Dentro de los estudios sobre el efecto del RAC dejado como cobertura en la superficie del suelo, analizaron si las sustancias que se liberan a partir del RAC durante el proceso de descomposición tienen algún efecto sobre el crecimiento de las malezas.
Este efecto se conoce como ‘alelopatía’ y es la interacción bioquímica entre las plantas que puede tanto estimular como inhibir el crecimiento y desarrollo de las diferentes especies. El informe fue presentado por la magister e ingeniera Patricia A. Digonzelli, investigadora principal Subprograma Agronomía de Caña de Azúcar.
Para hacer estos estudios, “preparamos extractos acuosos de RAC con los cuales regamos las malezas que estudiamos. Las concentraciones que probamos fueron: extracto al 100% (puro), al 50%, al 25% y agua como testigo. Regamos periódicamente las malezas con estas soluciones y evaluamos sus efectos sobre la germinación y crecimiento de las mismas”. Las malezas con las que trabajamos fueron: Tithonia tubaeformis (“Pasto cubano”), Amaranthus palmeri (“Ataco, yuyo colorado”) y Eleusine indica (“Pata de gallina”), describió.
En todos los casos observamos que” los extractos de RAC, en todas sus concentraciones, no afectaron la germinación de las semillas de las malezas en estudio”, señaló.
Otros resultados
Sin embargo, en las tres especies de malezas las plantas regadas con el extracto al 100% presentaron, en general, una disminución del 25% al 50% en el crecimiento, tanto de raíces como de parte aérea, en comparación con las plantas regadas con agua o con las otras concentraciones del extracto.
Así, el extracto del RAC de la caña de azúcar presenta efectos negativos sobre el crecimiento de las malezas los cuales dependen de la concentración del extracto.
Por otra parte, estudiaron la composición química del extracto para poder entender a qué podrían deberse estos efectos. Para ello trabajamos en conjunto con el Laboratorio de Investigaciones y Servicios Analíticos (LISA), entidad de doble dependencia (Universidad Nacional de Tucumán — Conicet), ubicado en la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT. “Este laboratorio utiliza tecnologías analíticas complejas capaces de proporcionar respuestas específicas a problemas analíticos determinados. Gracias a este trabajo, comprobamos la presencia en el extracto acuoso del RAC de compuestos fenólicos que presentan una comprobada acción alelopática”, destacó Digonzelli.
Esta línea de trabajo es novedosa, y si bien llevamos pocos años trabajando, ya tenemos resultados concretos y alentadores para continuar investigando con la mirada puesta en la posibilidad de lograr, en el futuro, la formulación de bioherbicidas como una herramienta más que contribuya a avanzar hacia sistemas productivos más sustentables. “La posibilidad de disponer de bioherbicidas es también muy importante para las producciones orgánicas donde está restringido el uso de productos de síntesis”, destacó la investigadora de la Eeaoc.
Quemar RAC afecta la biodiversidad
Desde la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la Eeaoc, el grupo de trabajo del Proyecto de investigación “Sistemas de Producción sustentable de Caña de Azúcar: Caña Verde”, bajo la dirección de la ingeniera y magister Patricia Digonzelli, trabaja desde hace varios años en el estudio de los efectos que los diferentes sistemas de manejo del RAC tienen sobre parámetros físicos, químicos y biológicos del suelo. “Estos parámetros o indicadores permiten evaluar la salud y/o calidad del suelo. Los indicadores biológicos o bioindicadores tienen gran sensibilidad, y constituyen una alerta temprana de las perturbaciones de los suelos en los ecosistemas agrícolas. Entre los bioindicadores estudiados, el recuento del número de microorganismos vivos en suelo como hongos, levaduras y Pseudomonas sp. se incrementó en presencia del RAC como cobertura, por lo que probablemente estén involucrados en la descomposición del residuo”, destacó la doctora Laura Tortora, investigadora del Subprograma Agronomía de Caña de Azúcar.
Lo mismo sucedió con las bacterias fijadoras de nitrógeno asociadas a raíces y tallos de plantas de caña azúcar crecidas en presencia de RAC; estas bacterias son importantes por ser consideradas promotoras del crecimiento. Por el contrario, la quema del RAC disminuyó las poblaciones microbianas evaluadas, afectando negativamente la biodiversidad microbiológica del suelo. Para confirmar estos resultados, se evaluaron bioindicadores como actividades enzimáticas en suelo, colonización radicular por hongos micorrícicos y producción de glomalina.
Tanto la actividad enzimática total, como la actividad de las nitrato reductasas (enzimas claves en el ciclo del nitrógeno) y las fenol oxidasas (enzimas involucradas en la descomposición del RAC) disminuyeron significativamente luego de la quema del RAC, indicando una alteración irreversible en la funcionalidad del suelo. La quema del RAC también afectó la colonización radicular de las plantas por micorrizas, hongos involucrados en la absorción de agua y nutrientes del suelo. Además, disminuyó el contenido de glomalina, que es una glicoproteína insoluble en agua, producida por hongos micorrícicos y que cumple un rol clave en la formación de la estructura del suelo y en la conservación de carbono a largo plazo. En conclusión, a diferencia de los sistemas en los que se deja el RAC como cobertura o se incorpora con el suelo, la quema del RAC afecta de manera irreversible la biodiversidad microbiológica del suelo, su funcionalidad y fertilidad.
El uso de cobertura favorece al suelo
“Mantener la cobertura con RAC de caña de azúcar sobre el suelo influye en varios aspectos de la producción del cañaveral y en parámetros del suelo. Entre los parámetros edáficos donde presenta un efecto destacado, se encuentra la humedad del suelo. La influencia de la cobertura es muy notable en los primeros 20 cm del perfil de suelo y va disminuyendo a mayores profundidades”, destacó el ingeniero Juan Fernández de Ullivarri, investigador del Subprograma Agronomía de Caña de Azúcar.
En general, el suelo bajo una cobertura de RAC pierde agua por evaporación más lento que un suelo desnudo, por lo que el agua almacenada permanece más tiempo. Esta mayor cantidad de agua es aprovechada por el cañaveral y le permite escapar o mitigar estrés por sequía. En nuestras experiencias, en la mayoría de los años, y particularmente en años secos, el cañaveral manejado con RAC no llegó a sufrir estrés hídrico, mientras que el cañaveral manejado con el suelo desnudo se encontró, en varias fechas de evaluación, por debajo del punto de agua fácilmente utilizable. Entonces, el suelo presentaba un contenido hídrico donde a la planta le cuesta mucho extraer el agua; se genera estrés y se compromete el crecimiento.
La cobertura con RAC también afecta la temperatura del suelo en los primeros centímetros, y esto tiene efectos notorios sobre la brotación de la caña: la cobertura con RAC retrasa la brotación porque evita que el suelo se caliente y tarda más en alcanzar la temperatura adecuada para la brotación. Así, el suelo sin cobertura puede presentar una temperatura 3,2ºC‑3,7ºC mayor que el suelo con cobertura. Esto se mantiene hasta casi el cierre del cañaveral, donde se igualan las temperaturas del suelo con cobertura y sin cobertura. Esta diferencia en °C hace que en el caso del manejo con cobertura la emergencia del cañaveral se atrase. Los ensayos demuestran que este retraso de la emergencia no afecta la producción final del cañaveral.
Otro efecto importante de dejar el suelo con RAC después de la cosecha en verde se relaciona con el rendimiento cultural. En muchos casos evaluados, no hubo diferencias de producción entre el cañaveral con RAC o sin RAC. Sin embargo, en los años secos, se encontraron diferencias de producción a favor del cañaveral con cobertura de RAC, que representaron entre 7 y 37 tn más de caña/ha. Esto indica que en muchas situaciones, conservar el residuo de la cosecha sobre el suelo es favorable para la producción comercial de caña.
Fuente: La Gaceta Rural.
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