Con un avance de cosecha cercano al 80%, en muchos cañaverales se pueden iniciar las tareas de fertilización nitrogenada.
Esta práctica cultural de máxima importancia exige, debido a su elevado costo, una ejecución oportuna y efectiva, a fin de asegurar su máximo aprovechamiento. El momento oportuno para esta labor se encuentra relacionado con el ritmo de absorción del nutriente que tiene el cultivo, con un máximo durante los primeros meses desde la brotación (pleno macollaje).
En ese momento la planta de caña de azúcar absorbe más nutriente del que utiliza, pero tiene la capacidad de almacenarlo para reutilizarlo junto al nitrógeno (N) aportado por el suelo, durante el período de gran crecimiento, entre diciembre y marzo.
Con el objetivo de evaluar y de ajustar alternativas más eficientes, el equipo del Subprograma Agronomía de la Caña de Azúcar, de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), a cargo de Eduardo Romero , viene trabajando con fuentes de fertilizantes nitrogenados, cuyo empleo optimice el aprovechamiento de este elemento y disminuya los costos de su uso.
Pablo Fernández González , integrante de este equipo, señala como una alternativa la Urea con inhibidor NBPT [N- (n‑butil) tiofosfórico ácido triamida], cuya función es la de inhibir la tasa de hidrólisis de Urea en el suelo, lo que permite reducir las pérdidas de este fertilizante por volatilización. Esto último permite una entrega controlada del nitrógeno, lo que lo hace más aprovechable por la planta.
Por su parte, Luis Alonso , comenta otra alternativa con la que vienen trabajando hace unos años y que logró ser ajustada para su uso en forma comercial: el Nitrato de Amonio Calcáreo (CAN). Este fertilizante aporta el nitrógeno al cultivo en forma de nitrato y de amonio ‑formas más rápidamente asimilables por la planta‑, lo que hace que su uso sea más eficiente.
La gran ventaja de estos productos comerciales descriptos anteriormente es que son aplicados sobre la superficie del surco y sobre los residuos de cosecha, sin necesidad de que sean incorporados al suelo. Esto genera un ahorro al permitir el uso de tractores de menor potencia y, por ende, menor consumo de combustible.
Las dosis por hectárea utilizadas en las fuentes citadas se equiparan a la dosis de uso comercial de la Urea (250 kg pc / ha), lo que para el caso del CAN implica una menor dosis de nitrógeno por hectárea, asociado a su mayor eficiencia.
“Biofertilizante”
Los técnicos destacaron también el uso de otra alternativa que complementa a las fuentes sintéticas y reduce el costo de la fertilización nitrogenada. Se trata de un “biofertilizante” comercial, que ya se encuentra difundido entre los productores y que se utiliza, en caña soca, una dosis de 10 l / ha complementando una dosis media del fertilizante sintético que se proponga utilizar. Para caña planta, se recomienda aplicar únicamente el biofertilizante a igual dosis que la citada, lo cual permite el reemplazo total del fertilizante sintético, con resultados similares y seguros.
Por otra parte, este equipo de trabajo también viene evaluando productos fertilizantes que pueden ser utilizados en la producción de caña de azúcar orgánica.
Por último, resulta importante destacar que la magnitud de los beneficios que se obtienen mediante la fertilización depende en gran medida de la fertilidad del suelo, del nivel productivo, del número de cortes del cañaveral, de las condiciones de drenaje, del empleo de la dosis adecuada, de la aplicación en tiempo y forma, y de manera significativa, de la eficacia en el control de malezas y de la utilización oportuna y eficiente de todas las tecnologías disponibles.
Desde la Eeaoc se continuará trabajando intensamente para ajustar las recomendaciones necesarias para cada situación.
Para mayores consultas, enviar mail a pfernandezg@eeaoc.org.ar o a lgalonso@eeaoc.org.ar.
Fuente: La Gaceta.