Caña de azúcar, palto y arándanos son los principales cultivos en proyecto Olmos

En un total de 22,000 hectáreas que se incorporaron a la agricultura hace cinco años

Caña de azú­car, pal­to, arán­dano, espár­ra­gos y uva de mesa son los prin­ci­pales pro­duc­tos que se cul­ti­van en las 22,000 hec­táreas de ter­reno que se incor­po­raron hace cin­co años a la agri­cul­tura con la pues­ta en mar­cha del Proyec­to Olmos, en la región Lam­bayeque.

El cul­ti­vo de caña de azú­car rep­re­sen­ta casi la mitad del área agrí­co­la insta­l­a­da en este valle lam­bayecano con 10,729 hec­táreas y otras 5,728 hec­táreas están ded­i­cadas al cul­ti­vo de pal­to
“La caña de azú­car es el cul­ti­vo que tiene may­ores exten­siones. La plan­ta Agrol­mos está pro­ducien­do azú­car rubia que se viene dis­tribuyen­do en el mer­ca­do local”, anotó Alfon­so Pinil­los Mon­cloa, direc­tor de Inver­siones de la Con­ce­sion­ar­ia H2Olmos.

El ejec­u­ti­vo afir­mó que se han sem­bra­do tam­bién 5,728 hec­táreas de pal­to, 1,671 de arán­danos, 766 hec­táreas de espár­ra­gos, 470 hec­táreas de uva de mesa, 467 de maíz y 300 hec­táreas de man­go.
De igual man­era, 1,869 hec­táreas se des­ti­nan al cul­ti­vo de maracuyá, alfal­fa, cebol­la, pimien­to, quin­ua, limón, banano, grana­da y piña.
Pinil­los Mon­cloa resaltó que en un proyec­to de riego las may­ores inver­siones están en las empre­sas agroin­dus­tri­ales “porque tienen que hac­er inver­sión en la com­pra de los ter­renos, nivelación de ellos, entre otros. Asimis­mo, la propia inver­sión en los pro­pios cul­tivos donde se tiene difer­entes val­ores de inver­sión que pueden ir des­de 10,000 has­ta 50,000 dólares por hec­tárea, en el caso de arán­danos”, infor­mó.
Pre­cisó que a un quin­que­nio del ini­cio de oper­a­tivi­dad de Olmos “ten­emos 22,000 hec­táreas de tier­ras sem­bradas, lo que es un récord. No hemos vis­to esa capaci­dad de pro­duc­ción en otros valles del Perú y la inver­sión acu­mu­la­da por el lado de las empre­sas agroin­dus­tri­ales es de más de 700 mil­lones de dólares, que sig­nifi­ca un poco menos del doble de la inver­sión en la obra”, ase­guró en diál­o­go con la Agen­cia And­i­na.
El ejec­u­ti­vo resaltó que es muy impor­tante el motor que gen­era un proyec­to agroin­dus­tri­al en una región. “Esta inver­sión ha gen­er­a­do una mano de obra que alcan­za a la fecha los 12,000 puestos de tra­ba­jo de man­era direc­ta en las empre­sas y cer­ca de 20,000 puestos de empleo indi­rec­tos, en difer­entes indus­trias que sopor­tan el desar­rol­lo agroin­dus­tri­al’, observó.
El ejec­u­ti­vo estimó que con la madurez de este proyec­to, es decir en diez años, “las cifras que esta­mos con­sideran­do deben alcan­zar cer­ca de 1,200 mil­lones de dólares de inver­sión por el lado de las empre­sas agroin­dus­tri­ales”, indicó.
Man­i­festó, además, que al cierre de este año se pre­vé que se llegue a unos 180 mil­lones de dólares en exporta­ciones de pro­duc­tos como pal­ta, arán­danos, uva de mesa y espár­ra­gos. “Es un cifra que dista de los 600 mil­lones de dólares que debería darse a la madurez del proyec­to, porque todavía no el 100 por cien­to de las tier­ras están sem­bradas y, de las tier­ras sem­bradas los cul­tivos aún no han alcan­za­do su madurez como el caso de los árboles de pal­to que tienen recién tres años que están dan­do entre 10 a 12 toneladas por hec­tárea, pero cuan­do ten­ga cin­co o seis años el mis­mo árbol debe estar en las 20 toneladas por hec­tárea, por eso se está esti­man­do unos 600 mil­lones de dólares en unos cin­co años más, de exporta­ciones solo del Proyec­to Olmos ”, explicó.
El espe­cial­ista men­cionó que en el Valle Viejo de Olmos que con­cen­tra un total de 5,500 hec­táreas de tier­ras solo se han desar­rol­la­do alrede­dor de 600 hec­táreas, que rep­re­sen­ta una larga brecha por lograr. “Sabe­mos que el gob­ier­no está tra­ba­jan­do en bus­car la aso­cia­tivi­dad de las famil­ias, pero creemos que hay una brecha muy impor­tante y el Esta­do debería tomar car­tas en el asun­to y acel­er­ar ese pro­ce­so porque hay una necesi­dad real en este valle. Ten­emos el recur­so hídri­co, pero por difer­entes aspec­tos no se ha podi­do desar­rol­lar la agri­cul­tura como el valle se lo merece y que en los próx­i­mos años se pue­da lle­gar a niv­el impor­tantes de desar­rol­lo, a la par como se viene desar­rol­lan­do en el valle nue­vo”, comen­tó.
Fuente: And­i­na.