El objetivo es la eficiencia productiva azucarera

La realización en Tucumán del XXX Congreso Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar genera una expectativa interesante.

La real­ización en Tucumán del XXX Con­gre­so Inter­na­cional de Téc­ni­cos de la Caña de Azú­car gen­era una expec­ta­ti­va intere­sante, sobre todo para el sec­tor de la pro­duc­ción, ya que la consigna enar­bo­la­da que des­igna a la especie como “energía cul­tivable, prom­ete como resul­ta­do con­tenidos que se inscribirán en “la próx­i­ma pági­na” de su devenir pro­duc­ti­vo.

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Fin de mes está cer­ca y el ini­cio del XXX Con­gre­so Inter­na­cional de Téc­ni­cos de la Caña de Azú­car gen­era una expec­ta­ti­va muy intere­sante, sobre todo para el sec­tor neta­mente pro­duc­ti­vo, ya que la consigna enar­bo­la­da que des­igna a la caña como “energía cul­tivable”, nos prom­ete como resul­ta­do con­tenidos que se inscribirán en “la próx­i­ma pági­na” de su devenir pro­duc­ti­vo. Es bueno comen­tar que el gran salto de pro­duc­tivi­dad de la caña de azú­car, ocur­ri­do en los últi­mos 30 o 40 años, pareciera haber lle­ga­do a un tope difí­cil de super­ar, donde las insti­tu­ciones de inves­ti­gación hicieron sus grandes aportes. Así, este con­gre­so podría servir para gener­ar nuevas prop­ues­tas para que, pro­duc­ti­va­mente hablan­do, se genere otro crec­imien­to.

En un intere­sante artícu­lo gen­er­a­do por la Estación Exper­i­men­tal Agroin­dus­tri­al Obis­po Colom­bres (Eeaoc) se afir­ma que este ame­se­tamien­to, observ­able, con sus más y sus menos, en todas las lat­i­tudes en las que se prac­ti­ca el cul­ti­vo, es hoy uno de los motivos de aten­ción de la may­oría de los espe­cial­is­tas, pro­duc­tores e indus­tri­ales del sec­tor. Y si bien la vía alco­holera se pre­sen­ta como una de las prin­ci­pales alter­na­ti­vas para super­ar las difi­cul­tades oca­sion­adas por el estancamien­to del con­sumo de azú­car y la baja con­se­cuente de su pre­cio, se requiere ‑aún en esa per­spec­ti­va- de un con­jun­to de solu­ciones tec­nológ­i­cas y nuevos enfo­ques pro­duc­tivos, para que el rendimien­to en cam­po y en fábri­ca retome la sen­da incre­men­tal que has­ta no hace mucho lo había car­ac­ter­i­za­do.

Sin duda que, hoy, el sec­tor pri­va­do mues­tra pre­ocu­pación en lo ref­er­ente a los bio­com­bustibles, por la actu­al políti­ca del gob­ier­no nacional de fijar un pre­cio del pro­duc­to por deba­jo de lo que los alco­holeros con­sid­er­an como rentable.

Para el actu­al con­gre­so existe un ambi­cioso pro­gra­ma que apun­ta, pre­cisa­mente, hacia la búsque­da de may­or pro­duc­tivi­dad, com­pet­i­tivi­dad y rédi­to económi­co. Mien­tras la con­fer­en­cia inau­gur­al, a car­go de Plinio Nas­tari pon­drá el foco en el obje­ti­vo estratégi­co cen­tral, el bioen­ergéti­co, tres series de otras tan­tas con­fer­en­cias ple­nar­ias donde en cada una se abor­darán aspec­tos vin­cu­la­dos a la cuestión ambi­en­tal de la pro­duc­ción, a su com­pet­i­tivi­dad en las actuales cir­cun­stan­cias y a la com­para­ción entre la caña de azú­car y la remo­lacha como fuentes para la obten­ción del endulzante.

Estas con­fer­en­cias ple­nar­ias entor­nan el tratamien­to inte­gral de la pro­duc­ción sucroal­co­holera que, a través de 188 tra­ba­jos, abar­ca cua­tro con­jun­tos temáti­cos rel­a­tivos a la agronomía, a la biología (espe­cial­mente los desar­rol­los biotec­nológi­cos apli­ca­dos al mejo­ramien­to genéti­co y a la iden­ti­fi­cación mol­e­c­u­lar de agentes bióti­cos), a los pro­ce­sos indus­tri­ales (efi­cien­cia mecáni­ca y energéti­ca) y a los copro­duc­tos resul­tantes del proce­samien­to fab­ril. Cabe hac­er notar que, como era de esper­ar, dada la cen­te­nar­ia expe­ri­en­cia que en la mate­ria osten­ta la Eeaoc, 34 de esos 188 tra­ba­jos han sido selec­ciona­dos entre los 80 pre­sen­ta­dos por la insti­tu­ción tucumana, que dig­nifi­ca, así, el aporte local apli­ca­do a cada uno de los enfo­ques men­ciona­dos.

Pro­duc­to de sus tres pro­gra­mas des­ti­na­dos al aprovechamien­to inte­gral de la caña de azú­car ‑el rela­ciona­do especí­fi­ca­mente al cul­ti­vo, el ati­nente a su indus­tri­al­ización y el de bioenergía‑, los tra­ba­jos pre­sen­ta­dos por la Eeaoc para su exposi­ción en el con­gre­so for­man parte de una mira­da inte­gral acer­ca de su nece­sario y posi­ble devenir pro­duc­ti­vo.

El mejo­ramien­to genéti­co es la her­ramien­ta para mejo­rar la pro­duc­tivi­dad en cam­po y en fábri­ca, generan­do var­iedades supe­ri­ores aptas para una agroin­dus­tria cada vez más diver­si­fi­ca­da, gen­er­ado­ra de azú­car, energía, múlti­ples bio­pro­duc­tos y expandible, además, hacia nuevas áreas agrí­co­las todavía disponibles en Argenti­na.

El mane­jo agronómi­co apun­ta hoy a las bue­nas prác­ti­cas agrí­co­las (nor­mas para la pro­duc­ción, cosecha, proce­samien­to, trans­porte y alma­ce­namien­to de ali­men­tos) incluye el cuida­do fitosan­i­tario. Mien­tras en lo especí­fi­co, la defen­sa ante pla­gas, enfer­medades y malezas depende cada vez más de la obten­ción de var­iedades resistentes que per­mi­tan, jun­to al mane­jo quími­co efi­ciente y a su grad­ual susti­tu­ción por bioin­sumos, dis­minuir el impacto ambi­en­tal de su con­trol, al mis­mo tiem­po que los daños pade­ci­dos por el cul­ti­vo, entre otros aspec­tos. El afi­an­za­mien­to de la prác­ti­ca de la cosecha en verde, que per­mite el aprovechamien­to energéti­co del RAC y una may­or pro­tec­ción del sue­lo, es otro tema fun­da­men­tal en este pun­to.

Final­mente en Bior­refin­erías, se bus­ca un incre­men­to de la capaci­dad y la cal­i­dad de la molien­da, la mod­ern­ización del par­que de calderas para un may­or rendimien­to en la relación vapor/bagazo, la opti­mización de los pro­ce­sos de fer­mentación, la incor­po­ración de la vinaza al esque­ma energéti­co medi­ante sis­temas inte­gra­dos de con­cen­tración.

Segu­ra­mente que la gran can­ti­dad de infor­ma­ción que se podrá dispon­er durante este gran even­to, servirá de base para lograr que la activi­dad encuen­tre los caminos para aumen­tar su pro­duc­ción, acom­paña­do con el mane­jo efi­ciente de los recur­sos y cuidan­do el medio ambi­ente. Por Gus­ta­vo Frías Sil­va.

Fuente: La Gac­eta.