etanol que se consumen en el país son importados de EE.UU., industria que en el 2017, y según una investigación realizada por la firma norteamericana de abogados Hughes, Hubbard & Reed, recibió por medio de subsidios federales y estatales US$6.400 millones. Colombia se convirtió en uno de los destinos de estos excedentes, a pesar de que, el país no es un mercado significativo para dicha economía ya que solo representa el 0.3% de su producción.
La difícil situación ha puesto en riesgo buena parte de los 286 mil empleos generados por la agroindustria de la caña entre directos e indirectos.
Fuente: Vanguardia.
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