La falta de azúcar está acabando con los pequeños negocios privados en Cuba

El precio del azúcar alcanzó los 100 pesos la libra, y tampoco la encuentras fácilmente.

La escasez de azú­car en Cuba podría forzar el cierre tem­po­ral para las pequeñas cafeterías pri­vadas, donde la casi total­i­dad de sus ofer­tas son jugos, refres­cos, café y dul­ces caseros. Esos cier­res impli­carían un aumen­to del desem­pleo y un recorte en los ingre­sos mon­e­tar­ios para aque­l­las famil­ias que se sostienen, direc­ta o indi­rec­ta­mente, de la activi­dad pri­va­da.

“Es imposi­ble insi­s­tir en un nego­cio donde la cuen­ta no da. El pre­cio del azú­car alcanzó los 100 pesos la libra, y tam­poco la encuen­tras fácil­mente”, indi­ca Mar­belis Gal­lar­do, quien des­de hace más de cin­co años elab­o­ra dul­ces caseros para tres pequeñas cafeterías en su bar­ri­a­da de Law­ton.

“Los pre­cios de la hari­na y la maice­na tam­bién se han dis­para­do, pero no de man­era críti­ca como el azú­car que, en ape­nas tres meses, se remon­tó de 50 a 100 pesos. Para com­pen­sar los gas­tos en la inver­sión ten­dría que subir el pre­cio a mis dul­ces casi el doble, y las cafeterías otro tan­to. Esta­mos hablan­do de cafeterías de bar­rios donde los con­sum­i­dores son los cubanos de a pie: los vieji­tos del café, los jugos, refres­cos o dul­ces para la merien­da de los niños”, añade Gal­lar­do, quien tiene pen­sa­do vender sus dul­ces ella mis­ma, lo cual impli­caría una ile­gal­i­dad ya que no tiene licen­cia para ello, “y los inspec­tores están como moscas, siem­pre bus­can­do a quien morder”.        

Los elab­o­radores de jugos, aunque no tienen que inver­tir en grandes can­ti­dades de azú­car como los elab­o­radores de dul­ces, tam­bién están afec­ta­dos por el des­or­bi­tante incre­men­to en los pre­cios del azú­car en el mer­ca­do infor­mal. En con­se­cuen­cia, el sum­in­istro a las pequeñas cafeterías se ha reduci­do con­sid­er­able­mente, y por ende las ofer­tas.  

“Inclu­so al mer­ca­do negro tam­bién llegó el racionamien­to”, rev­ela Tomás Bra­vo, dueño de una pequeña cafetería en las cer­canías del Hos­pi­tal Pediátri­co William Sol­er.

“Un ami­go me avisó que un bodeguero en La Lisa esta­ba ven­di­en­do azú­car a 80 pesos la libra. Alquilé ráp­i­da­mente un car­ro en 600 pesos la car­rera, porque fui con la idea de com­prar como mín­i­mo 100 libras. Resul­ta que el bodeguero era sol­i­dario y solo esta­ba ven­di­en­do 20 libras por cada cliente que lle­ga­ba recomen­da­do, pues decía que otras per­sonas tam­bién nece­sita­ban com­prar azú­car y que él no vendía exclu­si­va­mente a los cuen­tapropis­tas. Luego que se me pasó el eno­jo entendí y aplaudí a este bodeguero”, rela­ta Bra­vo.

“Lo cier­to es que esta­mos en medio de una encru­ci­ja­da: o cer­ramos el nego­cio, o subi­mos más los pre­cios y con ello se afec­tarían, como en mi caso, aque­l­los famil­iares que tienen a sus niños ingre­sa­dos en el hos­pi­tal. Ellos son la may­oría de mis clientes, y sería un crimen subir­le los pre­cios. Pero, por otro lado, está mi famil­ia, y el nego­cio es nues­tra úni­ca fuente de ingre­sos”, añade.

La pro­duc­ción de la zafra azu­car­era 2021–2022 fue la más baja en los últi­mos 150 años con ape­nas 480.000 toneladas de azú­car, inclu­so por deba­jo del prome­dio de con­sumo anu­al en la Isla, que ron­da las 600.000 toneladas. De los 35 cen­trales azu­careros que par­tic­i­paron en la cosecha, final­iza­da el pasa­do 20 de mayo, solo tres cumpli­eron su plan de pro­duc­ción.

Ni siquiera en las bode­gas ten­emos azú­car”, pun­tu­al­iza Alex­is, admin­istrador de una bode­ga en El Cer­ro.

“Por increíble que parez­ca el azú­car que ten­go en mi casa, que no la ven­do, es porque dos usuar­ios que via­jan al exte­ri­or con fre­cuen­cia me dejan sus libre­tas. No ten­go azú­car para vender por la izquier­da, y el moti­vo es sim­ple: porque no hay. En real­i­dad lle­ga la cuo­ta jus­ta, y ningún bodeguero es tan ton­to como para vender el azú­car que ni siquiera está lle­gan­do com­ple­ta en los últi­mos meses”, recal­ca Alex­is, advir­tien­do que esta situación se man­ten­drá a pesar del paque­te de medi­das que el rég­i­men anun­ció para recu­per­ar la economía del país.

En su inter­ven­ción en el noveno peri­o­do ordi­nario del uni­cam­er­al Par­la­men­to, el min­istro de Economía y Plan­i­fi­cación, Ale­jan­dro Gil, anun­ció un paque­te de más de 70 medi­das para revi­talizar la economía en Cuba. Pero en su inter­ven­ción no men­cionó, por ejem­p­lo, la deu­da de 2.100 mil­lones de pesos que el rég­i­men debe a los pro­duc­tores de la Isla.   

“El reor­de­namien­to fra­casó, qué les hace pen­sar que ten­dremos con­fi­an­za en este com­bo de medi­das cuan­do no pueden ni garan­ti­zar azú­car para endulzar la limon­a­da”, ironizó Zoe Álvarez, dueña de una pequeña cafetería en Cen­tro Habana, y que bus­ca otras alter­na­ti­vas “para man­ten­erme a flote”.

“Subir más los pre­cios no es viable, al menos para los que sosten­emos este tipo de nego­cios que más bien son para la gente de menos recur­sos. Cam­biar las ofer­tas tam­poco los va a ben­e­fi­ciar, pero de algu­na man­era yo ten­go que man­ten­er una famil­ia y un nego­cio”, expli­ca Álvarez, quien decidió comen­zar a vender almuer­zos porque “resul­ta más fácil con­seguir arroz, fri­joles y algu­na fibra”.

“Lo que es imposi­ble es vender o elab­o­rar pro­duc­tos que depen­dan de azú­car o hari­na por los actuales pre­cios. Y no solo son los pre­cios, sino el des­gaste que impli­ca con­seguir azú­car. Tuve que pre­scindir, con mucha tris­teza, de las dos vende­do­ras que tenía con­tratadas. No tuve otra sal­i­da, y eran dos madres que aho­ra tienen que rein­ven­tarse para bus­car otro empleo, porque no quieren seguir de col­eras por todos los ries­gos que impli­ca”.

Quién podría imag­i­narse que el azú­car, con la cual se endulza la base de todo, podría provo­car desem­pleo y el quiebre de nego­cios pequeños como el mío”, con­cluye Álvarez.

Fuente: Diario de Cuba.