La caída en los precios internacionales del azúcar está afectando a los cañeros, primer eslabón de la cadena.
El sector cañicultor espera una caída del 15 % en la producción de azúcar para este año, por factores como la sequía que no permitió que se desarrollaran los cultivos. Luis Bettaglio, presidente de la Asociación de Productores de Caña de El Salvador (ASPROCAÑA), una de las cuatro gremiales del sector, en el que hay unos 7,000 productores, calificó la situación como una “profunda crisis”.
“Sufrimos una sequía al comienzo de la época lluviosa, que duró 30 días, y los cañales no se han desarrollado, esperan una merma en la producción de entre un 10 y un 15 % en la producción nacional de azúcar para este año”, lamentó. Algunas zonas presentan más pérdidas que otras: el corredor seco, la parte sur desde La Libertad, La Paz, San Vicente, Usulután y San Miguel fue la más afectada por la sequía de 2015, y este año les sucedió lo mismo.
Por otra parte, los precios internacionales del azúcar están en los niveles más bajos de los últimos 10 años. Más del 50 % de la producción de azúcar del país se exporta con esos precios deprimidos, así que habría un doble impacto, dice el cañicultor: una menor producción y precios bajos.
Actualmente, el costo de producir un quintal de azúcar en El Salvador es de $19, y este mismo quintal se vende a países como China por apenas $11.
Las expectativas del sector cañero ahora se centran en una mejor distribución de los ingresos generados por el sector azúcar. El Consejo Salvadoreño de la Agroindustria Azucarera ha encargado un estudio a la empresa brasileña Datagro, para actualizar las cifras. Los datos de los que se dispone apuntan a que un 54.5 % de los ingresos es para los productores, y el restante 45.5 %, para los ingenios.
“Los ingresos no se están distribuyendo de manera justa, no solo por el porcentaje, sino que no se ha incluido el valor del bagazo de la caña. El estudio busca también incorporar el valor del bagazo para que sea distribuido”, dijo Bettaglio.
Los cañeros han insistido en que los ingenios deben compartir los ingresos que obtienen por la generación de energía a partir del bagazo de la caña, y que ronda los $50 millones anuales.
Si bien reconocen que han sido los ingenios los que han invertido en la infraestructura para lograr este tipo de generación, insisten en que ellos contribuyen con la producción, el transporte y la carga de este bagazo. “También debería incluirse en la fórmula de pago al productor, no solo el azúcar y la melaza”, sostuvo Bettaglio.
Fuente: La Prensa Gráfica.
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